Capítulo 33

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Rubén.

Observé a Mangel, que estaba sorprendido por lo que acababa de pasar. Caminé a mi habitación y me encerré en ella, en donde las lágrimas salieron continuamente. No quería parecer débil pero, joder, esta chica me traía loco y cuando me enamoro siempre termino así.

-Rubiuh... -entró Mangel a la habitación-.

-La he cagado Mangel... -susurré con la voz quebrada-. ¡Pero es que la tía no entiende que me han metido algo en la bebida!

-Soloh debeh estah... -suspiró-. Ellah noh quiereh pareceh débih...

-Joder Mangel... -suspiré mientras me acomodaba en mi cama-. ¿Cuándo fue la última vez que me viste así por una tía?

-Pueh... -se adentró a la habitación-. Haceh muchoh yah.

Me levanté y me quité las lágrimas de mi cara, no quería parecer débil ante todo esto. Y tampoco voy a estar llorando por una chica que no vale la pena.

-¿Qué vas a hacer mi mahe'? -lo miré mientras me ponía los zapatos-.

-Haceh unh momentoh estabah llorandoh poh esah tíah y... -lo interrumpí-.

-Calla Mangel. -le dije-. Si ella quiere jugar sucio con sus amiguitos pues juego tendrá.

-Machoh noh he poh seh maloh peroh si seguíh asíh, loh doh terminaráh dañaoh.

-Ella saldrá dañada por hacerce la fuerte...

-Y tuh tambiéh. -respondió serio-.

Caminé a la cocina en busca de una escoba para coger todo el desastre que ha dejado _____. Las fotografías, el vaso y muchas cosas más mescladas en el suelo. Las escenas se repetían en mi mente, como rompía nuestras fotos en mi cara y como me hechaba en cara de que yo tenía la culpa de todo por arruinar nuestra relación. Bufé tirando todo a la basura.

-Tomah, soloh se ha salvaoh ehto... -me entregó Mangel una fotografía-. Fueh lindoh mientrah duróh.

Asentí desanimado, realmente no quería estar así pero, ¿Cómo no hacerlo? Yo la quería mucho y ella me quería a mí, arruiné todo y todo ha sido mi culpa.

-Ánimoh hombreh... -choco su mano con mi hombro-. Lah vidah eh soloh unah, noh lah desperdiciarah poh unah tíah.

-Tienes razón... -revolví mi cabello nervioso-. Pero tienes que entender que yo le tenía cariño...

-Y esoh seh notabah... -respondió-. Peroh hay máh chicah poh conoceh...

-Venga tío... -hice una mueca-. No me ayudas en nada hombre...

-Loh sientoh... -suspiró-. Noh soyh buenoh en estoh, mejoh meh voyh.

-Vale... -

Mangel se fue y quedé solo. No podía dejar de pensar en todo lo que pasó, pero como dije, si ella quiere jugar de esta manera, jugaremos de esta manera.

Ya me había olvidado de todo lo sucedido pero de pronto escuche un ruido desde el ex cuarto de ___.

Su móvil, había olvidado su móvil. Pude ver que la llamada entrante era de Eva.

No contesté, ese celular no lo voy a tocar. Que lo venga a buscar, ya no quiero volverla a ver por más que me duela.

Mucho cariño y afecto le di, pero ella me paga con abofeteadas insultos, rompiendo gran parte de nuestra vida juntos y tirándome una taza en la cara. Y se que la cagué y, mierda, que la cagué excelente.

Pero ella podría ser comprensible y entenderme. Salí de mis largos pensamientos de golpe, el móvil había dejado de sonar. Agarré aquel celular y lo dejé arriba de la mesa de la cocina. Ella se iba a dar cuenta y seguro vendría o tal vez alguien venga a buscar ese celular.

El hilo rojo. {rdg}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora