Suspiró cansado, llevaba menos de una hora cuidado a Bomi, pero estaba seguro de que no iba a volver a visitar a Namjoon en semanas. Desde que la pequeña había nacido, había sido un revuelo enorme en su grupo de amigos, pero ahora lograban lidiar con su pequeña y revoltosa existencia de la mejor manera posible.
Ser omega, era difícil, no iban a dejar a su amigo solo cuando más los necesitaba, y era por eso que estaba un lunes a las diez de la mañana saltándose su clase de derecho tributario, respondiendo a balbuceos sin sentido mientras su amigo estaba en una entrevista de trabajo.
-Cielo, ¿podrías tratar de no sacarle ramitas al Bonsai de papá?
Bomi hizo como si no lo escuchara y continuó de puntillas destrozando el árbol que Joon cuidaba casi como un hijo. Suspiró, y la tomó en brazos pese a sus protestas.
-¿Quieres ver a Pinkfong? – preguntó sonriéndole, rogando que dijera que si.
Obviamente frunció el ceño y negó, señalando a la pequeña pila de libros que Namjoon tenía para ella en el enorme librero.
Era obvio que iba a preferir leer algún libro, a quedarse tranquilamente hipnotizada frente al televisor durante cinco minutos mientras recuperaba su salud mental. Se acercó y escaneó los títulos en los bordes de los coloridos libros.
La pequeña tomó uno blanco con un gran círculo en la portada. El título del libro no era nada más ni nada menos que "un libro" y el autor era Herve Tullet, y eso era muy Namjoon de su parte. Su hija ni siquiera armaba frases y ya le tenía este tipo de cosas confusas.
Le leyó el texto y la dejó tocar todas las ilustraciones que quiso, hasta que se quedó dormida en sus brazos. La acomodó en su cuna y tomó el monitor del bebé para poder recostarse en el sofá.
Y por más que la adorara, nunca, pero nunca jamás iba a tener hijos.
Tras una siesta, un pequeño paseo por el parque, una muda de ropa tras la cena y que el reloj diera milagrosamente las nueve de la noche, Namjoon estaba en casa. En una mano traía las mismas carpetas que había preparado durante semanas, y en la otra una bolsa en la que se podían adivinar unas cervezas.
-¿Ese es mi pago? – preguntó esperanzado.
-Y en cuanto estés cerca de tu departamento, me avisas para pedirte delivery. ¿Comida japonesa está bien?
-No esperaba menos – murmuró mientras se estiraba y trataba de quitar un poco del cansancio de encima.
-¿Ya está dormida?
-Sí, pregunto por ti pero tras cantarle cinco veces la canción de la lechuza, recorrer la casa cuatro veces, y rogarle piedad, se quedó dormida.
-Eres lo mejor, muchas gracias. No sé qué haríamos sin ti.
-No pasa nada, ¿todo bien?
-La presentación fue bien, y la oficina me gustó bastante, creo que puede funcionar.
-Espero que esta vez sí. Me tengo que ir ahora, dile a Bomi que la extrañaré.
-Sabes que puedes venir cuando quieras.
-Puedo extrañarla de lejos.
-¿Tan terrible estuvo? – pregunto ocultando una sonrisa.
-Pregúntale a tu bonsái.
-¿De nuevo?
-Es su tercer intento este mes, deberías esconderlo por su bien.
-Lo recordaré – le entregó la bolsa con soju y cervezas, y llamó un taxi para que lo llevara a su casa.

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to be so lonely // ym // omegaverse
FanfictionTras días de insistencia pura de Hoseok, Yoongi decide ceder e instalar tinder en su casi obsoleto teléfono, de todas maneras ¿que tan mal pueden salir las cosas? Tras un test positivo en su último semestre, se podría decir que bastante. Angst. MPr...