Capítulo 6: Inuyasha... ¡Abajo!

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                               · Continuación.

Inuyasha no contesta y solo se lanza a atacarlo, con Tessaiga lanza un viento cortante poderoso, pero Kirinmaru logra esquivarlo. Samuru convoca a los Yōkais del castillo, Sango, Miroku y Kohaku tratan con toda su fuerza no morir en el intento.

-¡Ya basta!- Exploto mi Reiki en una onda expansiva.

Los Yōkais salen disparados al aire, mi grupo de amigos es levemente afectado por mi poder, pero Sesshōmaru solo está pacífico a mi lado. ¿En que momento lo he excluido de mis poderes?

-Kagome, que tus mascotas se vayan o los asesinaremos y te tomaremos por la fuerza.-

Samuru me exige.

-¿Qué tal si te matamos a ti estúpido?- Inuyasha se pone en pie.

No puedo permitir que sigan así, Sango y Miroku son padres. Kohaku no puede volver a morir, Shippo es solo un adolescente y acabo de regresar a Kikyo.

-Kirara, llévatelos de regreso.-

La pequeña demonio me asiente, los envuelvo en una barrera de la que no podrán salir hasta llegar a la aldea.

-¡Kagome! ¿Qué haces?- Me grita Inuyasha.

Kirara se aleja rápidamente de la escena.

-Espléndido, eres muy buena siguiendo órdenes.-

-Te pienso asesinar yo misma.- Le respondo fríamente.

-Pues entonces que no quede nadie vivo.- Alza su mano.

Nuevamente los Yōkais vuelven a la escena, pero no para pelear contra mí, van por Inuyasha y los demás.

-¡Eres un maldito!-

Samuru se lanza hacia mí con su espada, con mi Reiki saco aquella espada nuevamente y comenzamos una intensa pelea, de reojo veo que Kirinmaru está luchando con Sesshōmaru. No saques al perro por favor, no sabría cómo controlar eso.

-¡No lo mires a él!- Me grita Samuru.

No sé en qué obsesión tan endemoniada me he metido, pero no me quedaré para morir o ser tomada aquí. Tras una guardia baja le atravieso mi espada muy cerca del pecho a Samuru. Mientras que Sesshōmaru ha dejado gravemente herido a Kirinmaru.

-Tu espadita no me matará.- Me dice riéndose.

-No es una espada cualquiera.- Le sonrío.

Sangre negra comienza a brotar masivamente de la herida. Varios Yōkais salen del castillo para llevarse a su amo y su mascota.

-Maldito, espero que no te salves.-

Camino hacia Sesshōmaru, quién tiene sus ojos enrojecidos.
Oh, oh, problemas.

-¿Sesshōmaru?- Le llamo.

Él es un Yōkai claro que sabe controlar su fase
de demonio.

-¿Estás bien?- Lo miro de cerca.

No reacciona a nada. Cuando Inuyasha tomaba su forma demoníaca no respondía, solo con el conjuro… ¿Qué puedo hacer para molestarlo? Y entonces viene a mí. Un beso. Me coloco de puntillas y me aferro a su kimono y le atesto un beso. Lentamente puedo sentir su aura volver a la normalidad. Me envuelve en un abrazo suave.

-Lo siento mucho.- Le digo. -Pero no tengo conocimiento en que hacer en esas circunstancias.-

Él no me dice nada, sé que está molesto. Olfatea el aire.

-Sangre.-

Me toma en sus brazos y nos convertimos en una luz azul, llegamos con Inuyasha y los demás, Kikyo desvaneció la barrera que les he puesto, y están peleando con los Yōkais que Samuru envío del castillo, Sango está sobre Kohaku quién tiene una herida profunda en su abdomen.

Todo es lo que parece.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora