17- Una visita inesperada.

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Maryse Lighwood  estaba en la oficina de la jefa del instituto, Ingrid, estaba ordeada de otros cazadores y entre ellos agentes de Idris.

— Suponemos que ya sabe que hace aquí. — dijo ella.— Sus acciones  fueron graves y tiene que responder  ante la ley.

— No sabe de que me están hablando.— se negó  a decir algo más.

— A ver, Lighwood. — dijo un cazador.— Usted buscó información  que solo la clave podía tener y para empeorar  el asusto a regado la información con sus compañeros de Instituto, además de que esta interfiriendo  en asunto  que no le conciernen  y ha volado  las reglas de confidencialidad, ¿ No sabe de qué hablamos?.

— Todos sabemos que los brujos son un peligro para todos nosotros, acabaran con toda nuestra paz y...

— Silencio. — calló Ingrid.— No hablamos  del brujo, estamos hablando de que usted  literalmente  está cometiendo traición  al invadir información  no apta.

— Yo les dije que no dejaría ir a mi hijo con un mundano que resultó  ser un brujo. — Se quejo.

— Señora Lighwood, en nombre de la clave y de Raziel la sentencio  a un castigo en el mundo mundano.— dijo otro hombre.— Bajo los cargos de inferir en la ley y además tratar  de tomar el asunto de manera personal.

— ¿ Que?— dijo asustada—¡ No pueden hacer eso!

— Y usted no podía  mandar Cazadores  a asesinar al brujo en su escuela cuando era niño.— contra dijo Ingrid.— Denle un  arma con rastreo. Sra  Lighwood, no puede asesinar a más que demonios, de ahora en adelante un mundano será su propriedad  y no puede dejar que muera o usted será  enviada al gard.

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Alec y Catarina estaban  vigilando a los otros mentiras que Magnus iba tras  Diana.

— ¿ Que vamos hacer ahora?— preguntó Magnus, ella se giro a verlo y solo se encogió  de hombros.

— Supongo  que... tenemos que dejarlos ir y nosotros debemos  huir.  La clave nos buscará, y créeme  cuando te digo  que son crueles  cuando quieren.

— Diana, ¿ Porqué  tienes un grupo?.... todo esto, son muchos que estaban contigo y contra ti.

— Magnuss yo no soy la única  que estoy encontra de la clave, los subterráneos, muchos de ellos, no les parece correcto que los aparten, y mucho  menos que exilien  a los suyos.— explicó
— Yo me encontré  a Elias  desde que te llamaron de mi lado, juntos creamos un grupo de personas que estaban dispuestos a salvar a brujos, también tenemos cazadores.

— ¿ Que?— dijo sorprendido. — Imposible.

— Si, pero no son muchos, son como tres.

— ¿ No decías que no te caían bien?— reprochó.

— Es que no tratan conmigo, tratan con algunos Seelies, las hadas.

— ¿Seelies?— dijo acordándose  de su amiga.— Yo tengo una amiga que se llama Seelie, que casualidad.

— No lo es.— se río Diana.— Ella es la reina de las hadas.

Magnus  comenzó  a reírse.— Si como no, esa niña malcriada  es reina.

— Ya la veras.— comunicó  Diana seria.— Aun que no se si esta de parte nuestra o de la clave.

Se devolvieron  a la sala principal  y Magnus  los miró a todos. — ¿ Que haremos realmente hora?

Diana se posicionó donde todos podían verla.— Yo se que ustedes querían ser libres, yo también lo quiero— empezó  llamando la atención de los demás. — No había necesidad  de una traición, ustedes pensarán que los asesinare, pero no es así. Ustedes no son el enemigo, nosotros no lo somos, los enemigos  son aquellos que quieren arrebatarnos  la familia, ¿quién  de aquí  a visto morir a un familiar en manos de los de la clave o un cazador mismo?.— La mayoría  levantaron la mano.— Pero ojo, no digo que todos sean malos, algunos si tienen alma.... a mi me quitaron a mi hijo y luego de casi dieciocho  años lo tengo conmigo, ¿ cuantas  madres de aquí les gustaría eso?

Amigo Imaginario.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora