Cap 8 | Te amo

1.6K 303 144
                                    

Narra Luzu

¿Nunca has sentido la gran e inevitable sensación de darte un tiro, cuando estás a solas con una persona que has estado evitando?

Pues si no, eres una sopa de veneno con mucha suerte.

~ Que ganas de tirarme desde esta colina ~

Seguí caminando por la gran y empinada colina, tratando de aferrarme a los árboles y raíces que ayudaban a impulsarse. Y claro, a no morir por la caída.

~ Aunque ¿Qué tan malo sería caer ahora mismo? ~

Escuché un gruñido a mis espaldas, pero no necesitaba voltear para saber quien era.

¿Y quien si no? Nadie menos que mi "pareja de recolección de objetos para el ritual especial", en otras palabras: Auron.

—¿L-Luzu podemos parar? P-Por favor —escuché al susodicho. Iba a volver a negarme, como había hecho en todo el camino, pero unas gotas comenzaron a mojar mi cabeza. Estaba comenzando a llover.

Y eso solo significaba una cosa: el terreno se pondría resbaloso, y si solo así ya costaba no resbalarse y morir. Con la lluvia sería algo segura nuestra caída.

~ Creo que al final no suena tan bien la caída ~

Lo volví a escuchar suplicar entre jadeos cansados, a lo que muy a mi pesar, busqué con la mirada una zona medianamente plana.

Sonreí al ver que entre todos los árboles uno destacaba por su gran grosor.

~ Sabía que debía haber uno de estos aquí ~

—De acuerdo, solo caminemos hacia aquel árbol —hablé señalándolo.

Comencé a caminar hacia el, sin esperar a mi compañero, pues aún no deseaba mirarlo a los ojos. Aún no podía.

Y comprendo lo ridículo que sonara, pues hay momentos en los cuales no deseo nada más, que no sea su mirada en mi. Momentos en los cuales siento que su simples sonrisas me derriten, aunque estas sonrisas no sean para mi.

Y me odio por eso, porqué se que el volvería corriendo hacia mi, se que el aún me ama. Y es que me lo ha demostrado todos estos años con su simple mirada, una que siempre busca la mía.

Pero no puedo. No puedo devolverle su mirada. No puedo responder a su sonrisa. No puedo tenderle una mano para que se levante, cuando caiga. Pero lo que no soporto, es no tener su atención para mi, porque se que podría olvidarme: y no quiero.

~ ¿Algún día podré verte sin recodar el sufrimiento? ~

Al llegar comencé a tocar todo el tronco en busca de una palanca. A lo que mi acompañante, el cual acababa de llegar jadeando, me miraba con confusión.

—¿Todo bien, L-Luzu? —lo escuché a mis espaldas, yo iba a responderle, hasta que toque ese hierro oxidado con mis sucias manos.

~ Aquí estas ~

Jale con fuerza, hasta que una parte de la madera se despegó del tronco. Al hacerlo podía apreciarse una entrada a lo que era un pequeño refugio.

—Pero que coño —lo escuché susurrar. Yo entré a ese pequeño lugar, el cual parecía que hace mucho no tenía una sola visita— ¿Qué es este lugar? —preguntó.

~ ¿Acaso no percibes mi desprecio? ~

—Antes que todos ustedes llegaran a Karmaland, cuando solo éramos, Vegetta, Willy, Alexby, Frank y yo —suspiré ante los recuerdos— antes de todo lo que sucedió, solíamos explorar mucho más que ahora. Y a cada lugar al que íbamos, hacíamos uno de estos para cada uno, —di unas palmadas al tronco que nos cubría de la lluvia— tuvimos mucha suerte al encontrar uno aquí, ya que el terreno es mortal cuando llueve.

¿Aún me amas? [Segunda Temporada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora