John estaba apoyado en una pared fumando un cigarrillo tranquilamente cuando de pronto sintió como abrieron la puerta del local que se encontraba a su lado y lo tiraron violentamente contra el suelo.
Eran al menos cuatro hombres y dos de ellos llevaban puños de acero. Lo golpearon sin piedad repetidas veces en el rostro y en el estómago.
El castaño no tenía forma de salir de eso. Estaba confundido puesto que no tenía ni la menor idea de quienes eran esos tipos, de hecho, no se había metido con nadie en un largo tiempo como para ganarse una paliza de ese grado.
John no tenía forma de escapar puesto que uno de ellos estaba sobre el y los demás afirmaban sus piernas y sus brazos. Gracias a los puñetazos acumuló sangre en su boca y se la escupió en el rostro al que lo golpeaba, pero esto solo causó más rabia en el extraño y a causa de eso siguió golpeándolo.
Al cabo de al menos dos minutos se detuvieron y se fueron caminando rápidamente en dirección al sur; se escucharon sus risas y chistes acerca de lo recién ocurrido. Lennon como pudo subió al auto y pisó el acelerador camino a Londres.
Mientras conducía trataba de recuperar el aliento. Recibir puñetazos y patadas en el estómago y espalda no es una tarea fácil e incluso para alguien como el que acostumbraba a las peleas.
Como era su día libre prefirió pasar a un bar un poco alejado de la residencia real. Ahí bebió dos vasos llenos de cerveza y luego volvió al auto. Miró su reloj que daba las dos y veinte de la madrugada y decidió volver al palacio.
Como siempre se fue por la parte trasera y en silencio, pero no pasó muy disimulado al ver a Paul sentado en una banca con un cigarrillo en la boca.
— ¿John? —se acercó rápidamente a el—. ¿Qué sucedió?
— Nada malo, solo me asaltaron, no es nada —dijo despreocupado.
Paul vio que la chaqueta tenía cortes en algunos lados, había sangre seca en las comisuras de sus labios, sus ojos estaban morados y tenía cicatrices en sus mejillas.
— ¿A qué hora fue esto? —inquirió Paul mientras afirmaba su mano en el pómulo izquierdo de John y le hacía cariño.
— Como a eso de las nueve de la noche, creo
— ¿Qué hacías a esa hora en la calle?
Ambos comenzaron a caminar hacía el interior del hogar en silencio, John de vez en cuando miraba a Paul y este hacía lo mismo. Llegaron al cuarto de John y se sentaron en una esquina de la cama.
— Espera acá, traeré un botiquín
Paul se dirigió al baño y mientras tanto John se quitó las prendas superiores para revisar que no lo hayan herido en ningún otro lado.
El pelinegro sacó un paño y lo humedeció en un pote con agua tibia. Comenzó a pasarlo suavemente encima de las heridas de John para quitar la sangre que se había secado.
— Te ves distinto hoy —comentó Lennon.
Y era cierto, Paul había cambiado su forma de vestir desde que vio a John vestido de una manera totalmente distinta a la de los demás. Ahora quería ser como el, se ponía chaquetas de cuero y camisetas apretadas negras o blancas, sus zapatos eran botines bajos y oscuros. Era como ver a John unos pocos años más joven.
— Si te refieres a que ahora te estoy copiando... quizás tienes razón, pero tengo argumentos para eso —Paul le había puesto una crema en las heridas de las mejillas con una concentración máxima.
— ¿Y cuáles son tus argumentos? —indagó John.
— Eres... como decirlo sin que suene como si me gustaras... —pasó el paño en las comisuras y desvió un poco su mirada a los labios de John, los cuales tenían pequeñas cicatrices.
— Paul —dijo el mayor al notar la mirada de McCartney—. Esas solo son pequeñas costras que salieron por el frío de la noche, no tienes que limpiar ahí
— Oh claro —quitó rápidamente su mirada para buscar la crema de heridas—. Bueno, simplemente me pareces alguien genial y guapo ¿Quién no querría ser así?
Hubo un pequeño silencio entre ambos, entonces John se puso de pie y fue a mirarse en el espejo del baño. Las heridas ahora se veían normales, solo distinguían los moretones en sus ojos.
Desde la cama Paul miraba a Lennon y le parecía alguien realmente atractivo. Se acercó a el y lo miró directo a los ojos, posicionó sus manos sobre los hombros de John y este solo lo miraba confundido.
— Bien, es el momento, solo un beso de amigos —pensaba irracionalmente el pelinegro.
John por otro lado apoyó sus manos en las mejillas de Paul y lo acercó a sus labios para luego dejar un beso en la frente del menor.
— Que tierno eres Paulie —revolvió el cabello del otro y salió del baño.
— Si, supongo —dijo un poco desilusionado.
McCartney soltó una risita fingida mientras seguía a John a la otra habitación. Ahí se despidieron y Paul fue a su cuarto.
Apenas llegó se tiró sobre la cama con el rostro hacia abajo, luego miró a la pared y con la vista un poco perdida comenzó a pensar en lo estúpido que debió haber quedado enfrente de John. Por otro lado quizás este tampoco lo había notado de todas formas, pero aún así sentía un poco de vergüenza.
Al cabo de unos minutos encerrado en su mente llegó a la conclusión de que quizás solo estaba un poco aburrido y quería diversión, pero le costaba creerse su propia mentira, y eso no era muy bueno.
***
— No puedes trabajar si tienes el rostro de tal manera John, es algo anti estético —insistió el rey James.
— Pero señor, necesito el dinero, y este es prácticamente mi hogar ahora, si me despide solo por mis heridas yo terminaré en las calles
El hombre lo pensó unos segundos, apegó su espalda al sillón de cuero y cruzó una de sus piernas sobre la otra.
— Te quedarás en otro lado hasta que tus heridas sanen completamente, yo me encargaré de todo. Por mientras ve a juntar tus cosas
— Muchas gracias por comprender el asunto mi señor —besó la mano del hombre y luego salió del cuarto con rapidez.
Juntó sus cosas en el bolso con el que llegó, se dirigió a su auto en la planta baja y se encontró con un papel sobre el parabrisas.
Calle Dovet #964 piso 6, puerta 106
Muestra este papel al conserje
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I'll Be Back; McLennon
Fanfictionꕥ「 You know, if you break my heart i'll go But i'll be back again 」ꕥ [🍂] Paul cargaba en su espalda el peso de ser el futuro rey de Inglaterra y al mismo tiempo estar enamorado de John, su nuevo sirviente. Nadie les dijo lo cruel que pue...