Cap 13 | Cueva II

1.3K 265 124
                                    

Narra Luzu

Los besos cada vez se volvían más salvajes y morbosos. Sus manos se aferraron con fuerza a mi cabello. Mis manos apretaron sus caderas hasta dejarlas con las marcas de mis dedos.

De un movimiento le di la vuelta, esta vez teniendo su espada pegada a mi pecho.

Mis manos comenzaron a recorrer todo su cuerpo ya desnudo. Llegue a su dura y caliente polla, la cual comencé a masturbar con la misma fuerza de las estocadas que había retomado en su mojado culo.

Tomé su cuello y lo jale hasta mi, paga luego tomar su cara y hacer que me mirara, volviendo saborear esa dulce miel, en un juego de dominación pura, de hambre.

—Ah... L-Luzu... ah... estoy c-cerca —gimió entre mis labios, sin dejar de ser embestido fuertemente por mi.

—Vente para mi Auroncito, quiero sentir tu dulce esencia en mis dedos, mientras te lleno a ti con la mía —dice en su oído, sintiendo esa misma corriente invadiendo mis sentidos.

Y aunque no sabía cómo habíamos llegado a eso, luego de un inocente beso. La verdad no me quejaba.

~ Espero estes lista para jugar casa, porqué pienso jugar sucio ~

Narra Rubius

Hace un rato que habíamos terminado que colocar todo lo necesario para el conjuro, y aunque cuando tomamos el descanso, perdimos por un buen rato a Auron y Luzu.

Cuando estos regresaron todos nos pusimos como locos a organizar todo. Organizar todo para que fuera perfecto: perfecto como él habría querido.

Y gracias a que habíamos acabado con mucho tiempo de sobra, ahora todos nos encontrábamos parados solo viendo todo lo que habíamos preparado.

Y por primera vez en el día, el ambiente era tan tenso, que todas las bromas y risas de habían agotado, se habían agotado junto al tiempo. Ese que ahora nos llegaba hasta el cuello: impidiéndonos respirar bien.

Todas las velas moradas formando un círculo, este círculo lleno de pétalos de flores negras. Flores negras que se veía rojas casi en su totalidad, pues estas estaban bañadas en una sangre, la cual ni siquiera quería saber de qué animal provenía. Y justo frente al círculo, habían ocho círculos más pequeños, estos siendo formados por un polvo de hueso y otros materiales que no podía recordar.

~ ¿Esto está bien? ~

Cada segundo que pasaba, equivalía a miles de nervios aumentando exponencialmente. Cada paso se volvía más pesado que el anterior, esto gracias a que la tensión podía sentirse proyectada en todos. Como si ahora hasta el aire fuera más espeso: como si ahora nos costará hasta respirar.

~ Tengo miedo de ahogarme con este mismo aire ~

Miré a Luzu para tratar de descifrar si hasta él sentía todo esto. Pero Luzu había aprendido tan bien a ocultar lo que sentía, que ahora mismo podría estarse muriendo por dentro, y jamás lo sabríamos. Aunque la manera en la que sus dedos temblaban, te hacía una pequeña idea de todo lo que su mente tenía ahora mismo, y a pesar de eso. Él seguía con su firmeza, digna de un líder: como si tratara de cargar con la tristeza de todos.

~ ¿Necesitas demostrar que eres fuerte, aunque esto solo te dañe más? ~

Ahora miré a Willy, su frente estaba fruncida, esta demostrando un enojo sin sentido. Pues dudo mucho que en realidad estuviera molesto. Y aún así alejaba a cualquiera que se le acercara en estos momentos. Pero esto era totalmente contradictorio si mirabas cómo se abrazaba a él mismo: como si enserio necesitara ese abrazo.

~ ¿Alejas a todos con falsa molestia, para que no miren que en realidad sientes tristeza? ~

Mi mirada volvió a viajar, esta vez quedando en Alex. Y aunque su casco me hacía imposible ver sus facciones. Lo que si le delataba, eran sus manos moviéndose de un lado a otro: como si estas tuvieran vida propia.

~ ¿siempre llevas una máscara para que no miren tu dolor? ~

Miré a su lado, ahora inspeccionando a Fargan. Este solo miraba el suelo, como si en algún momento esté le diera todas las preguntas que sin duda tenía: como si fuera el único que no solo contestaría estas dudas, sino también el único que no lo juzgaría.

~ ¿Es tan difícil decir lo que sientes? ~

Miré a Lolito, este totalmente contrario a los demás, pues un suave silbido salía de sus labios, esto mientras movía su cabeza de un lado a otro. Pero aunque parecía disfrutar el trayecto, en sus ojos podías ver la preocupación tatuada en su iris: como si no doliera más sonreír de esa manera, que simplemente llorar.

~ ¿Debes esforzarte en parecer feliz, para que tu propia tristeza no te hunda? ~

A su lado estaba Mangel, el cual parecía tan perdido en sus pensamientos, que dudaba que él mismo supiera lo que en verdad sentía. Pero sus ojos ya rojos, te decían que retenían lágrimas dolorosas: como si le costara más soltarlas que retenerlas, aunque obviamente no era el caso.

~ ¿Estas tan confundido que ni siquiera te permites llorar? ~

Al mirar más atrás pude ver a Auron, este hablando en susurros al viento. Mientras una mueca se formaba en su rostro. Mientras pequeñas lágrimas salían de sus ojos, estás siendo eliminadas rápidamente por la manga de su sudadera. Pero a pesar de todo, el seguía contando sus tragedias a la nada: como si el viento escuchara sus súplicas y desdichas.

~ ¿Te sientes tan solo, que prefieres que el viento y tus demonios escuchen tu tristeza? ~

Y es que mirarás por donde mirarás, todo era tristeza, preocupación e incertidumbre. Y aunque todos se sintieran así, ninguno dejaba que esto saliera a la luz.

¿Es tan difícil demostrar todos nuestros sentimientos, hasta a nuestros seres queridos? ¿O simplemente ignoramos lo que sienten los demás, con la esperanzan que ellos hagan lo mismo con nosotros?

~ Pero si yo conocía aquellos sentimientos ¿Porqué no hacía algo? ~

¿Porqué aunque deseaba derrumbarme con las misma fuerzas que ellos? No podía simplemente llorar ¿Porqué aunque mi alma chillara en la desesperación? No podía gritar para intentar calmar su dolor ¿Porqué aunque debería saltar de alegría? Tenía miedo.

Mi respuesta era más clara de lo que habría querido aceptar, pero no la supe hasta que todas las velas moradas se encendieron, Hasta que la sangre se resbaló de los pétalos, dejando estos totalmente limpios, y en su lugar la misma sangre formó un patrón en el suelo.

No supe la respuesta hasta que sentí mi corazón casi salirse de mi pecho al escuchar a Luzu.

—Llegó el momento.

—Llegó el momento

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¿Aún me amas? [Segunda Temporada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora