Capítulo 27: Marcas.

234 33 4
                                    

-¿Y bueno que hacemos aquí?-

-He tomado una decisión.- Su mirada es bastante seria.

-¿Creí que ya aclaramos ese tema?-

-Escogí este lugar porque deduzco tiene su esencia especial.-

Parpadeo muchas veces. No entiendo a qué se refiere.

-He decidido que es hora de que coloques tu marca.-

No puedo articular nada. ¿De verdad?

-Sessh... Eso... ¿Serías mío?-

Me arquea una ceja bastante molesto.

-Se supone que ya lo soy. ¿Está en duda?-

Niego con la cabeza y me abrazo más a él. Después de tantas cosas malas, supongo que es nuestro momento de ser felices. Con Zero, por fin lejos de nosotros, podremos comenzar nuestra aventura en paz.

-¿Kagome?- Me saca de mis pensamientos.

-¿Cómo se supone que lo haga?-

*Yo te guiaré.*

Sesshōmaru queda a una altura en la que puedo perfectamente atacar su cuello. Se descubre un poco y ya los poros comienzan a emitir calor. ¡Demonios con estas hormonas!

*Procede a mentalizar tu Yōki y tu Reiki, como si lo pudieses ver y tocar.*

Me concentro. Puedo sentir como ambos se fusionan.

*Ahora, saca levemente tus colmillos. Y procede a enviar tus poderes a tus fauces.*

Esto es como un ritual. Habría pensando que una simple mordedura bastaría. Hago lo que Mirai, me dice. Sesshōmaru espera paciente, con sus ojos cerrados.

*Cuando sientas el calor en tu boca, es entonces cuando puedes clavar tus colmillos en su carne, podrás sentir como fluye el poder de ti, hacia Sesshōmaru.*

Y entonces lo hago. Muerdo sin nada de compasión y siento como brotan ambos elementos de mi boca. Arde. Quema como el demonio todo mi cuerpo. Observo a mi demonio, y puedo ver que las marcas están sobresaliendo.

*Puedes liberarlo.*

Procedo a retraer mis colmillos lentamente. El corazón me late a diez mil por segundo. Observo como la marca se fusiona con la carne de Sesshōmaru. Siento que pierdo el control sobre mi cuerpo.

*Vamos Kagome. Hazlo. Sé que deseas hacerlo.*

Sin pensarlo dos veces, me lanzo nuevamente y clavo mis colmillos en él. Esta vez, puedo sentir como  Sesshōmaru, estalla todos sus sentidos. El olor a éxtasis inunda mi nariz. Vuelvo a soltar mi agarre y él se gira para mirarme. Me toma el rostro y me planta un beso que me deja en otro universo.

¿Quién pensaría que los Yōkais tienen tanta atracción sexual?

-Kagome.-

Observo a mi demonio favorito. Sus orbes están en rojo vivo, sus marcas latentes y el pulso le va a mil.

No lo dejo ni llamarme nuevamente, y me lanzo a besarlo. El sabor de su sangre es como una droga. Me embriaga. Necesito más. Me deshago de su maldita vestimenta con agresividad.

-Piensa en el cachorro. No podré tener autocontrol.-

-Si fuese peligroso Mirai, ya lo sabría.-

Termino por callarlo, llevando su cara hacia mis pechos. Me deshace de mi vestimenta lentamente mientras muerde mis pezones. Siento como la respiración se me corta. Me falta el aire. Me falta él dentro de mí.

Ágilmente me acomoda en la hierba para proceder a lamer mi intimidad, puedo sentir sus fríos colmillos rozar mi piel y solo puedo sentir como se incrementan las olas de placer. Sus dedos viajan a mi interior y sus caricias tocan los lugares correctos.

-Sessh…- No puedo evitar gemir su nombre.

Con un movimiento manual increíble me lleva a la cumbre del orgasmo. Intento recuperarme. Pero me siento llena de electricidad. Me incorporo y me levanto, lo atraigo a mí. Vuelvo a besarlo como una desquiciada. Chocamos contra un árbol. Subo una pierna a sus caderas y logro acomodar su muy bien dotado miembro entre mis piernas.

Con un brillo de maldad en sus ojos me embiste con todo lo que puede. Jadeo. Que bueno que es esto. Me aprisiona con una mano, las mías sobre mi cabeza. Mi marca arde. Como si lo estuviese llamando. Y él lo comprende. Procede a clavar sus colmillos con fuerza mientras me embiste con una danza deliciosa.

Pero esta vez quiero ser yo la que tenga el control. Me zafo de su agarre. Me salgo lentamente de él, y procedo a acostarlo en la hierba. Me subo sobre Sesshōmaru, siento como si un demonio me posee. Me penetra nuevamente y yo me muevo salvajemente. Me toma por las caderas y su agarre se vuelve firme.

Bajo hasta su marca y me clavo en ella. Lo escucho jadear. Siento electrificarme por completo. Aumento el ritmo de mis movimientos y me enloquece como se detona el orgasmo para ambos.

Me suelto de la marca y me acuesto en su pecho. Sin salirme de él. Nuestro pecho sube y baja alocadamente.

-Te has contenido.- Apenas puedo decir.

Él solo me asiente con dificultad. Supongo que después del embarazo podrá destrozarme de la manera que tanto ha estado deseando.

Me levanto para proceder a vestirme. Él me da una mirada de confusión.

-Cualquier ciudadano podría venir.- Le sonrió. -Además. Necesito recuperar mis energías.-

Me asiente. Como si hubiera olvidado por un momento todo lo que sucedió anteriormente.

-Será conveniente ir con mi madre.-

-Inuyasha estará allí. Creo que debo disculparme.-

-Le has tocado el ego a ese inútil.-

-¿A qué te refieres?-

-Siente que has perdido tu esencia.-

-Sigo sin coger la idea.-

-Ha dicho que eres tan fría como yo.-

-Ah, lo entiendo. Él también se salió de sus cabales por protegerme. Debería entender lo que sentí.-

-No le prestes atención.-

Ruedo los ojos. Tener un Inuyasha resentido con el parto cerca no será conveniente. Sesshōmaru me toma en sus brazos y nos convertimos en un haz de luz. Para aparecer en el Palacio de Irazue.

----------------------------------------------------------------------------------
¡Hola mis queridos lectores!
Agradezco que hayan llegado nuevamente acá.
Reviví. Cómo el ave Fénix. Así que vengo con mucho más de esta historia. Gracias por continuar conmigo.
Siento muchísimo el abandono.
Es algo corto pero al menos quería que supieran que está historia sigue muy viva. Y con deseos de que sepan que otras atrocidades están por comenzar.
Nos vemos la próxima con un nuevo capítulo. 🧡

Todo es lo que parece.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora