Capítulo 3: El saludo del cyborg

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Kiara's Pov
Sin darme cuenta, me quedé sola en el pasillo, buscando a Delilah, pero sin éxito en encontrarla cuando empecé a oír un ruido, un balbuceo agudo muy familiar.
Entonces me desvié por el lugar cuando el ruido se convirtió en una nube color morado que empezó a rodearme con cariño y que no pude evitar abrazar.

- ¡Morphy!- Grité emocionada tras recordar la última vez que le ví- Pensé que nunca volvería a verte.

- Yo también- Una voz más grave sonó detrás mía haciéndome saltar y seguidamente calmarme.

- ¡Silver! ¡Eres tú!

- Ven aquí pequeña- Gritó abriendo sus brazos para darme un abrazo y devolverme a esos días en los que vestía ropa vieja y soñaba con salir del barco.

Él me elevó y luego me devolvió al suelo para apartarse y observarme bien.

- Mírate, te has convertido en toda una dama- Dijo con voz... Orgullosa.

- Yo también me sorprendo, ha pasado mucho tiempo ¿Qué ha sido de tí?- Él comenzó a caminar a lo largo del pasillo mientras yo le seguía.

- No mucho, Morphy y yo recorrimos todos los planetas que pudimos explorando y...- Se rascó la cabeza en un gesto que comprendí, a lo que yo rodeé los ojos- En fin, el caso es que me enteré de que te mandaron aquí a estudiar, y no podría jamás perderme la graduación de mi grumete más leal.

- Ha sido duro, pero he conseguido salir adelante aquí, aunque para ello me haya tenido que poner una falda y aprender a usar cinco clases distintas de tenedores- Contesté riendo.

- Así tendrás más habilidades- Dijo él mirando al frente- Toda rosa tiene sus espinas; tú podrías bailar el vals con ellos y luego darles una paliza- Contesté con una risa que hizo que él sonriera.

- Te he echado de menos Silver- Dije después de un rato.

- Y yo a tí, pequeña- Contestó cuando del fondo de aquel pasillo comenzaron a oírse pasos; entonces él cambió su expresión a una más tensa.

- ¿Qué ocurre?

- Lo siento mucho Kiara, pero, recuerda que me buscan- Dijo ensombreciendo su mirada- Antes de irme, quería decirte que, he visitado durante este tiempo muchos lugares intentando encontrar algo sobre tu origen, y aunque desgraciadamente no haya encontrado mucho, sé que hay alguien que te busca...

- ¿Qué quieres decir?- Empecé a sentir mi pulso más acelerado.

- Ten mucho cuidado- Y tras decir eso, salió corriendo y desapareció en la oscuridad de un pasillo sin luz.

Yo me quedé sola, en mitad del corredor, un escalofrío recorrió mi espalda, y la sensación de calidez y normalidad, se desvaneció por completo.

- Señorita Doppler- Una sirvienta apareció detrás mía- La estaba buscando, vamos, la ceremonia está a punto de empezar. Ella me tomó de la mano, y aunque yo seguía en shock, mis piernas respondieron correctamente y la seguí hasta el auditorio.

Era un antiguo salón de baile, había frescos en el techo y detalles con colores neutros por las paredes, los candelabros daban una luz tenue al lugar y un aura de misterio que enriquecía la imagen de la directora que sostenía una cesta con los diplomas; ella siempre fue una mujer con aspecto de estricta que vestía de negro.

- Buenos días queridas alumnas- Dijo dirigiéndose a mis compañeras de último año, que nos habíamos sentado en unas sillas frente a ella- Como estaba previsto, hoy haremos entrega de estos diplomas que os habéis ganado con esfuerzo y dedicación, unos diplomas que no solo demuestran el valor y la inteligencia que habéis adquirido a lo largo de estos años, sino que muestra también la recompensa de un trabajo bien ejecutado. La universidad de Olimpus para señoritas se especializa en la formación universitaria de las muchachas más prestigiosas del universo...- Su discurso se me hizo cada vez más eterno. Me mantuve serena y erguida mientras que presentaba a las profesoras y nos indicó que tras recibir el diploma, un chófer personal nos llevaría a nuestros hogares. Seguidamente, ella comenzó a decir los nombres de las alumnas y a entregarles su diploma para luego verlas desaparecer por la gran puerta del Auditorio.

Yo esperé a que dijera mi nombre sentada al lado de Delilah, y despidiéndola con la mirada- Kiara Doppler- Dijo haciendo que me levantase, caminase con paso ligero como me enseñaron en las clases de etiqueta y llegase a que me entregasen mi diploma. No hubo diálogo, ni despedida, tan solo frío y un suave aplauso por parte del resto de alumnas.

Luego, salí del auditorio y caminé por la residencia hasta llegar a la entrada, donde un señor de chaqueta me esperaba para montarme en un vehículo en el que estaban mis maletas, rumbo a Montressor.

Jim's Pov

- ¿Y qué ha sido de tí en todo este tiempo?- Pregunté a la capitana durante el viaje

- No hay mucho que contar... Delbert y yo nos casamos antes de que os fuérais para poder adoptar a Kiara, luego tú te fuiste y mientras tanto Delbert envió a Kiara a la universidad de Olimpus para señoritas- Dijo ella con voz melancólica- Yo no la he visto más desde entonces...

- ¿Entonces no sabéis nada de ella desde entonces?

- Yo no, tras eso, me quedé embarazada y tuve otras preocupaciones- Contestó riéndose ante mi expresión de asombro; realmente me esperaba cambios, pero no tan drásticos- Pero Delbert fue a visitarla varias veces, y ella siempre nos enviaba cartas, según él, se ha vuelto toda una señorita...

- Disculpe el entrometimiento capitana- Dijo Albert cortando nuestra conversación- ¿Pero de quién habláis? Si no es molestia contestar...- Amelia me miró con picardía.

- De mi hijastra, cuando lleguemos la conocerás, puede que os llevéis bien- Contestó ella en tono neutro.

El resto del viaje se nos hizo bastante corto, la capitana, Albert y yo compartimos anécdotas de la academia y nos pusimos al día; mi amigo comenzó a tomar confianza con ella y finalmente llegamos a Montressor.

La posada se veía exactamente igual, sentía que no había cambiado nada y que volvía a ser el chico de 15 años que soñaba con salir de ahí... Amelia nos indicó que entrásemos cuando ella pulsó el interruptor de la luz y salieron todos los clientes habituales con mi madre, Delbert, y los que deberían ser sus hijos en una cuna portable.
- Enhorabuena a los nuevos cabos- Gritó mi madre con emoción dirigiéndose a mí para abrazarme y devolverme el sentimiento de hogar- Te he echado muchísimo de menos- Me susurró al oído.

- Y yo a tí mamá- Contesté cerrando con fuerza los ojos.

Ella entonces dió paso a que sonara la música y todos comenzasen a festejar. Supongo que habría que celebrar el hecho de que me he graduado; pero yo solo era capaz de mirar por la ventana e imaginar al cyborg por el que empezó todo, y por el que acabé aquí.

Tal vez, de no ser por él, no habría vuelto a ver a Kiara, no habríamos vivido la aventura que nos marcó a ambos, no habría llegado a ser lo que soy hoy...

El planeta del tesoro 2: Las marismas del tiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora