2. ¿PERDIDA?

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EMMA:

Para mi suerte lo veo antes de que dé la vuelta, así que apresuro el paso por la acera, deteniéndome en la esquina para volver a buscarlo con la mirada.

Camina con simpleza por la acera sin detenerse, y eso mismo hago yo a unos metros detrás de él, escondiéndome detrás de lo primero que veo cuando tengo el presentimiento de que se va a dar vuelta y va a verme.

No me fijo muy bien en las calles, solo sé que estamos más lejos cada vez y que nunca había estado por aquí antes.

Finalmente lo veo entrar a lo que parece un callejón después de veinte minutos de caminata que a mi parecer era interminable, así que extrañada lo sigo. Me asomo primero, pero cuando no lo veo me atrevo a entrar al callejón, pero solo encuentro varios cestos de basura y una barda demasiado alta como para treparla.

¿Pero cómo? 

Podría jurar que entro a este callejón.

-Estas muy lejos de tu reino princesita- su voz ronca a mis espaldas me sobresalta y hacen que gire lo más rápido que puedo llevando una de mis manos a mi pecho.

Nunca lo había visto sonreír, y por esa razón me quedo embelesada observando la sonrisa ladina y socarrona que me regala, al igual que mis latidos laten con fuerza por el reciente susto.

-¿Acaso me estabas siguiendo?- pregunta arqueando las cejas y sacándome de mi trance.

-¿Yo seguirte?- bufo con nerviosismo a la vez que me cruzo de brazos- para nada- miento, porque nunca admitiría delante de él que si lo estaba siguiendo.

No quería que piense que lo acoso.

"Pero si lo haces"

-¿Entonces qué haces aquí?- la burla y diversión en su voz que hace unas horas se me hacía desconocida comenzaba a exasperarme un poco.

Debía pensar en una mentira convincente, y rápido.

-Yo... me había dicho de una panadería por aquí y la estaba buscando- respondo lo primero que viene a mi cabeza con seguridad, intentando sonar convincente.

-¿Y porque irías a una panadería que no fuera la de tu abuela?- pregunta con intriga, analizando mi expresión.

Era como si supiera que estaba mintiendo o que pasaba por mi cabeza, y eso me confundía y aturdía.

-Es bueno probar cosas nuevas y... espera, ¿cómo sabes que mi abuela tiene una panadería?- pregunto al darme cuenta de lo que dijo.

-No desconozco tu vida Agreste- responde encogiéndose de hombros, y sin previo se da la vuelta, dejándome sola y aturdida en medio del callejón un par de segundos antes de que lo siga.

-¿Qué más sabes sobre mí?- cuestiono cuando llego a su lado.

Aunque la verdadera pregunta era ¿porque?

-Varias cosas Agreste, pero no por eso debes saber sobre la mía- sentencia con seriedad, sin mirarme.

Bien, tal vez no debía preguntar directamente, pero de que obtendría información sobre él lo haría.

-No creo que pueda hacer como si nada- hablo en voz baja, pero lo suficientemente alto para que me escuche.

Se detiene abruptamente, sujeta mis hombros y me pega a la pared de un costado, sobresaltándome.

-Te lo voy a decir una vez Emma, no te metas en mi vida- habla cerca de mi rostro con rudeza, haciendo que trague grueso.

-¿Me estas amenazando?- pregunto casi en un susurro, sorprendiéndome por la pregunta.

CONSEQUENCES//FINALIZADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora