Cap 3 | Pensamientos

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Narra Rubius

Mis manos sudaban y temblaban con tanta fuerza, que no sabía cuánto tiempo seguiría soportando aquello. No sabía cuánto tiempo seguiría de pie.

~ Ya no puedo con esto, no puedo más ~

- Necesito aire -hablé sin esperar respuesta, solo me levanté como pude. Solo me levante sintiendo todas esas miradas en mi. Solo me levante con las pocas fuerzas que aún tenían mi pesado cuerpo. Y caminé afuera de esa sala. Caminé tratando de ignorar lo que todos sentían ahora mismo por mi: lastima.

¿Porqué la luz me parece más molesta? ¿Porqué los murmullos se escuchan en mis oídos? ¿Porqué mi cuerpo se siente tan pesado y la vez tan liviano como una pluma? ¿Porqué ya no siento dolor en mis manos, aunque se que están sangrando?

~ Dejen de sangrar ~

Me senté en unas bancas que habían cerca de ese lugar. Unas bancas que serían partícipes de toda la frustración, de todas las lágrimas, de todas las gotas de sangre que resbalaban de mis manos temblorosas.

~ Necesito ayuda ~

Trate de calmarme, pero no encontraba mi flor, no encontraba esa flor morada que tanto me ayudaba en estos momentos. Solo veía en mis manos las manchas rojas. Las manchas rojas que querían consumirme.

~ Vegetta, te necesito ~

Mis dedos se metieron por mis cabellos, y lo jalaron con tanta fuerza que sentía como pronto se arrancarían de mi cabeza.

Y mi cabeza no dejaba de doler, pero no era solo por esos jalones, mi cabeza dolía con todas las palabras que parecían repetirse en ella. Como si alguien las estuviera gritando. Como si alguien quisiera volverme loco. Mas loco de lo que ya estaba.

~ Vegetta, te necesito ~

Sentí un peso a mi lado, al levantar la mirada pude ver a Luzu, el cual soltó un sonoro suspiro mientras miraba un punto perdido.

~ No quiero verte ~

¿Porque no puedo correr? ¿Tan pronto se fueron mis fuerzas? ¿Tan pronto se habían rendido mis piernas? ¿Porque no podía gritar? ¿Es que ya no tengo voz? ¿Es que tampoco tengo fuerza para eso?

~ Tengo miedo ~

- Cuando pasó la primera semana desde su muerte -comenzó a hablar Luzu sin mirarme- yo estaba destrozado, bueno, creo que todos lo estábamos -soltó una pequeña risa que se convirtió en un sollozo- no pude dormir en todo ese tiempo, aunque hoy en día tampoco puedo hacerlo muy bien. -puso su mirada en la mía- Hubo un día, en el cual yo estaba cansado de todo y todos. Ya no sabía cómo vivir sin él -ví como lágrimas gruesas caían de sus ojos oscuros- quise acabar con mi vida -volvió a bajar la mirada- pero no pude, no podía dejarlos. No podía irme sabiendo que yo no era el único que estaba sufriendo. No podía dejar ni a Willy ni a ti solos.

Trate de reunir todas mis fuerzas, trate de reunirlas todas, aunque sabía que luego no tendría más, aunque sabía que luego ya no tendría fuerzas ni para respirar. Reuní todas mis fuerzas y sin titubear ni un segundo, levanté mi mirada y hablé como si estuviera bien.

Como si cada palabra no fuera una apuñalada a mi garganta. Como si de mis manos no salieran gotas gruesas y espesas de sangre. Como si mi mente no estuviera danzando en la cuerda de la locura y la sensatez.

- ¿Y qué pasó luego?

~ Necesito llorar ~

- Entonces se me ocurrió la que según para mi, iba a ser la mejor idea -Noté una pequeña sonrisa triste en su rostro- traerlo a la vida -entonces la sonrisa se convirtió en mueca- pasé una semana preparando todo, preparando su regreso, aún sabiendo que este no sería para siempre -levantó la mirada para volverla a conectar con la mía- pero no pude, no pude Rubius -más lágrimas volvieron a salir de sus ojos. Pero yo no dejaría que las mías salieran- no podía traerlo a la vida por mi egoísmo, no podía ignorar su deseo.

Quite la mirada de la suya, como si me quemara sostenerla. Como si me destruyera. Como si cada segundo transcurrido solo fuera una resta interminable de mi vida.

- ¿Y cual es la diferencia ahora? -pregunté con cierto reproche. Pregunté aún si saber cómo lo lograba, aún sin saber cómo era capaz de tanto y a la vez tan poco.

¿Porqué puedo fingir tan bien, pero estar tan jodido por dentro? ¿Porqué no puedo arrancar estos sentimientos y dejar de sentirme tan muerto?

- Que esta vez, es lo que Vegetta quiere.

~ ¿Es lo que él quiere? Pero, ¿Y lo que yo quiero? ¿Eso no
importa? ~

- ¿A que te refieres con eso? -pregunté sin entender nada. Sin entender nada más que un pensamiento que se repetía con frecuencia: ¿Que es lo que yo quiero?

- Aun no es tiempo que sepas eso. Pero cuando llegue el momento, seguro entenderás muchas cosas -iba a reprocharle pero el se adelantó a mi- es lo que Vegetta decidió.

~ Lo que Vegetta decidió ¿Y lo que yo decida? ~

¿Porqué duele tanto? ¿Porqué siento que mi pecho se está desgarrando? ¿Acaso no debería estar feliz? ¿Acaso no debería estar con una jodida sonrisa? ¿Entonces porqué deseo llorar hasta que el aire se corte junto a mi voz?

- ¿Y que debemos hacer? -logré decir luego de unos minutos. Luego de unos minutos en los cuales tuve que volver a juntar todas mis fuerzas y enfocarlas en hablar sin llorar.

~ No llores ~

- Por el momento dejen que yo me encargue de eso -respondió volviendo a perder su mirada en un punto fijo- pero creo que lo primero es ir adentro, y hablar con todos de lo que haremos.

Yo asentí y me puse de pie para caminar hacia mis amigos, los cuales seguros esperaban una explicación.

~ O escuchar que yo estaba
bien ~

Pero al momento de ponerme de pie, sentí como mi equilibrio titubeaba y yo casi caía al frío suelo. ¿Porqué me siento tan débil?

¿Porqué siento como si estuviera sumergido en el agua? ¿Porqué siento sus palabras tan distantes, si estamos juntos? ¿Porque siento como si miles de voces gritaran que no estoy bien? Oh, ya lo sé.

~ No estoy bien ~

~ No estoy bien ~

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¿Aún me amas? [Segunda Temporada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora