Tras días de insistencia pura de Hoseok, Yoongi decide ceder e instalar tinder en su casi obsoleto teléfono, de todas maneras ¿que tan mal pueden salir las cosas?
Tras un test positivo en su último semestre, se podría decir que bastante.
Angst.
MPr...
A fin de cuentas, por lo que había podido ver en el perfil, Jimin era exactamente el tipo de alfa esperaba, pero por algún motivo, no podía sentirse más decepcionado. Y de verdad estaba molesto consigo mismo por sentirse así. ¿Quién lo entendía? Porque estaba claro que no lo hacía ni él.
Jugueteó con el teléfono en sus manos, abrió y cerró la ventana con su chat, para volver abrirlo de nuevo y repetir la acción innumerables veces.
De verdad que no entendía porque se aferraba tanto a la idea de seguir en contacto con él, cuando no habían pasado más que un par de horas juntos y no es como si hubiesen conectado más allá.
Yoongi sabía y conocía perfectamente el peligro que Jimin conllevaba. Alfas como él eran imanes andantes, y teniendo en cuenta eso, aún así no podía decidir por cortar el contacto y buscar a alguien que no resultare una amenaza tan latente.
Y si bien su cerebro le reclamaba constantemente que Jimin era perfecto para lo que estaba buscando, su omega de verdad estaba molesto y decepcionado, y no había mucho que hacer respecto a eso.
Bufó ya frustrado, y abrió el chat dispuesto a pedirle que se vieran. Su cerebro tenía razón, Jimin era perfecto, además siempre podía separar las situaciones y adaptarse a ellas, era cosa que su omega también lo entendiera.
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Lanzo el teléfono a los pies de la cama una vez enviado el mensaje, no iba a aguantar la ansiedad de esperar que pasara algo, de verdad no sabía si iba a recibir una respuesta o no. No le había contestado hace más de una semana, y si fuera él, de verdad no le contestaría a alguien tan poco constante y que ni siquiera era capaz de hacer algo más que dejar la marca del visto.
Se metió al baño para no estar pendiente a cada minuto de su teléfono, preparó la tina y usó una de sus bath bomb favoritas que Hoseok le había regalado para su cumpleaños. El olor era bastante cítrico, y casi se atragantado con saliva al notar las notas de mandarina y los pensamientos que empezaron a cruzar su mente. De verdad no necesitaba pensar en Jimin mientras se estaba dando un baño, no era el mejor momento, mucho menos cuando su celo estaba tan cerca y eso no ayudaba mucho a bloquear pensamientos inapropiados.
Cuando por fin su mente se calmó, se permitió relajar y solo disfrutar del agua tibia y el tener un tiempo para él. Por mucho que le gustara lo que estudiaba, por mucho que adorara a Hoseok, eran momentos como estos en lo que podía aislarse de todo, en los que podía sentirse un poco más entero y recargar energía.
Cuando el agua comenzó a enfriarse, se secó con su toalla favorita y se puso una sudadera abrigado y su jogger negro favorito. Su estómago dio un giro un poco raro al ver su teléfono sobre la cama, pero sintió un alivió al ver que Jimin si había contestado.
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¿Debía ir? Mordió su labio inferior, ya eran las una de la madrugada, ¿Qué tan buena idea era?
