Capítulo 19

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Voy a empezar a dedicar los capítulo, así que si tú quieres que te dedique un cap. ¡Comenta!

Me desperté por unos ruidos que provenían de otra habitación. Me levanté como una perezosa y caminé donde venían los ruidos.

Me topé con Eva en la cocina, ésta me sonrió y yo no entendí nada.

—¿Qué no estás emocionada por hoy?

—¡Oh mierda, verdad! —exclamé—. ¿Cuánto tiempo me queda?

—No te preocupes. —respondió Eva con una taza de café en mano—. Tienen su cita en la tarde.

—Pero...

—Ya sé que estás nerviosa... Se te pasará. —caminó al salón y yo iba detrás de ella—. Después recordarás ésto y te comenzaras a reír.

Asentí y le pedí a Eva si podía encender la radio.

—¿Qué música quieres? —preguntó ella—.

—Algo que calme mis nervios.

—Vale.

Cogió su móvil y lo conectó a la radio. La música salia aleatoriamente pero yo me centre en una de Oasis.

—¿Tú crees que en verdad le guste? —pregunté mirando al techo—.

—Él está enamorado de ti.

—Eso es imposible. —respondí—. Llevamos muy poco tiempo conociéndonos.

—Es que de eso no se trata. —negó—. Ustedes se conocen bastante para saber que se quieren con defectos incluidos.

—No entiendo. —reí—.

—Estoy tratando de decir que aunque se conocieron no hace mucho, creo que se conocieron lo suficiente.

—Yo le tengo mucho cariño.

—Se nota, cariño. —sonrió—.

(***)

-¿Estás lista ___? —gritó Eva desde el otro lado de la puerta—.

—Eh... sí, sí. —respondí mientras me ponía los tacos—.

Quedaban 15 minutos y Rubén me pasaba a buscar.

—Ya estoy. —abrí la puerta de la habitación—.

—¡Preciosa! —chilló—.

—Gracias. —sonreí—.

—Rubius está afuera. —soltó—.

—¿Qué has dicho? —grité—. ¡No estoy lista! 

—Deja tu pelo suelto chica, te ves más guapa. 

Le sonreí y le di un beso en la mejilla. 

—¡Suerte! —me empujó hacia la salida—.

—P... pero. —empecé a hablar—.

Cerró la puerta y me topé con Rubén. 

—Hola. —dijo nervioso—.

—¿V...vamos? —miré hacia bajo—.

—Claro. —me ofreció su mano—. 

Salimos del portal y caminamos mirando el "atardecer". 

—Estás muy guapa. —me dijo—.

—Tú no te quedas atrás, eh. —sonreí—.

—Yo... 

—Perdón. —paré en seco, el se giró y la sonrisa que tenía formada, desapareció—. Yo estaba muy nerviosa... No quería decirte que no porque yo te amo... Yo...

De repente él se me acercó y me besó. 

Me besó de una forma tierna, me demostró que lo de ayer no importaba ya.

—¿Nos vamos? —dijo él y yo asentí—.

Seguimos caminando, hasta llegar a una plaza. En el centro había un mesa para dos. Rubén me guió hasta allí. 

Nos sentamos y nos miramos.

—¡Al diablo con la cena! —gritó él—.

—¿Qué dices? —pregunté extrañada—.

Rubius tomó mi mano, me obligó a pararme y correr. Corrimos unas tres cuadras hasta parar.

—Llegamos. —dijo él—.

—Oh Rubén.... —le respondí asombrada—.

Habíamos llegado a un parque muy cuidado, lleno de flores.

—Haber... —empezó a decir—. No sé como empezar.

Sonreí observandolo.

—Gracias. —soltó finalmente—. Gracias por hacerme más feliz de lo que soy, gracias por hacer mi vida un paraíso. —bajó la mirada—. Gracias por hacerme  creer en el amor. —susurró—.

Me acerqué más a él. 

—Te amo. —ma acerqué más a sus labios y lo bese—. Yo también tengo que darte las gracias. 

—Por todo esto y mucho más... —suspiró—. ______ Kauffman, ¿Quieres ser novia de este pobre subnormal?

—¡Sí! —lo abracé—. ¡Claro que sí! 

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¡Hey! ¿Qué tal? En realidad no tengo comentarios para este capítulo porque... es muy añldkad.

Así que.... solo eso, las quiero. ¡Bye!

 

El hilo rojo. {rdg}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora