Al abrir los ojos me encontraba en un hermoso jardín, la luz de la luna iluminaba perfectamente el lugar dándole a los arbustos de rosas un toque mágico. El césped estaba perfectamente cortado, era suave y el aroma del lugar era dulce y refrescante.
Había un gran árbol justo en medio, era imponente y hermoso, a su sombra un hombre de cabellos negros que se camuflan con la oscuridad parecía dormir placidamente.
No se por qué, mis pies parecieron moverse solo por mero instinto, caminé hacían el y a cada paso sentía nostalgia.
Me percaté como cada vez mi cabello oscuro se alargaba más y más tiñendo se de un dorado mágico, mi ropa simple con la que me encontraba y había dormido fue reemplazada por un delgado vestido de seda y mis pies ahora descalzos paseaban sobre el cómodo césped. Entonces me arrodillé para quedar a su altura y tratar de ver su rostro.
El hombre frente a mí abrió los ojos lentamente, revelando así un hermoso color carmesí que parecía brillar, el lunar bajo su ojo izquierdo le daba un toque coqueto y su mirada profunda y penetrante a la vez parecía triste.
Un remolino de emociones invadió mi cuerpo, sentí como lágrimas inexplicables bajaban por mis mejillas y sentía un nudo en la garganta.
Tan solo quería llorar, tratando de sofocar mis sollozos con mis manos tapando mi boca la sensación de tranquilidad que me brindaba su presencia aumentaba.
¿Entonces por qué estoy llorando?
Estaba feliz, sentía como un gran peso era quitado de encima. Pero en cambio sentí una gran soledad, como si hubiera perdido algo.
El hombre que se había limitado a mirarme levantó su mano, limpiando delicadamente las lágrimas que aún resbalaban por mis mejillas y tomando suavemente mi rostro entre sus manos.
ㅡ Algún día, incluso si tan solo es en sueños, nos volveremos a ver, mi princesa.
Las palabras que pronunció con voz dulce me desgarraron el corazón.
En un abrir y cerrar de ojos nuevamente estaba en ese lugar, en el frío suelo con el cuerpo sudado y los ojos hinchados debido al llanto.
Todo había sido un sueño.
Aún bo explico por qué un simple sueño se sintió así, por qué algo que jo era real me llenó de emociones.
