Mi grupo de amigos sale inmediatamente de la cabaña, los veo con vendajes, parches y hasta han utilizado los jarabes. Increíble cómo los Yōkais perciben todas estas cosas.
-¿Qué ha pasado con Kagome, y quien es esta?-
-Inuyasha… Abajo.- Invoco el conjuro.
El Hanyoū se estampa suavemente contra el suelo. Se levanta rápidamente y me examina.
-Kagome.- Susurra con melancolía.
Algo en mí me lleva a su encuentro. Me abraza y lo siento sollozar.
-Creí que te perdía, hemos orado por ti.-
Le devuelvo fuertemente el abrazo, y me alejo un poco.-Estoy bien, nadie podrá conmigo.- Le guiño.
-¿Qué ha sucedido, por qué estás así?-
-Jaken.- Lo llamo. -¿Podrías explicar?-
Jaken mira a Sesshōmaru y este le da una mirada mortal, rápidamente se coloca junto a mí.
-La ama Kagome, ha sido liberada de su sello, la profecía dictaba que el único que podía romperlo era su hilo rojo.-
Todos continúan aún sorprendidos y bastante confundidos.
-¿Su hilo rojo?- Sango mira directamente a Sesshōmaru.
-Mi amo bonito es su hilo rojo.-
-¡Keh! ¿Qué es esa estupidez? La querías asesinar cuando la conociste y ahora ¿Ella es tu hilo del destino?-
-Siempre he sido su destino.- Le sonrío a Inuyasha. -Así como Kikyo el tuyo.-
Le he dado en el clavo.
-Podrías inclusive haberte quedado con Koga.-
El lobo solo rueda los ojos, ha prestado bastante atención todo el momento.
-El pergamino existe hace cuatro mil años, por eso el amo nunca ha podido matar a la ama Kagome, ni ella ha podido herirlo. Estaban destinados alejados del tiempo.- Jaken finaliza.
-Prometo continuar visitándolos, y traer suministros.-
-¿No te quedarás?-
Se me descuadra la cara. Inuyasha parece un niño berrinchoso qué teniendo dos paletas le quitan una. Aunque realmente esa paleta nunca ha sido suya, solo ha tenido que cuidarla.
-Inuyasha.- Le tomo una mano. -Agradezco que hayas cuidado de mí todo este tiempo, hemos tenido muchos fallos, pero mi camino no es aquí.-
Abrazo a todos mis amigos, Koga me abraza respetuosamente mirando a Sesshōmaru.
-¿Al menos sientes algo por ella?- Dice Inuyasha.
Miro a mi demonio. Su mirada para mí es única, me grita con su perro interior cuanto afecto y deseo siente por mí.
-No hay duda de que lo hace.- Le digo.
-Mi señora, ¿Me va a dejar aquí?- Yui me dice.
-Puedes venir y servirme o puedes quedarte con la manada de Koga o Inuyasha.-
-Sabe que mi lugar es con usted.- Me sonríe.
-¿Vas a quedarte por hoy? Me gustaría ver qué tienes.-
-¿Estás seguro Inuyasha? No quiero ir al Inframundo por tu alma.-
-¡Keh! No podrás tener tanta oportunidad conmigo.-
Nos sonreímos retadoramente, me dirijo hacia Sesshōmaru.
-¿Está bien que nos quedemos?-
-Destrózalo.- Me dice. -Atenderé algo.-
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Todo es lo que parece.
FanfictionUn año después de que Kagome volviera a la era Sengoku, debido a los acontecimientos de la pelea contra Naraku, ahora se respira paz y felicidad. Nuestro grupo de amigos ha crecido, Miroku y Sango han tenido tres hijos; Inuyasha continúa increment...