Capítulo Nueve: Lucius y los Mortífagos (Tercera Parte)

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Hermione había empezado a perder la noción del tiempo cuando oyó a Harry dar un súbito silbido de asombro. Alzó la vista y miró hacia lo que señalaba Harry, un enorme precipicio que dividía la tierra frente a ellos. Era delgado, posiblemente de no más de doce metros de ancho, pero parecía profundo, muy profundo. Iba delante y detrás por el suelo como una larga serpiente. Obviamente, no había ninguna manera de rodearlo.

Es un pozo sin fondo - dijo Draco, mirándolo con un poco de incomodidad -. O puede ser un precipicio eterno, no estoy seguro. No... creo que mi padre dijo que había encargado un pozo sin fondo al guardabosque - Draco se encogió de hombros -. Sea como sea, no os aconsejo que caigáis por él. Puede no tener fondo, pero pasaréis mucho tiempo cayendo.

- Sólo tu familia podría tener un agujero sin fondo, Malfoy - comentó Harry, enfadado -. Otra gente tiene setos en los jardines. Vosotros tenéis un agujero sin fondo.

- Más inusual que los setos - dijo Draco -. Más interesante, también.

- Ya basta de sarcasmos - ordenó Sirius, cortante -. ¿Cómo podemos pasar?

- No podéis - contestó Draco -. Si tuvierais sangre Malfoy podríais pasar por encima del agujero sin necesidad de un puente. Pero no la tenéis - movió a cabeza hacia Harry -. Bueno, quizás tú sí, Potter. ¿Te apetece comprobarlo?

Harry, que no tenía ni idea de la rapidez con la que unas nuevas células sanguíneas reemplazaban a las antiguas, y que no tenía ningún deseo de descubrirlo mediante la fórmula de dirigirse voluntariamente hacia un enorme acantilado, negó fervientemente con la cabeza.

- De eso nada.

- Aunque claro - añadió Draco -, si tuviera mi varita...

Sirius se la tendió y le cogió de la muñeca mientras realizaba un hechizo. No hubo ninguna luz, pero apareció un puente, que más que tal parecía un fino caminito por encima de los lados del pozo. No era casi ni lo suficientemente ancho como para que dos personas caminaran por él lado a lado.

- No me gusta mucho el aspecto de eso - comentó Sirius.

Draco se encogió de hombros.

- Es lo que utilizamos cuando tenemos que cruzar con alguien que no es un Malfoy - dijo -. Es lo suficientemente seguro. Cruza el pozo bastante más lejos.

- Tú primero - dijo Harry a Draco, siguiéndole.

Estaban a mitad del camino a través del puente, caminando dos a dos por el estrecho tablón, cuando lo oyeron: una especie de ruido rugiente y chirriante por encima de sus cabezas. Hermione alzó la mirada, intentando ver más allá de los cuatro metros o así en los que se elevaba, sobre ellos, el acantilado, y vio que los demás hacían lo mismo.

- ¿Qué es eso? - preguntó.

Todos miraron a Draco, que pareció abatido.

- Ni idea - admitió brevemente.

- Apóyense todos en la pared del acantilado, rápido - dijo Sirius cortantemente, y los cuatro se apretaron contra la sombra de la roca. Después de unos pocos minutos el ruido desapareció, y todos empezaron a caminar de nuevo, aunque más lentamente.

- Eso sonaba casi como... un helicóptero - dijo Harry en voz baja a Hermione -. Pero no puede ser. Aquí no.

- No funcionaría - asintió ella -. Demasiada magia en el aire.

- ¿Algún tipo de monstruo volador? - preguntó Harry preocupado.

- No sonaba como un animal...

Se detuvo al volver de nuevo sobre ellos el sonido, esta vez acompañado por flashes de una luz intensamente brillante. Fuera lo que fuera, había girado y había vuelto. Volvieron a apretarse contra el acantilado. Luego, de pronto, algo cruzó el aire sobre sus cabezas, algo grande... si Hermione no hubiera estado tan segura, podría haber pensado que se trataba de un helicóptero o de un avión, pero no podía ser...

The Draco Trilogy: Draco Dormiens - Cassandra Clare  (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora