El planeta del tesoro 2: Las marismas del tiempo

Capítulo 11: La pequeña tripulación

Jim's Pov

- Bien, necesitamos lo más importante para la operación- Dije elevándome un poco de la mesa en la que nos habíamos sentado Kiara y yo

- Transporte- Contestó ella

- A parte

- Un mapa- Dijo ella

- Una tripulación

- ¿Y cómo pretendes explicarles a dónde vamos?

- Fácil, no lo haremos- Contesté haciendo que sus ojos se abrieran de sorpresa. 

Kiara cruzó los brazos y me miró con sarcasmo- Vamos, que tu ''plan''- Dijo haciendo comillas con los dedos- Es pretender conseguir un barco a saber cómo, y una tripulación probablemente de mercenarios como para llevarlos a un destino que ni conocemos.

- Así es

- ¿Eres consciente de que Delbert hizo lo mismo cuando quiso ir al planeta del Tesoro verdad?- En ese momento sonrió de satisfacción mientras veía la cantidad de fallas que tenía mi plan.

- Vale, lo pillo- Contesté volviendo a recolocarme en mi asiento.

- Yo creo que primero necesitamos un barco, no tiene que ser gigante, con un bote bastará- Dijo ella, y procedió a sacar un bolígrafo y apuntar eso en una servilleta- Lo siguiente sería la tripulación; deben ser personas de confianza, si contratamos desconocidos nos pueden hacer una mala jugada- Tras decir eso, volvió a apuntarlo en la libreta.

En ese momento pasó Albert por la mesa y nos saludó cordialmente.

- Podríamos contar con él- Dije señalándole mientras veíamos cómo se precipitaba a una mesa para coquetear con las chicas que se encontraban desayunando ahí.

Kiara volvió a apuntarlo.

- ¿Sabes de alguien en Olimpus cercano a tí que nos sirviera de utilidad?- Ella se miró las manos.

- No tenía muchas amigas ahí, aunque creo que podríamos contar con alguien...- Dijo ella sonriendo conforme se le ocurría.

Tomo enseguida otra servilleta y comenzó a escribir en esta. Al acabar lo que parecía ser una carta, la guardó esperando a enviarla más tarde.

- Vale, entonces contamos con Albert, y tal vez con Delilah- Apuntó de nuevo- Ahora necesitamos a alguien bruto, todos prácticamente sabemos luchar, pero siempre viene bien alguien grande y fuerte que haga frente a la situación.

- Si tuviéramos a Silver...- Dije desviando de nuevo mis ojos. Entonces me fijé en que Kiara se había tornado inquieta- ¿Estás bien?

- Todo está conectado...- Dijo en voz baja.

- ¿Qué quieres decir?- Pregunté extrañado

- El día de mi graduación...- Dijo de nuevo en voz baja, luego volvió en sí y me tomó de la muñeca- No podemos hablar aquí, ve por Albert y nos vemos en media hora en mi casa, en la biblioteca de Delbert. Yo iré a enviar esta carta.

Dicho esto, salimos ambos corriendo de la posada, y yo me quedé en la puerta mientras ella corría desapareciendo en el camino.

...

Kiara's Pov

Así que era por eso por lo que me perseguían cuando volvía a Montressor...

Me di cuenta mientras recordaba las advertencias que me dió Silver el día que lo vi. Es por eso que salí corriendo a enviar la carta en la que pedía ayuda a Delilah, y por lo que quedé con Jim y Albert en el estudio. Tal vez esto era más preocupante de lo que esperaba.

No tardaron en llegar, mientras que para entonces yo ya había traído el volumen de la biblioteca de la constelación del Cisne, y un mapa.

- Vale, entonces ¿Por qué estamos aquí?- Preguntó Albert nada más llegar. 

Yo me giré y miré a Jim- ¿Le has contado el plan? 

- Solo lo básico- Él miró a Albert, quien comenzó a mirar los alrededores de la biblioteca.

- Así que en realidad tú eres la nieta del capitán Flint y Jim fue de expedición a descubrir el Planeta del Tesoro...- Dijo como si nada- ¡Vaya! Jamás pensé que Jim sería tan interesante- 

Yo me reí ante su comentario, y dejé que tomaran asiento hasta contarles el plan.

- Vale, creo que todo esto puede ser más grave de lo que pensamos- Comencé diciendo- El día de mi graduación me vi en un pasillo hablando con el capitán Jonh Silver, quien me dijo que había estado indagando sobre mis orígenes para conocer así mi relación con Flint- Hice una pausa mientras observaba a los chicos totalmente envueltos en mi monólogo.

- El caso es que me dijo que aún que no había encontrado nada, descubrió que me estaban buscando y persiguiendo, lo que explicaría por qué el coche que me trajo desde Olimpus sufrió una persecución- Proseguí cada vez más seria- Al principio no le di importancia, hasta que llegué a Montressor y ocurrieron las apariciones de sirenas que me dicen que vaya a Salyum...- Iba a proseguir cuando Albert me interrumpió.

- ¿Lo dices por la leyenda?

- ¿Conoces la leyenda?- Preguntó Jim

- Me la contaba el hombre que me adoptó cuando era pequeño- Afirmó con seriedad- Él decía que no era una leyenda, pero el tiempo la había convertido en un cuento para niños.

- Entonces ¿Estás dentro?- Pregunté mirándole fijamente

- Guapa, estoy dentro desde que te vi el primer día- Volvió a su tono picaresco que causó una mirada intensa por parte de Jim y un suspiro de desesperación por mi parte.

- Yo también- Sonó la puerta abrirse dejando ver una esbelta figura color malva. Salí corriendo a abrazarla

- ¡De!- Grité de emoción

- ¡Ki! ¡Qué ganas tenía de volver a verte!- Gritó Delilah abrazándome cubriéndome con sus tentáculos- Vine porque pensé que sería una emergencia de otro tipo ¡NO PUEDES ESCRIBIRME UNA CARTA DICIÉNDOME QUE ESTÁS HOSPITALIZADA Y PRETENDER QUE NO VENGA!-

Jim y Albert me miraron sorprendidos

- Era necesario para la misión- Dije encogiéndome de hombros y sonriendo de lado. Delilah rió con ternura y dejó una pequeña maleta en el suelo.

- Y bien ¿Cuál es el plan?- Preguntó una vez se encontró libre de equipaje.

- Iremos al puerto lunar, conseguiremos un barco y a través del mapa y con las indicaciones del libro llegaremos a Salyum- Comencé indicando- Una vez ahí, descubriremos el motivo de los cantos de sirenas y si es algún tipo de llamada de auxilio, les ayudaremos.

- Me parece bien- Dijo Albert levantándose y tomando el libro y el mapa- Yo puedo encargarme de descifrar la dirección.

- Yo puedo conducir el barco- Afirmó Delilah.

- Jim y yo averiguaremos más sobre Salyum, las leyendas y su relación con las visiones-

Y dicho esto, nos dirigimos a preparar un equipaje ligero para viajar, y descifrar por fin, el enigma de las sirenas.