Capítulo 8: Aquí volvemos a ser los de antes

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Kiara's Pov

- Lo siento Señorita, su permiso caducó hace meses- Dijo una especie de pulpo que se encargaba de administrar la entrada.

- Pero se supone que es un permiso reciente, me gradué hace menos de un mes

- Y la felicito por ello, pero la exclusividad de la biblioteca hace que sus normas sean más estrictas que de costumbre, y por tanto, a menos que sea una científica o tenga un permiso de su universidad con la fecha de hoy, no puede entrar- Rechistó con algo más de agresividad, como si sintiera que fuéramos a profanar los libros.

- Pero...

- Nada de peros, lo lamento- Entonces dirigió la mirada a Jim, que estaba tras de mí- Capitán, le ruego se la lleve y no vuelvan si no tienen ningún permiso- 

Esta vez, estaba a punto de estallar la vena pirata que enterré hace tanto tiempo, dispuesta a gritarle todos los insultos que supiera en todos los idiomas posibles. Pero si quería la oportunidad de volver, no podía estropearlo ahora. 

Suspiré y miré a Jim sintiendo de nuevo la culpa de no haberle contado nada, y de que todo entre nosotros se hubiera enfriado desde que volvimos. Pero al fin y al cabo ¿Qué éramos exactamente?

Salimos de la gran puerta de madera tallada de la biblioteca de los sabios, y me paré para mirar al cielo, se notaban aún más mis ojeras, y las piernas solían fallarme por falta de sueño.

- Oye, puede que no hayas podido entrar, pero ya lo conseguirás, no te desanimes- Dijo él poniendo su mano en mi hombro- Se te ve cansada ¿Quieres que te lleve a casa de Delbert?

- La verdad, me encantaría estar en cualquier otro sitio menos ahí encerrada- Contesté con una sonrisa; esa clase de sonrisa que dice ''no te preocupes por mí'' aunque por dentro todo sea un caos.

Él se puso frente a mí y sonrió- Oye ¿Quieres que exploremos este sitio?- Él tendió su mano a modo de reverencia con sarcasmo, y yo la tomé.

- Me encantaría ''Capitán''- Contesté riendo.

- Cabo- Contestó poniendo los ojos en blanco. Entonces tomó mi mano y caminó rápido- Vamos-

La verdad, nunca jamás habría pensado que Jim conocía tan bien la constelación del cisne. Es como si hubiera estado ahí tantas veces que se conociera todos los caminos que conducían a los mejores sitios. Yo tan solo le seguí hasta llegar a una especie de laguna de aguas verdosas, la estrella que iluminaba el planeta se reflejaba en las aguas y hacía que las enredaderas mostraran un color esmeralda.

- Wow Jim, esto es... ¿Co-cómo descubriste este sitio?- Él se giró, y sus pupilas aumentaron, y sonrió mirándome.

- Fue la primera vez que salimos del cuartel por unas prácticas. Albert se escaqueó y cuando le encontré estaba aquí. Quise llevarte desde entonces- Yo me quedé callada, tan solo sonreí y me senté a observar el sitio olvidando por un momento todo. Como si volviéramos al verano después de nuestra historia con el motín de los mil mundos.

Jim's Pov

Y ahí estaba de nuevo. La chica que conocí hace un par de años, despeinada y de ojos ámbar que miraba fascinada todo aquello que la rodeaba. Era ella otra vez, y el sitio solo hacía que estar sentado a su lado fuera mejor todavía.

El resto de la tarde, estuvimos caminando por los alrededores, explorando la zona; aunque yo ya la conocía. Simplemente era una forma de pasar el tiempo sin encerrarnos en el Montressor que conocíamos, con ella escondida entre libros y ojeras y yo sirviendo comida hasta nuevos avisos de mis capitanes.

- Oye, creo que desde que volvimos no hemos estado tanto rato juntos- Dijo ella mirando al frente. Tenía la sensación de que me ocultaba algo, algo que pronto descubriría- ¿Qué tal te fue en la academia?

- Fue duro. La verdad, no era como estar con Silver, ahí yo no era nada más que el número 723, costaba destacar, y la gente era bastante seria- Sonreí entonces mirando al cielo recordando ciertos momentos de la academia- Pero al final, te acostumbras y todo lo que al principio es oscuro, se llena de luz. Ahí es cuando descubres que triunfan los que están hechos de la madera de los grandes...- 

Hubo un pequeño silencio, y sentí su cabeza sobre mi hombro.

- Siempre admiré tu capacidad para ver lo bueno en todo- Contestó ella sonriendo.

- No siempre fuí así, tal vez alguien hizo que cambiase- Dije fijando mis ojos en ella sin que se diera cuenta- ¿Y tú, cómo te fue todo en Olimpus?

- Fue muy extraño. Nunca sentí que perteneciera a ningún sitio, y ahí yo era como la clase de chica que nunca seré. Te obligaban a vestir formal, a saber peinarte y maquillarte, pero también se valoraba la inteligencia, y por supuesto el silencio y la sumisión- Ella rió sin hacer apenas ruido- Y digamos que no brillo precisamente por esas cualidades. No me costó conocer gente, pero pasé de vivir siempre en guardia a dejar que alguien la hiciera por mí, y se sentía en verdad extraño...

- Bueno... Ahora ni tú estás en Olimpus ni yo estoy en la academia- Contesté pasando mi brazo tras de ella- Así que no tendrás por qué sentirte una extraña-

Hubo otro de esos silencios, no eran incómodos, solo, eran eso, ausencias de ruido, ella respiraba lento, y yo me concentraba en ella.

- Te echaba de menos Jim

- Y yo a tí Kiara.


El planeta del tesoro 2: Las marismas del tiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora