CONSEQUENCES//FINALIZADA

EPILOGO

EMMA:

El día de San Valentín era una de mis festividades favoritas.

Las decoraciones de corazones adornaban toda la escuela, y la mayoría de los estudiantes llevaban al menos una prenda roja cómo era tradición.

En lo personal, llevaba un top rojo y una falda blanca, acompañado de una cazadora blanca igualmente y un labial del mismo tono que el top.

Había una pequeña tradición escolar, que constaba en enviar cartas con algún detalle a los que querías por medio de un buzón escolar, y las chicas de último grado se encargaban de repartirlas con un disfraz de cupido algo revelador.

Lindsay me insistió en ser cupido con ella, pero me negué.

Y ahora iba camino a mi casillero para recoger mis libros para las primeras clases del día.

Y en cuanto lo abro me encuentro con un ramo de gardenias blancas, que no podrían ser de nadie más que de mí querido novio.

Sí, novio.

Eithan me lo pidió hace unos meses, y desde ese día podría decir que nuestra relación va bien, muy bien.

Siento que alguien se sitúa a mi lado, por lo que cierro la puerta de mi casillero y me encuentro directamente con él.

-Tú- le digo con una sonrisa.

-Yo- responde de igual forma, inclinándose para darme un corto beso antes de emprender el camino a clases.

-Gracias por las flores- le digo- yo también te traje un regalo- le digo, levantando la bolsa que tenía en manos para poder dársela.

El la acepta con una sonrisa ladina antes de detener su andar para ver que le regale.

Saca la cazadora negra de cuero que le compre, observándola con sorpresa mientras le hago un gesto para que se la ponga.

Debo confesar que cuando la vi en la tienda, inmediatamente me imagine a Eithan con ella en su motocicleta.

-Soy genial, lo sé- le digo cuando veo que va a hablar- pero eso no es todo- le digo, haciéndole una seña para que siga viendo el interior de la bolsa.

Ahora saca una caja algo pequeña, y cuando la abre me observa incrédulo.

-Todo abogado debe tener un reloj- le digo con una sonrisa, tomando el mismo para ponérselo.

-No debiste Agreste- dice.

-Claro que debí- respondo, no dejando que comience a renegar- y para terminar- llevo mi mano al bolsillo de mi chaqueta, donde saco un pequeño llavero con forma de hamburguesa, solo que tenía un sombrero y bigote- este es para ti- se lo entrego mientras saco otro parecido, solo que este tiene un moño rosado en la cabeza y supuestas pestañas- y este es para mí- se lo muestro, y él sonríe con diversión.

-Me encanto- dice, besando mi frente- y ahora yo también te daré mí regalo- dice, abriendo su mochila y sacando de ahí una caja perfectamente forrada con un gran moño rojo al centro.

Esta tan bonita que no quiero romper el papel, pero debo hacerlo si quiero saber que hay dentro.

Cuando la abro me quedo sin palabras, mirándolo con sorpresa.

-Todo doctor tiene uno- se justifica, mientras saco el estetoscopio de la caja y lo observo con asombro, en especial porque tiene la palabra "Agreste" grabada- deberías decirle a tus padres que mandaste tu solicitud a Montpellier- anima.

-Sobre eso...- le digo- me aceptaron- hablo casi tan bajo que me sorprende que me haya escuchado.

-Eso es genial Emma- responde, dándome un abrazo antes de separarse con el ceño fruncido- ¿desde cuándo lo sabes y porque no me habías dicho?- cuestiona.