Capítulo 9: No estás sola

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Kiara's Pov

Creo que llevaba mucho tiempo sin sentirme así. Sin estar totalmente convencida de estar viva.

En cierto modo, me dolió despedirme en la puerta de casa, y subir las escaleras para acabar tumbada en la cama, mirando al techo.

''Búscanos en Salyum'' ''Ellos también te buscan''

Las voces volvieron a resonar, cargándose por completo la sonrisa que llevaba puesta como un disfraz.

- Tengo que entrar en esa biblioteca- Dije con decisión.

Sé que era mala idea. No soy idiota. Pero estaba cansada de todo, quería volver a sentir lo que sentí ese día, quería olvidarme de las voces, del eco y del insomnio. Así que, me escapé.

Me puse unos pantalones negros, y una camisa, y para cubrirme, una chaqueta de cuero negra. Me recogí el cabello en una trenza y salí por la ventana hasta llegar a mi tabla de surf solar. Entonces, fui directa a la constelación del cisne de nuevo. Iba a entrar a la biblioteca de los sabios fuera como fuera.

La verdad, es que para entrar y evitar que nadie me viera; me colé por una escotilla que no costó mucho abrir. Dejé afuera la tabla y tomé una cuerda que usé para facilitarme el bajar y llegar al suelo. El lugar era enorme, y como era de esperar siendo una biblioteca, estaba lleno de libros antiguos en estanterías que llegaban hasta la escotilla por la que había entrado. Los tomos se clasificaban alfabéticamente, y no había ningún tipo de seguridad, al menos, a la vista.

Empecé a recorrer los pasillos por orden hasta encontrar la letra S. El problema principal fue encontrar el libro, que parecía oculto en lo más hondo del pasillo, entre mil títulos similares. Pero por fin, después de buscar por dos horas, lo encontré.

- Salyum, y sus leyendas- Leí el título en voz baja, y justo cuando iba a abrirlo...

Una alarma comenzó a sonar con intensidad mientras los latidos  de mi corazón aceleraban

- Mierda- Empecé a correr por donde había venido hasta llegar a la zona por la que salté. Tomé la cuerda y comencé a subir cuando oí una puerta seguido de pasos que cada vez aceleraban más.

Entonces ví una sombra desde la escotilla que me tendía la mano. Sé que estaba desesperada, supongo que por eso tomé la mano y solté la cuerda de forma que esa sombra me impulsó y recogí la cuerda para no dejar rastro. Cerré la escotilla y me giré para que, acto seguido, la sombra me tapase la boca con su mano y me obligase a agacharme.

- Cállate, lo último que hace falta es que te pillen- Reconocí la voz de Jim en ese susurro, y un enfado que no había oído nunca. 

Apagaron la alarma y seguidamente, Jim apartó su mano de mi boca y se echó hacia atrás permitiéndome levantarme. Las dos lunas que iluminaban el planeta me permitían verle con una expresión enfadada, y a la vez, decepcionada. 

''Lo siento Jim, solo quería apartarte de mis problemas''

- ¿En qué demonios estabas pensando Kiara?- Dijo con un tono casi lo bastante alto como para hacer que los guardas volviesen. Yo bajé la cabeza y guardé el libro en mi bandolera.

- Solo, quería evitar que te involucraras en mis problemas.

- ¿De qué demonios hablas? ¿Y por qué no iba a involucrarme?

- Porque no quiero que arriesgues nada por mí. No quiero causar problemas.

- Creo que causas más problemas si vas por tu cuenta- Giró la cabeza como si señalase la escotilla de la biblioteca. Yo puse los ojos en blanco.

- Escucha Jim...

- No, nada de escuchar, ahora quiero que me contestes- Me interrumpió sin dejar su expresión enfadada- ¿Qué narices te está pasando? ¿Es esto por lo que te has estado encerrando las últimas semanas, y por lo que estás tan rara?-

Me limité a cerrar la boca y asentir. 

- ¿Y por qué?- Preguntó de nuevo. Yo cambié mi expresión a una más triste; no quería decírselo, sería exponerle a algo que ni yo misma conozco, sería mostrarle lo loca y asustada que estoy.

Él cambió su expresión, esta vez parecía triste aunque en cierto modo, comprensivo- ¿Qué te está pasando Kiara?-

No pude evitarlo, me acerqué a él y me abrazó mientras yo me hundía en su pecho escondiendo las posibles lágrimas que pudieran escapar. No dije nada, él tampoco. Solo estuvimos ahí; yo sintiéndome culpable por absolutamente todo, y él acariciando mi cabello buscando algún tipo de explicación.

Después de unos minutos de bajón emocional. Volví a incorporarme, y respiré profundo.

- Vale, supongo que no puedo tragarme más esto. Jim, lo que pasa es que...-

El planeta del tesoro 2: Las marismas del tiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora