Capítulo 1: Nieve.

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KagomePOV.

Nieve...Fría y solitaria nieve cae suavemente sobre mi rostro.

-Si tan solo fueras lluvia.- Le hablo a la sutil y muerta nieve. -Si fueses lluvia borrarías fácilmente las lágrimas de mi rostro.-Suspiro.

A pesar de que hace cuatro años vencimos a Naraku, y por fin la maldición de la perla ha desaparecido, no logro comprender si volver a esta época fue mi mejor decisión. Inuyasha ha hecho las pases conmigo, y a pesar de sus deseos por estar siempre a mi lado, de vez en cuando llama a Kikyo en sus sueños, aún la extraña.

La noche se combina con la nieve, el frío azota fuertemente y la luna se alza en esplendor... Solo queda su luz en el lago, un pequeño claro que he descubierto, me ayuda a pensar, y olvidar el llamado de Inuyasha a su ya muerto amor...
No puedo contener las lágrimas, más mi sufrir no es por no tener su corazón, me duele su sufrimiento, su agonía, y daría mi vida por traer a Kikyo de vuelta, y ver a Inuyasha sonreír, creo que todo mi entrenamiento me ha ayudado a superar este amor imposible.
El viento trae consigo el aroma y presencia muy familiar de cierto Yōkai, más no osa aparecerse. Su odio contra los humanos solo excluye a Rin.

-¿Vas a estar ahí husmeando?- Le digo suavemente.

-¿Me estás faltando el respeto, sacerdotisa?- Me dice frívolamente.

Sonrío y lo miro. -¿Vas a matarme entonces?-

Su rostro continúa tan apacible. Hay algo que me embelesa al mirarlo.

-Eres la mujer del idiota de mi medio hermano, y que también cuidas de Rin, aún si quisiera matarte, no sería conveniente.-

Me río ante su comentario y puedo ver en su semblante que no le ha gustado nada mi actitud.

-Yo no soy mujer de nadie.- Le digo sin dejar de mirarlo.

Me mira con cara de pocos amigos, ¿Está buscando una respuesta?

-Sí, volví de nuevo a esta época porque creí que mi destino era Inuyasha, y mucha cuenta me di que tan erróneo ha estado todo eso.- Resoplo.

Sesshōmaru continúa absorto en mí. Debo parecerle muy estúpida.

-Entonces vete.- Dice en seco.

Le arqueo una ceja. -El pozo está cerrado y creo que para siempre.-

-¿No se supone que eres una especie de sacerdotisa poderosa?-

Auch. Golpe bajo.

-Oye, no me interesa cuanto desprecio tengas por la humanidad o que no tengas sentimientos.- Me levanto y me acerco a él. -¿Podrías tan solo no ser un dolor en el trasero esta vez?- Lo miro.

Mi corazón comienza a bombear rápidamente, ¿Qué demonios acabo de decir? Seguramente me va a matar.

-Hmph.-Me dice y asiente.

Siento que mis rodillas me fallan y lo único que tengo al alcance es su kimono. Rápidamente dos fuertes brazos me sostienen de caer, mi mirada se encuentra con la suya, y puedo jurar que desde aquí se escucha mi corazón queriendo explotar de mi pecho. Puedo sentir su respiración, siento que el mundo se congeló.

-Tus mejillas están rojas.- Me dice.

Siento una explosión de calor subir por todo mi cuerpo, me aparto de él rápidamente.

-Lo...¡Lo siento muchísimo Señor Sesshōmaru !- Hago una reverencia.

Dios mío, que vergüenza, de seguro ninguna humana lo ha tocado así jamás. Desearía que la tierra se abriese en dos y me llevara a mi época de inmediato.

Todo es lo que parece.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora