27. JOLIET

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EITHAN:

Diez días.

En esos diez días Emma me rehuía, y yo estaba cansándome de seguirla o buscar algún momento para hablar con ella.

Pero por el momento había dejado ese tema zancado por una nueva llamada, y por esa razón me encontraba camino a prisión, donde según la llamada, la salud de Joyce estaba complicándose.

Lo habían tenido que intervenir quirúrgicamente pero no me dieron muchos detalles.

Pese a que no teníamos algún afecto el uno por el otro, me sentía en la necesidad de ir y saber con más detalle que sucedía, y al no recibir información relevante decidí ver a Félix.

-¿Crees que salga de esta?- me pregunta a través del teléfono.

No lo sabía, y no sabía que esperar realmente.

-No lo sé, ¿creo?- respondo sin mucho ánimo.

Por primera vez me estaba cansando de estas visitas.

-Deberías decírselo a Joliet- dice de repente, captando mi atención mientras frunzo el ceño.

-¿A quién?- pregunto, sin saber a quién se refiere exactamente.

-Joliet, la hermana de Joyce- explica con el ceño fruncido- ¿nunca te hablo de ella Lila?- pregunta con asombro.

-Si lo hubiera hecho no te habría preguntado- respondo con sarcasmo, reprimiendo el impulso de rodar los ojos.

Pero ahora solo puedo pensar que Joyce tiene una hermana, y que eso la convierte en mi tía.

[...]

Y por supuesto, como era de esperarse, estaba en prisión.

No me sorprende para nada, ya que no esperaba mucho.

-Nadie viene a visitarme desde que estoy aquí, ¿porque alguien lo haría ahora?- escucho la voz de una mujer acercarse por el pasillo, la cual hace eco y resuena con algo de fuerza.

Se queda de pie a unos metros cuando me ve, pero solo son unos segundos ya que la mujer que venía con ella le da un para nada sutil empujón para que siga caminando.

-Diez minutos- me advierten antes de irse.

Indicaciones que yo me sabía de memoria.

-Eithan, has crecido tanto- dice en un murmuro sin dejar de verme con asombro.

-¿Me conoce?- pregunto, y al instante me doy cuenta que es una pregunta estúpida.

-Claro que te conozco, y te reconocería en cualquier lado- asegura con lo que me parece algo de emoción.

Esto me resulta de cierta forma extraña, ni mi madre estaba tan emocionada como ella cuando la visite por primera vez.

De hecho no estaba emocionada en lo absoluto.

-Bueno, esto... yo...- dejo de hablar por unos segundos para no empezar a tartamudear o trabarme con mis palabras como idiota- tengo algo que decirte- digo finalmente, con algo de seriedad.

La mujer cambia su expresión a una más seria, como si realmente supiera que le voy a decir o lo presintiera.

-¿Es sobre Joyce?- pregunta, quitando un mechón de su cabello negro de su rostro mientras me mira con impaciencia.

Decir malas noticias no se me dificultaba tanto, hasta ahora.

Sus ojos azules me analizan y me miran con impaciencia y algo de temor, por lo que dudo en decir la razón de mi visita.

CONSEQUENCES//FINALIZADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora