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Renuncia de derechos, los personajes que salgan aquí son de sus respectivos autores.

"¡¿Qué?!"

Ravel no se lo podía creer.

No, esto debía ser una pesadilla.

¿Por qué le pasó a ella?

¿POR QUÉ?

-¡¿Dónde está mi Foxy?! -gritó Ravel no viendo a su oso de peluche en ningún lado, había dormido abrazándolo como lo hacía siempre pero ahora...

Foxy había desaparecido.

¡Esto no podía ser posible!

Ravel se levantó de la cama con horror por lo que había sucedido y alzó las sábanas en busca de su amado oso de peluche. Sin embargo...

Foxy no estaba en ningún lado.

-¡¿Foxy, Foxy dónde estás?! -preguntó Ravel agachándose y buscando debajo de la cama- Qué tonta... claro que no me responderá.

Pues era un oso de peluche.

Ravel se levantó y ajustando su cabello en una coleta salió de su cuarto apresurándose hacia el cuarto de su hermano mayor... Raiser Phenex.

Pam.

Pam.

Pam.

-Onii-sama, ¡onii-sama abre la puerta! -Ravel tocaba la puerta con impetuosidad y algunas sirvientas miraron la acción confusamente.

No entendían lo que pasaba.

Pero parecía ser algo urgente.

La puerta se abrió lentamente mostrando a un somnoliento Raiser, quien lucía el cabello desordenado y rasgos de que durmió poco.

Se pasó la noche entrenando y regresó tarde a casa, por eso aprovechaba en dormir toda la mañana para así despertarse al mediodía.

-¿Qué quieres Ravel? ¿Acaso no ves que es demasiado temprano? -preguntó Raiser bostezando examinando a su hermana.

Notó que estaba preocupada.

-¡Onii-sama esto es muy grave! ¡Mi osito de peluche no está! -exclamó Ravel moviendo sus brazos y Raiser se quiso golpear la frente.

¡¿En serio le despertó por eso?!

¡¿Cortó su sueño por esa idiotez?!

Ahora tenía ganas de...

-¿Cómo voy a saber dónde está ese peluche de m...? -iba a hablar Raiser pero entonces un abanico le golpeó levemente en la cabeza.

"Raiser, ese lenguaje..."

Quien espetó aquello no fue otra que su madre Reaven, que subió al escuchar el estruendo que antes provocó Ravel con sus toques ruidosos.

-¿Qué ocurre? ¿Por qué tanto ruido a estas horas? -preguntó la matriarca esperando a que su hija le diera una respuesta por el alboroto.

Ravel, al ver el rostro de su madre Reaven, se percató de que había exagerado con su reacción. Pero su oso de peluche había desaparecido...

Lo cual era bastante grave.

-Madre, mi peluche ha desaparecido... y no lo encuentro desde esta mañana -contestó Ravel haciendo que Raiser suspirara con molestia.

Su hermana a veces era tonta.

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