Parte 1: Los cuerpos que se mueven por atracción

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Hay veces que el cuerpo se mueve solo, en ocasiones quiero hacer algo diferente... pero en apenas una fracción de segundo mis pies se han estabilizado, mis brazos por su propia voluntad ya forman el arco del lanzamiento de la pelota... De nuevo. Va directa hacia él. Apenas puedo seguir el movimiento, creo que ni siquiera me ha pedido el pase ¿sabe que se lo daré inconscientemente? Solo alcanzo a ver su cuerpo en el aire, volando hacia la cima. Estira los brazos y pierdo de vista el balón. Han sido apenas unos segundos... Definitivamente tiene alas. No puedo dejar de mirarle, sería un idiota sino no fuera capaz de asustarme un poco ante esa fuerza desmedida. A veces le imagino como un cuervo gigante que extiende sus alas sobre mí, sumiéndome en las sombras

- ¡Lo hice! – Grita Hinata mientras se mira ilusionado las manos. Una enorme sonrisa se forma en su cara.

A veces pienso que si sigue creciendo me sumiré en las sombras... pero... si le sigo mirando... también puedo sentir como el sol me da en la cara sacándome de la oscuridad.

Los entrenamientos con Hinata comenzaban a llevarle por derivas emocionales. Los entrenamientos eran para él en general algo inevitable, como comer, era como disfrutar de un plato que te gusta mucho, necesario y placentero. Sin embargo, desde que estaba Hinata entrenar se había vuelto algo distinto. Empezaba a verlo no como comer sino más bien como beber... Puedes estar algún tiempo sin comer, pero no sin beber. Es refrescante, indispensable, necesaria... vital... Lo contrario era enfrentarse a la agonía de un cuerpo que se va cuarteando como la tierra en época de sequía.

Aquel día... en el enfrentamiento de 3 contra 3, cuando pensaba enviar todos los pases a Tanaka, de repente mis manos enviaron el balón a su banda... Apenas nos miramos, sentí el movimiento de su cuerpo acercándose a la línea de remate y luego como piezas que encajan su mano golpeó la pelota en el punto exacto. Lo supe... había podido ver las piezas encajando.

Me miró y sus ojos me dijeron tantas cosas, cosas que no se hubieran podido verbalizar de otra forma. Es esos segundos el aire no entró a mis pulmones. Me miró. Sonrió. Golpeó la pelota. Anoto y me miró de nuevo, todo a cámara lenta, sin respirar. Me estaba gritando "Yo te voy a demostrar como lucho, mírame".

Ya llevábamos unas semanas entrenando, esa sensación aún no se iba. Nos enfrentábamos al Aoba Josei en un partido de práctica. A pesar de que al equipo le estaba costando mucho cuando Hinata pasaba a mi lado en la rotación mis manos se inquietaban, él mismo parecía desprender un aura de tensión contenida por luchar, tocar el balón, ganar...

Era el set final, en el lado izquierda tenía a Tanaka, todos los contrarios habían fijado su mirada en Hinata, le seguían, era el señuelo que dejaría libre la pista para rematar, pero... en el último momento como si tiraran de mi por hilos invisibles levante mis manos y le di el pase a Hinata. No nos habíamos mirado, ni dicho nada, pero como si fuera un hecho irrefutable el pequeño remataría. Confiaba casi ciegamente en él. Oí la pelota caer en el campo contrario. Había salido bien... pero había sido sin duda un error.

Me giré, Hinata me miraba, de nuevo no pasaba el aire a mis pulmones, habíamos ganado y todos se acercaban a él para felicitarle por el último remate. Era el momento, estaba ahí, la abstinencia de un abrazo que supiera a victoria. Se lo merecía, había volado, había ganado... Sus deseos estaban cumplidos. Que sonrisa tan grande tiene. intenté acerarme. Extendí la mano para que me la chocara, en ese momento se volvía hacía mi sonriendo y me olvidé que hacía. Terminé colocando mi mando en su cabeza ¿Se vería raro? Aproveché y le revolví el pelo quedándome en la zona de confort, tocarle más era terreno inexplorado, abrazarle sería cruzar una frontera peligrosa. Porque al otro lado de la red estaba él, buscando el golpe que me haga caer.

- Pensé que no me la pasarías a mi... - Dijo ilusionado.

- Si la fallas dejaré de pasártela idiota – Le respondí y traté de mirar hacía otro lado.

Marcas (Kagehina/Kuroken/Iwaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora