Capítulo 7: La biblioteca de los sabios

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Kiara's Pov

Llevaba unos días extraños, me costaba dormir; siempre escuchaba a las sirenas cantándome la misma melodía una y otra vez, sin dejarme comprender el enigma de sus palabras. 

Me revolvía una y otra vez entre las sábanas por la noche, y durante el día no salía de la biblioteca de la casa, buscando qué eran esas voces, qué significaba esa canción, y qué tenía que ver eso conmigo. Me estaba volviendo loca, y lo peor es que no me importaba.

Me levanté de la cama apenas el sol salió entre las montañas, con el pelo revuelto y el camisón arrastrando el suelo, y bajé a desayunar en la cocina. Delbert estaba ahí, intentando darle el desayuno a los pequeños.

- Buenos días- Dije con la voz algo ronca dirigiéndome a por un vaso de agua, y acercándome a la más pequeña para hacer que terminase de llorar y volver a sentarla en su trona.

- Buenos días Kiara- Contestó Delbert con un bostezo y su cabello despeinado- ¿Qué vas a hacer hoy? Hace mucho que no vas por la posada de Sarah Hawkins...-

Me senté en la mesa y miré por la ventana, perdida otra vez- Estudiar- Contesté sin más, sintiendo la preocupación de Delbert en su mirada.

- Kiara ¿Estás bien?- Yo le miré cansada y asentí. Poco después salí de la cocina, y me dirigí al estudio; polvoriento, oscuro, pero lleno de libros y posibles respuestas. Sé que me estaba aislando, y sé que a cada segundo que pasaba allí mi cabeza se llenaba de más preguntas. Y justo cuando lograba concentrarme, volvía a escuchar la nana.

Pasé toda la mañana leyendo, pero nunca encontraba nada- Salyum ¿¡Por qué narices no encuentro nada sobre Salyum?!- Entonces de repente recordé una de las clases en la universidad. 

''- Bien, como sabéis, para el trabajo sobre el origen de los puertos espaciales, tenéis acceso a la biblioteca del campus. Pero si necesitáis encontrar más información, o la que encontráis resulta deficiente, podéis ir a pedirle a la directora un permiso para entrar a la biblioteca de los sabios que hay en la constelación del cisne- La profesora caminaba por toda la clase mientras las miradas de las alumnas la seguían- Esa biblioteca contiene toda la información posible sobre todos los planetas, constelaciones, satélites... Todo lo que queráis encontrar, está en esa biblioteca''

Mis ojos se iluminaron de repente y me levanté de la silla de forma tan brusca que esta se cayó hacia atrás. Salí de la habitación corriendo, y cruzándome con Amelia.

- ¿A dónde vas con tanta prisa?- Gritó sorprendida mientras yo corría por las escaleras para entrar en mi habitación y cambiarme.

Corrí para vestirme con mis típicos pantalones de cuero y la camisa blanca holgada. Pero con un pequeño plus; un vestido que guardé en una bolsa. Mi intención era entrar con un permiso que me dio la directora al matricularme, un permiso que espero no me denegasen. Recogí mi cabello en una cola alta y desordenada y corrí hacia la puerta por mi tabla de surf solar. Al menos eso pensaba antes de chocar de frente con alguien y caer atrás.

- Eh!- Grité a modo de protesta

- Perdona perdon...- Me levanté para darme cuenta de que había chocado con Jim. Después de dos semanas, volverle a ver de golpe, literalmente.

- Lo siento Jim, no te he visto- Sonreí para disimular la incomodidad de volver a pensar en él.

Me sentí algo estúpida la verdad, caí en que, por encerrarme en mí misma, había perdido la relación con él, y le había ignorado por semanas. Y él me miraba aún así como si no hubiera pasado nada. Pero sí había pasado, algo estaba pasando, esa estúpida nana.

- ¿Kiara, estás bien?- Interrumpió mi trance mirándome a los ojos y clavando sus pupilas azules en mí.

Yo tan solo asentí, y sonreí de lado. Y nos miramos por unos segundos, de nuevo, como hacía años.

- Bueno, qué haces aquí- Pregunté volviendo a mi realidad, aquella en la que estaba cansada y ansiaba respuestas.

- La verdad... Te estaba buscando- Yo le miré sorprendida, esperando a que siguiera hablando- Esto... Solo quería saber qué era de tí, y saber si te podía acompañar a donde tuvieras pensado ir- Él rió con nerviosismo, y yo por dentro sonreí por su timidez. Y en mi cabeza el enigma aumentó ¿Podría contarle lo que ocurre a Jim? ¿Enserio estaba dispuesta a ponerle de nuevo en peligro? 

- Bueno, el caso es que tenía pensado ir a la biblioteca de los sabios, está en la constelación del cisne- Dije como si nada. Le dejaría acompañarme, pero si podía evitar que supiera ciertas cosas, lo haría.

Él me miró extrañado- ¿Puedo saber qué te trae hasta allí?

- Investigación- Contesté con una sonrisa algo sospechosa.

Jim pareció no comprender toda la situación, pero tampoco pareció sentirse extrañado, era una mezcla para nada normal.

Pero hacía tiempo que mi vida no era para nada normal.


El planeta del tesoro 2: Las marismas del tiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora