Cap 18 | Engañando

1.5K 282 141
                                    

Narra Rubius

—Solo hazlo —repetí sin apartar la mirada. Sin dejar de soñar con al fin probar sus labios.

Él volvió a cerrar sus ojos. Nuestros labios se rozaron, creando una corriente demasiado tentadora. Su respiración y la mía volvieron a ser una sola.

~ Nuestros corazones volvían a ser uno solo ~

Y justo cuando podía volver a sentirme vivo. Justo cuando nuestros labios comenzaban a encontrarse. Justo cuando se cumplía algo que llevaba añorando demasiado; alguien comenzó a tocar el gran portón de la isla.

~ No me jodas ~

Y como si fuera una advertencia, Vegetta rápidamente se separó de mi. Se separó como si mi cercanía le quemara. Como si besarme fuera el mayor de los pecados.

~ ¿Besarme estaba tan mal? ~

Pasó sus manos por su cara, limpiando sus ojos, algo que yo imité rápidamente. Pero a diferencia suya, yo no podía despegar mi mirada de él.

Pues aunque su indiferencia doliera. Necesitaba verlo. Necesitaba memorizar cada milímetro de su rostro. Cada cabello que había en su cabeza. Cada mirada, aunque esta no fuera de amor como antes.

Porqué aunque el Vegetta que tenía frente a mis ojos, no era aquel hombre dulce que no dudaba en besarme. Yo aún amaba a este hombre. Aún amaba sus ojos. Esos que parecían ser el único recuerdo del Vegetta que antes conocía.

Un Vegetta que yo estaba seguro que seguía ahí.

Pues cuando estuvo apunto de besarme. Cuando sus brazos se aferraron con fuerza a mi cuerpo, como si temiera que fuera a caer. Cuando sus manos acariciaron mi rostro, con tanta delicadeza, que sus simples caricias habían erizado mi piel. Cuando sus ojos me regalaban las miradas más lindas y nostálgicas. Cuando lágrimas gruesas rodaron por sus mejillas. Cuando sus labios susurraban palabras tan dulces como amargas.

Con todas esas pequeñas y significativas cosas, yo había afirmado una cosa; amar a Vegetta no estaba mal, esperarlo tampoco.

Pues aunque luego fuera sufrir su partida, en realidad no me importaba. Porqué estos años no tenerlo había sido como estar muerto. No, mucho peor. Pues yo era un muerto en vida.

Y en esos escasos segundos en donde solo existimos él y yo. Volví a sentirme tan vivo como antes; y no dejaría que esa sensación se volviera a escapar de entre mis dedos.

~ Ya una vez perdí este sentimiento y a ti. No volverá a pasar ~

—Iré a ver quien es —anunció caminando, aún sin esperar que contestara.

~ ¿Otra vez planea
esquivarme? ~

Caminé detrás de Vegetta, únicamente siguiéndolo. Y desando con todas mis fuerzas, matar al hijo de puta que nos había interrumpido.

Y al abrir el gran portón, y escuchar los gritos, mis ganas de matar solo aumentaron.

—Esperamos no interrumpir nada ¡Puercos! —venía gritando Auron, el cual iba de la mano con Luzu.

—No interrumpen nada —habló Vegetta sin dejarme contestarles antes— ¿Sucedió algo? —volvió a cuestionar con voz firme y mirada severa.

¿Aún me amas? [Segunda Temporada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora