I'll Be Back; McLennon

XIII

— Pero no quiero ir, estoy hablando en serio papá —se quejaba Paul mientras caminaba hacía el auto.

— Irás y punto

— ¿Por qué tienes que ser de esa forma conmigo? No soy tu único hijo

— No lo eres, pero eres el único que permitiré que contraiga matrimonio a esta edad, aparte le gustas a la muchacha

— Ajá si, me importa mucho y soy muy privilegiado por casarme tan joven —bufó sarcásticamente.

Los McCartney subieron en el asiento trasero del auto y dieron la orden de dirigirse al hogar de Lizbeth, la futura prometida de Paul.

Al llegar los recibieron los padres más la muchacha y sus otros dos hijos. Lucían como la típica familia perfecta, cosa que Paul odiaba desde siempre, lo repudiaba a pesar de venir de lo más alto.

— Hola Paul, sabes que siempre eres bienvenido en nuestro hogar, Lizbeth estaría encantada con verte más seguido aquí —dijo la mujer rubia.

Paul solo sonrió cínicamente y se abrió paso en la mansión. Todos se dirigieron al salón principal donde tomaron una taza de té y dieron una charla incómoda sobre el matrimonio para luego irse a un parque en una "salida familiar doble".

El estaba avergonzado, era una tortura salir con su padre y la familia de Lizbeth. Sabía que todos los periódicos estarían repletos con fotos de ellos acompañadas de mentiras.

Dejaron un mantel sobre el césped al lado de un pequeño lago artificial, les llegaba la sombra de un gigante árbol, por lo tanto todos quedaban cómodos ahí. Los más pequeños de inmediato se acercaron al agua cristalina.

— Paulie ven, vamos a caminar —dijo Lizbeth para luego tomar de la mano al chico.

Paul se zafó del agarre pero su padre justamente lo miró de manera amenazante, entonces volvió a tomar la suave mano de la chica bajo presión.

Ella lo alejó del grupo de personas para llevarlo a una parte un poco más privada rodeada de arbustos y árboles, miró alrededor de que no hubiera nadie y comenzó a desvestirse un poco tímida.

— Lizbeth ¿Qué crees que haces? —inquirió confundido Paul mientras este apartaba la mirada.

Ella no respondió nada. Al estar semi-desnuda se acercó a McCartney y comenzó a bajar los pantalones de este con una sonrisa perversa.

— Ey, basta, no me...

Y antes de que terminara de hablar Lizbeth introdujo el miembro de Paul en su boca.

— Oh mierda... —instantáneamente—. ¡No, Aléjate!

Paul subió rápidamente sus pantalones con intenciones de marcharse, pero la chica lo abrazó por la espalda y se apegó a el.

— Paul, estoy enamorada de ti —confesó en tono de tristeza.

— Mentira, no me conoces, apenas nos hemos visto y lo sabes —dijo fríamente—. Ahora ponte ropa y vamos con los otros —se zafó fuertemente del agarre y le dio la espalda a la chica para emprender la caminata.

Cuando la rubia tenía puesto nuevamente su vestido celeste y sus zapatos blancos comenzaron a caminar. Llegaron con los demás mientras Paul aún trataba de comprender todo lo que había sucedido en tan solo unos minutos. No era normal lo que esa chica había hecho, el se sentía un poco perturbado e incómodo

Ambos jóvenes se sentaron sobre el césped un poco alejados del grupo.

Lizbeth apoyó su cabeza en el hombro de Paul para luego robarle un beso. Este no dijo nada, siquiera la miro después, no tenía ningún tipo de interés en la chiquilla, en su mente solo estaba John y no comprendía el porqué. Solo le había hecho una mamada, pero el castaño no salía de su mente.