ANGEL & DEMIAN 3: LA VENGANZA DE GREYSTOKE

CAPITULO XVI

Demian llevo a su padre de vuelta al parquecito detrás de la parroquia de St. Nicholas. Quería mostrarle que aun con todos los rumores de la policía, aquel era un lugar pacífico y tranquilo para poder ir a jugar. Así que se sentó en uno de los columpios, balanceándose lentamente mientras contemplaba la oscuridad de la noche que tenía delante. Fue entonces que el columpio dejo de moverse y el silbido provocado por una ráfaga de aire pasó muy cerca de su oído, haciéndolo saltar del columpio para darse cuenta de que estaba solo, completamente solo con nada más que oscuridad rodeándolo.

— ¿Papá? – preguntó en voz alta pero no hubo ninguna respuesta. Entonces empezó a caminar, buscando a su padre o a algo que lo hiciera sentir completamente solo. Pero pronto, lo único que escucho fue el eco de un horrendo grito con su nombre. — ¿Papá? ¡¿Dónde estás, papá?! – Siguió preguntando en voz alta.

El desgarrador grito con su nombre volvió a escucharse, pero esta vez fue capaz de seguirlo hasta llegar al gira rueda del parquecito donde finalmente se encontró dentro de su pesadilla. Su padre se encontraba ahí, con los brazos extendidos ante una oscuridad cuyo rostro no podía ver, pero que le daba mucho miedo.

— ¡Papá! – grito, tratando de correr hacia él para ayudarle, pero por más que lo hacía, la distancia se hacía más y más grande. Y él no podía avanzar.

— ¡Corre Demian! ¡Corre! – grito su padre, justo antes de que el horrible sonido de un hueso quebrándose llenara el espacio. Ángel miro una última vez a su hijo antes de estallar en un montón de cenizas, dejando ver la mano oscura que tenía tras de sí, la cual ahora sujetaba su ensangrentada espina dorsal.

— ¡No! – grito Demian en pánico, pero seguía sin poder moverse de su lugar.

La oscuridad se disipo, revelando entonces a su profesor de historia, el Señor Alastair, como el asesino de su padre. Este arrojo el hueso al suelo y luego se extendió de brazos, riendo extasiado por lo que acababa de hacer.

Demian grito con horror una vez más y entonces. . . Entonces despertó. Miro a su alrededor con desesperación para asegurarse de que estaba de vuelta en su habitación y que todo lo que había visto no había sido más que una pesadilla. Su frente y cabello se sentían mojados debido al sudor, así que se levantó y sigilosamente se dirigió al cuarto de baño. Encendió la luz y abrió el grifo del lavamanos, metiendo sus palmas bajo el chorro de agua fría hasta tener un chorro suficientemente grande con el que enjugarse la cara. Luego de ello, se quedó recargado en el lavamanos, tratando de calmarse, pues aun cuando sabía que había sido solo una pesadilla, su corazón seguía latiendo a mil por hora, justo como hacia cuando. . . Abrió muchos los ojos, haciéndose a la idea de que quizás no había sido una pesadilla, sino una premoción y que el vampiro malvado del que su padre le había contado al arroparlo era en realidad su propio profesor.

Al principio la idea le sonó demasiado estúpida, pero con el paso de los segundos, su cerebro comenzó a unir todas las piezas y termino convenciéndose a sí mismo de que su teoría era real. El diario, las palabras. . . Ahora todo tenía sentido. Por un momento pensó en correr a despertar a su padre para decirle, pero conociéndole como lo hacía, supuso que al saberlo querría ir corriendo para enfrentar a su enemigo y eso probablemente terminaría en el cumplimiento de su visión. Y no podía permitir que pasara, por eso callaría hasta que el mismo pudiera terminar con el maldito. Si, su padre le había dicho que era inmortal pero él no lo creía, quizás podía serlo para los novatos pero no para su poder.

La mañana llego y Demian tuvo que esforzarse por actuar normal ante su padre, se levantó 5 minutos tarde, se vistió y bajo a desayunar los pancakes con figuras extrañas que su padre siempre le preparaba cuando se sentía culpable por haberle castigado. Pero aun con todo eso, Ángel se dio cuenta de que había algo diferente en él y desde que salieran de la casa no había dejado de tratar de averiguar el que.