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(...)

Su idea de visitar a Jimin en uno de sus partidos, era invitarlo a tomar algo después de este y conversar tranquilamente acerca de lo que tenía que decirle. Los había imaginado sentados el uno frente al otro, con una taza de café humeante y él exponiendo tranquilamente todas sus razones del porque un tipo de arreglo así era perfecto.

Definitivamente su idea no era estar presionado contra una fila de lockers, con las manos del alfa firmemente apoyadas en su cintura, y una de sus piernas entre las suyas. No podía imaginar formular una frase coherente con lo mucho que estaba sintiendo.

No es como si pudiera o quisiera quejarse tampoco.

Los labios de Jimin viajaron por su mejilla hasta llegar a su mandíbula, donde dejo pequeñas mordidas hasta encontrar donde de verdad quería estar. Jimin dejó escapar un pequeño sonido de satisfacción cuando por fin pudo recorrer con su nariz la piel blanquecina y delicada del cuello del omega. La lavanda se hizo más intensa cada vez que sus labios rozaban por casualidad la zona.

Jimin estaba completamente seguro que podía pasar horas adorando y prodigando caricias en cada centímetro de la piel del chico entre sus brazos. Cuando Yoongi se removió un poco, no pudo evitar presionarlo con un poco más de fuerza contra los lockers.

Necesitaba sentirlo cerca. Necesitaba que ahora por fin que lo tenía entre sus brazos no escapara demasiado lejos.

Tentativamente presionó sus caderas contra las contrarias y atrapó el gemido que escapó de la boca de Yoongi en cuanto ambos cuerpos hicieron contacto. Su piel se erizó y su estómago se apretó a medida que sus labios consumían cada uno de los gemidos que estaba provocando en él.

Y quería provocarle mil y que fueran infinitos. Yoongi no merecía menos que eso. No merecía menos que sentir toda la reverencia y veneración que sentía por él.

Jadeando, Yoongi separó sus labios y con su rostro ladeado tomó un poco de distancia, apoyando su mejilla contra el frío material de los lockers.

-No creo que este sea el lugar para esto.

Jimin asintió pero sin separar sus labios de su cuello. Lo tenía bastante claro, pero la esencia de Yoongi y como besarlo se sentía le estaba resultando difícil asumirlo.

-No, no lo es. Solo dame un minuto.

El alfa se separó ligeramente, dejando un espacio entre ambos y apoyó su frente en la sien de Yoongi, tomando respiraciones profundas, tratando de calmarse. Las puntas de sus dedos ahora tocando suavemente la piel descubierta, no aferradas a ella.

No ayudaba en nada las notas de algodón y lavanda que impregnaban el aire.

Pero con todo el autocontrol del mundo y más logró separarse, sin poder dejar mirar sus ojos.

-Dame dos segundos, me cambio y nos vamos. Donde quieras – le dio un corto beso en los labios y se arrastró a la fuerza hasta las duchas.

Yoongi tiró de la sudadera para poder cubrir su abdomen que en algún minuto había terminado escalando por su cuerpo. Pasó las manos por su cara, y decidió que la mejor idea era esperarlo afuera. Sobre todo con el conocimiento que estaba tomando una ducha a solo un par de pasos.

Tomó su bolso y se sentó en una de las bancas de la cancha sumido por completo en sus pensamientos. 

Casi saltó fuera de su propia piel cuando sintió que alguien lo abrazaba por la espalda, alguien que no era Jimin.

-Hola Yoongi, linda sudadera.

Hundió su cara entre sus manos, porque no solo apestaba a Jimin, la sudadera con su apellido en la espalda tampoco le estaban haciendo ningún favor a su idea de llevar esto discretamente. Menos con Taehyung.

to be so lonely // ym // omegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora