Son las cinco de la tarde y me encontraba en la tienda más cercana de la casa.
Aún me sigo preguntando qué hago aquí.
¿Por qué lo hice?
—Disculpa. —una chica chocó mi hombro—.
—No te preocupes. —sonreí—.
La chica volvió a voltearse y me devolvió la sonrisa.
—¿Estás bien?
—Sí, claro. Ósea no, pero sí. —empecé a hablar—.
La chica rió y volvió a insistir.
—Yo te conozco. —la miré sorprendida—. ¡Tú eres la novia de Rubius!
—¿Qué? No. —bajé la mirada—.
—Pero te gusta. —la volví a mirar—.
—Un poco... no, sí me gusta. Ósea no. —volví a hablar estupideces—.
—¡Sí te gusta! —gritó—.
Suspiré y seguí mi camino ignorándola.—¡Hey! ¿Tu crees que me voy a olvidar fácilmente de ti? —dijo la chica detrás de mí—.
—No voy a confiar fácilmente en ti.
—Claro que no, me acabas de conocer. —respondió con tono de ironía—.
—¿Cómo me conoces? —pregunté—.
—Soy la novia de Alex. —sonrió—. Alexby.
—Oh. —fue lo único que salió de mi boca—. Siento ser tan cortante contigo.
—No te preocupes tía, a todos nos pasa. —rió—.
—¿Alex te ha hablado de mí? —pregunté extrañada—.
—No, claro no. —salimos de la tienda—.
—¿Entonces? —volví a preguntar—.
—Verás... Con Rubius me llevo muy bien. —paró un segundo—. Es como mi hermano.
La interrumpí.
—Ah, ¿Él te habló de mí?
—No interrumpas tía, es mala educación. —me miró seria y luego rió—. ¡Hubieras visto tu cara de susto!
Reí con ella mientras caminábamos.
—Vale, sigue.
—Bueno, el punto es que el otro día nos juntamos los tres y pues... Él no paraba de hablarme de ti. —rió—. Hasta me mostró una foto de ti.
—¡Hey! No me has dicho tu nombre. —recordé—.
—Oh lo siento, me llamo Eva.
—Un gusto Eva.
Paramos en una tienda donde había un vestido.
—¡Es precioso! —chilló Eva—.
—¡Dios!
—¿Entremos? De seguro hay más cosas.
Miré a Eva y negué.
—No tengo dinero.
—¡No pasa nada! —entró a la tienda conmigo a su lado—.
—Pero...
—¿A pasado algo con Rubius, no? —preguntó de la nada, mientras miraba un vestido—.
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El hilo rojo. {rdg}
Novela Juvenil"Te prometo que cuando llore por ti lo haré solo por las noches, que cuando alguien mencione tu nombre fingiré que no me importa, que cuando te extrañe no saldré corriendo a buscarte ni a llamarte, que cuando escuche una canción que me recuerde a ti...