Capítulo Diez: Manufacturas Epicíclicas de Hechicería (Tercera Parte)

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- Nunca más voy a tomar en serio un consejo tuyo - dijo Harry a Ron.

Había ido a sentarse en el coche, junto a los Weasley. Hermione, que todavía se negaba a hablar con él, estaba de pie a cierta distancia, mirando hacia la Mansión.

La sonrisa de Ron empezó a desvanecerse.

- ¿Qué...?

- Ella me odia - dijo Harry, dándole el tono de algo acabado.

Ron, Fred y George se veían completamente atónitos. Obviamente habían estado más seguros incluso que Harry sobre los sentimientos de Hermione.

- Hermione no te odia - dijo George al final, con un tono de voz bastante movido.

- Sí lo hace - dijo Harry -. Bueno, quizás sólo mi parte masculina.

- ¿Qué es lo que le has hecho? - preguntó Ron - Debes haberle hecho algo.

- Gracias, Ron, por el voto de confianza - dijo Harry, en un tono de voz muy grave.

- Sólo me refería a que...

- Toma un poco de zumo de calabaza - le ofreció Fred pasándole un vaso.

- No quiero zumo de calabaza - dijo Harry -. Quiero vodka. ¿Tenéis vodka?

Ron movió la cabeza, pesaroso.

- La verdad es que sólo tenemos zumo de calabaza.

- Y aceite para el motor - intervino George -. ¿Quieres un poco de aceite para el motor?

- Ya está, lo tengo - dijo Harry en la misma voz grave -. Me he caído y me he dado contra el fondo del precipicio.

- Eh, mirad - señaló Fred -, Sirius está de vuelta. Y tiene a Malfoy con él.

- Estaba equivocado - dijo Harry -. Aquí hay un lugar todavía más bajo.

Se enderezó reluctantemente. En efecto, Sirius y Draco se estaban dirigiendo hacia ellos, Sirius en su forma humana y Draco con el mismo aspecto con el que Harry le había visto por última vez.

Los Weasleys saltaron del coche al acercarse Draco y Sirius. Harry les siguió más lentamente. Por el rabillo del ojo, vio que Hermione también se acercaba a ellos desde una de las zonas más alejadas del claro.

Visto más de cerca, Draco parecía... diferente. Harry no estaba muy seguro de cómo. Pero lo parecía.

Ron, Fred y George tenían los brazos cruzados sobre el pecho, y miraban a Draco como si fuera una bomba a punto de explotar.

- Malfoy - dijo Ron, saludándole brevemente con la cabeza.

- Hola, Weasley - dijo Draco - Weasleys - añadió, mirando a George y a Fred. Luego se giró hacia Harry y extendió la mano.

- Quería darte las gracias por salvarme la vida - dijo.

Harry se quedó mirándole, y Draco continuó serenamente donde estaba, con la mano extendida. Por encima de la cabeza de Draco, Harry podía ver que Sirius le estaba contemplando con severidad.

Sacó su propia mano, cogió la de Draco y la estrechó.

- No hay de qué - dijo.

Se soltaron las manos rápidamente y Draco se giró hacia los Weasley.

- Mirad - dijo -, sé que no os caigo bien. No caigo bien a mucha gente.

- Eso me lo creo - dijo Ron.

- Y yo... - Draco se estremeció - Maldita sea, Weasley, me has distraído.

- Nos estabas diciendo que no caes bien a nadie - se ofreció Fred, con ganas de ayudar.

The Draco Trilogy: Draco Dormiens - Cassandra Clare  (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora