— ¿Que?— trato de decir.— ¿ Que tienes que ver con esta gente?.
— Déjame explicarte cielo.— pidió ella.
— Si no sueltan a Alexander no te escuchare— sentenció. — Eso o nada.
— Por favor, cariño.— pidió ella.— Él no vale nada, es un maldito Cazador de sombras, ellos son malos.
Eso lo hizo pensar, hasta el mismo Alec le había dicho que no debía confiar en ellos, pero aun así confiaba en Alec más que en nada.
— Suéltalo. — le susurró.
— Magnus....
— Ese es mi precio para escuchate, ya se que a mi no me conviene pero estoy seguro que a ti si, así que vamos.— dijo mirando a los hombres y luego a ella.— Sueltalo de una vez.
— Está bien.— dijo derrota. — Suelten al sucio Cazador.
— El no es sucio.— murmuró. — No entiendo que haces tu aquí con ellos.
— Ya te lo diré.
Magnus los miró esperando a que hicieron algo mal para gritarles, pero no fue así, al parecer si respetaban a Diana.
Hablando de eso, reparó en el hombre que había llegado de primero, Elias, lo había visto dos veces en la escuela, una fue la vez que entraron a su salón y la otra fue cuando se bajaron del auto en frente del colegio y se querían llevar a Alec, aun que pensándolo , quiza y era a él.
Dejo de analizarlo y miró que Alec seguía dormido.— Ellos lo durmieron, despierten lo.
— Cariño, eso es mucho pedir. — Diana tenia una sonrisa grande.
— Que lo despierten.— dijo una voz, Magnus se alegro al escucharlo.
— Catarina. — le llamó, ella llego hasta él y lo abrazó.
— ¿ Que hacen aquí?— gritó ella.— Sabes que puedes terminar en el Gard por obstrucción a los acuerdos con la clave.
Diana comenzó a reírse.— Lo dice la bruja doble moral, corrupta.
— Déjalos ir o haré que te encierren, Diana, estas demente.— contestó Catarina sin dejase afecta.— Y no estoy sola.
Otros dos chicos y su ex-maestra, salieron por los lados. ¿ Es que todos sabían de todo?.
— Un diurno, dos brujos y una cazadora....¿ de verdad?— se río.
— ¿ Y tu?, una mundana, me sobra con sacudir mi mano para que estés muerta.
— Cat.— susurró Magnus.— Solo vamonos.
— No te irás.— dijo Diana sonriendo. — Y tu, Catarina, más te vale que lo sueltes.
— Definitivamente no.— resoplo Magnus.— Diana, yo te quiero mucho, pero amo a Catarina como a mi madre , así que no te voy a permitir que le hables así.
— Bien, entonces acompañan me para que hablemos.
— No, Magnus, tu no sabes, esta mujer esta demente. — le susurró — No tienes que ir con ella.
— Es que si no voy se llevarán a Alec.— dijo preocupado. — Venían por él pero yo me metí.
— Entonces deja que se lo lleven.— le pidió bajito.
Magnus la miró asombrado. — ¿ De verdad has dicho eso?.— preguntó dolido.
— Si, pero ya veo que no vas a ceder.
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Amigo Imaginario.
De Todo¿ Será normal enamorarte de un amigo imaginario? Una historia donde veremos a un niño triste, muy abandonado por parte de su padre, pero como dicen, en la oscuridad siempre hay claridad y Alexander Ligthwood sera la luz y salvación de Magnus Bane. ...