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-¿Y qué tal te fue? - pregunto Hoseok con una ceja alzada, tomando un sorbo de su té.

-Le dije que pasara mi próximo celo conmigo.

-¿Qué hiciste qué? - casi dejó caer la taza de las manos. 

-No voy a repetirlo Seok.

-Debo admitir que escaló rápido- carraspeó -  pero estoy orgulloso.

-Ni me digas.

-¿Estas dudando?

-Obvio que no, pero es algo nuevo.

-Estás haciendo las cosas bien, mientras sean honestos y se comuniquen va a estar bien.

-Cierto.

-¿Vas a dormir acá o en casa de Jimin hoy? Dijiste que hoy había una fiesta.

-En la biblioteca.

-Yoongi, es sábado. ¿Vas a estudiar un sábado toda la noche?

-Estoy demasiado atrasado con las lecturas. Y la otra semana es mi celo, va a ser muy difícil concentrarme en algo más que no sea eso. Lo odio. No entiendo porque no hay alguna pastilla que los elimine por completo.

-¿Vas a pasar la noche solo o con algún grupo de estudio?

-Solo, pero tranquilo, es seguro.

-No me gusta. ¿Por qué no estudias acá?

-Últimamente no me concentro y la cama es una tentación muy grande.

-Odio que hagas esas cosas Yoon, tienes que dormir y descansar. No puedes tener este ritmo eternamente, te vas a enfermar. Te vas a enfermar de nuevo.

-No pasa nada Seok, estoy bien, no va a pasar de nuevo.

-Bien, solo esta noche, mañana te quiero durmiendo a las nueve. Te prepararé unos sándwich, y un termo con café. Recuerda ponerte un inhibidor de olor, tu celo está cerca y sabes cómo son algunos alfas.

-Si sé. Eres el mejor.

Puso en sus totebag los libros que necesitaba, los apuntes escritos y el estuche en el que mantenía sus lápices de tinta favorita. Guardó también el Ipad y el ordenador, ya que los necesitaba para escuchar un par de clases que no había prestado demasiada atención.

Cuando guardo la comida que Hoseok le había preparado, caminó hasta la parada de autobús.

Eran las 10 de la noche cuando por fin llegó a la biblioteca. Tenía que aguantar hasta por lo menos las seis de la mañana cuando comenzaban los recorridos que lo dejaban en su casa.

Como no era semana de exámenes, las mesas estaban casi vacías. Acomodo sus cosas, y comenzó a establecer prioridades. Lo más denso era uno de los libros así que decidió leer hasta cierta parte.

Su teléfono comenzó a vibrar y sonrió.

Siguió leyendo pero un poco extrañado con la respuesta de Jimin.

Cuando vio que alguien se paraba frente a él, no tuvo que adivinar para saber que era él. Se veía un poco gracioso bajo las luces fosforescentes, llevaba pantalones rasgados que dejaban ver gran parte de sus muslos, una camiseta ajustada y el pelo completamente desordenado, por haber estar bailando quizás. Y sonrió porque no podía verse más fuera de lugar.

Se sentó frente a él, le pasó una manta que traía en sus manos y sacó su Tablet en la que empezó a hacer trazos que Yoongi no tenía idea para que eran.

Luego de entender que Jimin no le iba a devolver las miradas, se concentró en su trabajo. Le sirvió un vasito de café en silencio, y este le agradeció con no más de dos palabras, y solo continuó trabajando en lo que estaba.

Era una faceta que hasta ahora no había visto, y le gustaba. Le gustaba mucho.

Cuando dieron las cinco de la mañana estaba completamente rendido, en cambio Jimin estaba absorto y a cada minuto que pasaba, sus trazos eran más frenéticos y con más propósito. Su pelo era un desastre aún peor a como había llegado por la cantidad de veces que había pasado sus manos por este cuando se concentraba.

-¿Estás muy cansado?

-Sí, quiero dormir, pero tengo que esperar hasta las seis para ir a casa.

-Vine en auto, ¿quieres que te lleve a tu departamento?

-¿Puedo ir al tuyo? No quiero despertar a Hoseok. Y mi celo ya es mañana o el lunes.

Jimin miró con los ojos muy abiertos a todas partes. Yoongi solo rio porque no entendía que tenia de escandaloso señalar algo que era completamente normal.

En el camino ninguno dijo mucho, Yoongi solo quería dormir y Jimin estaba solo concentrado en manejar bien. No quería que les pasara nada y sabía que estaba cansado. Llegaron al departamento en unos veinte minutos.

Yoongi entró con toda la confianza que haber pasado casi la semana entera en el lugar le había dado, se quitó los zapatos en la entrada y uso las zapatillas que Jimin le había comprado, eran de gatitos negros.

En menos de cinco minutos se había lavado los dientes, se había quitado los pantalones y había robado una de las camisetas de Jimin. Se acomodó en la cama, y se quedó dormido. Jimin en cambio se aseguró de contestar todos los mensajes de porque había desaparecido de la fiesta nuevamente, y solo entonces se dejó caer junto a Yoongi para dormir.

Lo abrazo porque lo había extrañado y si bien había querido besarlo y estar cerca de él durante todo el tiempo en la biblioteca, no quería distraerlo en lo absoluto.

No cuando rendir bien era tan importante para Yoongi.