El reino de Obelia festejaba, todo eran risas y alegría para los habitantes. Pues hoy se celebraba la Boda de la única y más querida hija del emperador.
La Princesa Athanasia de Alger Obelia, caminaba reluciente en su hermoso vestido que resaltaba a la perfección su belleza, con su cabello dorado brillando como el oro y una tierna sonrisa adornando su reluciente rostro.
Dirigiéndose al lado de su prometido para oficializar su unión, lista para pasar el resto de sus días con el que ahora sería su esposo y consejero. Haciendo sus votos y jurándose amor eterno para culminar la ceremonia con un tierno beso. Ahora ambos vivirán para el otro y llevarán la prosperidad al reino.
Ijekiel y Athanasia eran el uno para el otro, y aquél mago que los observaba de lejos con una amarga sonrisa lo sabía.
Sabía que ambos estaban destinados y que el no debía interferir, incluso si alguna vez, en alguna vida y en otra línea de tiempo ella le había entregado su corazón. Lo mejor para sería estar con el joven Ijekiel, alguien apuesto y de buen corazón quien podría hacerla feliz y curar sus heridas, en lugar de alguien roto y olvidado como él.
Por eso regresó en el tiempo ¿verdad?
Para que ella pudiera ser feliz incondicionalmente, para que aquella hermosa sonrisa no se esfumará de esa mirada angelical. Aún si eso significa que deba estar en los brazos de alguien más, su felicidad era prioridad para el mago.
Ahora aquél "Te amo" que pronunciaban sus labios eran para otra persona.
Pero esta bien, por qué el simple hecho de verla feliz es suficiente. Esta bien, entonces ¿por lágrimas escapan de sus ojos carmín?
Ella ni siquiera lo recuerda ¿por qué el no puede simplemente ponerle fin con una sonrisa?
Ahora ella es feliz.
Entonces... ¿Por qué es tan difícil sonreír?
ㅡ Adiós, princesa ㅡ pronunció el azabache antes de regresar a su torre, donde ahora viviría nuevamente en soledad, atesorando los momentos que pasó junto a la persona que ahora gobernaba el reino junto a alguien más.
Encerrando su corazón una vez más para no permitirse repetir una historia tan hermosa y trágica, como la que vivió alguna vez junto a la princesa.