Capítulo 37

538 35 7
                                    

Corría desesperada por las calles de Madrid, digamos que no soy una persona puntal. Chocaba con todas las personas a mi paso, logrando que estas se molestaran.

-Heeey, cuídado. -dijo un chico-. ¿No ves que llevo cosas?

Lo miré un poco apenada.

-Lo siento. -fue lo único que logré decir-.

-Mierda... -dijo mientras veía la pantalla de su móvil-. Verás, si quieres solo vete.

-No, no... Fue mi culpa. -suspiré-. Vamos, yo tendré que pagar el arreglo.

-No te preocupes, chica. -sonrió.

-Pues... me voy, estoy apuradísima. -reí un poco.

-Se nota... ¡Más cuidado para la próxima!

Me di media vuelta y seguí con mi camino, esta vez caminando, no quería que me pasara lo mismo por segunda vez.

-¡____! -gritó alguien a mis espaldas, reconocí esa voz.

Lo miré y me encontré con Mangel, corrí hacia el, como si mi vida dependiera de ello. Lo abracé lo más fuerte posible.

-Heeey, tieneh hartah fuerzah. -reímos-. Tantoh añoh...

-Claramente no nos vemos hace mucho, pero te pasas con eso de los años. -reí y luego miré a su lado.

-Ella es... -la miró y sonriéron mutuamente-. Mi novia.

-Alejandra para los demás. -sonrió-. La mayoría me dice Ale.

-Waow. -dije-. O sea, me fui por mucho tiempo.

-Algo as...

-He llegaoh. -habló Rubén cansado, creo que el también estuvo corriendo-. Perdón por el retraso.

-El retraso que tienes en tu cabeza, ya lo sabemos. -hablé.

-Ja-ja-ja. -me miró-. Ven aquí, tonta.

Le di un beso en la mejilla y lo abracé.

-Yo quería un beso en los labios. -hizo pucheros-. ¡Yo sé que quieres! No te puedes resistir a estos bellos labios. -me miró con cara de pervertido.

-La verdad, es que en este momento podría violarte pero hay personas presentes. -lo miré, causando que se poniera rojo.

-Estáh bien, estáh bien, no queríamoh saber sobreh sus deseoh sexualeh. -nos interrumpió Mangel-. ¿Vamos?

-¿A dónde vamos? -preguntó Ale.

-Sí, no me han querido decir toda la mañana.

-Por Dios, pero tu exageras. -suspiró Rubius-. Hoy por la mañana tenía unos docientos mensajes tuyos preguntando a dónde íbamos esta tarde.

-Eh sorpresah. -dijo Mangel mientras abrazaba a su chica.

Me llevé a rubius un poco más adelante, dejando de lado a los tortolos.

-Sí, hola Rubén. ¿Qué tal todo? Te extrañaba mucho, lo siento por no haberte llamado esta semana pero estaba ocupada en nada más que dormir. -dijo rubius mientras hacía una voz femenina, tal vez, tratando de imitar la mía.

-Lo siento. -reí y besé su mejilla-. Estaba ocupada, Eva pasó toda la semana conmigo.

-No te preocupes, enana. -rió, aprovechando el momento me tomó de la mano.

-¿Enana? -pregunté confundida.

-Hostia, pero si eres enana. ¿Recién te das cuenta?

-Soy estatura normal.

El hilo rojo. {rdg}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora