Capítulo 36

506 43 8
                                    

Ya habíamos llegado a España, ya en el departamento, lo único que hice fue tirar mis cosas he ir al sillón, me recosté y las gatas llegaron inmediatamente. Las acaricié pero me pesaban los ojos, estaba realmente cansado, de a poco los fui cerrando hasta quedarme dormido.

(***)

Desperté diez minutos después, algo me había recuperado y por lo menos me sentía un poco más fresco. Estaban llamando a la puerta, corrí hasta ella, la abrí y me encontré con ____... ¿Borracha?

-¡Hola! -habló con dificultad-. Amo... ex
novio.

-¿____? -dije sorprendido-. ¿Qué haces aquí?

-Pues no lo sé. -sonrió-. No sé que me trajo aquí.

La tomé del brazo, ella soltó un quejido, la entré a casa y me la llevé al salón.

-¿Podrías decirme por qué cojones estás borracha?

-Creo que tomé unas copas demás. -rió-.

-¿Con quién saliste?

-Sola... -gritó y comenzó a reír-. ¿Con quién más iba a salir? ¡No tengo a nadie!

-Joder tía, si que estás mal. -bufé-.

-¿Mal yo? -se acercó a mí, caminando con dificultad-. Tú eres el que está mal.

Reí.

-Pero si yo estoy mucho mejor tú.

-Pues tu fuiste el que me engañó.

-¡Habló la que se metió con un chico cinco días después de haber terminado con su ex! -la miré con furia-.

-Hey... -me miró-. Tú te me calmas, Mario es mi amigo. Solo eso.

-Sí, claro. -reí-.

Ella se me acercó a mí, quedando frente a frente. Nuestras frentes chocaron, sentía la respiración de ____ cerca mío.

-¿Celoso?

-Sí, mucho. -la miré a los ojos.

-¿Y por qué? -me miró-. Tu sabes que Mario es solo un amigo.

-Porque tu eres mía. -la tomé de la cintura y la acerqué más-. Yo te conocí primero, porque yo besé esos labios primero. -con mi manó acaricié sus labios-. Eso, simplemente eres y serás mía...

-Por siempre. -susurró ella, sorprendiéndome-. Yo te amo a ti, ya entiéndelo.

-No sé si creerte, estás borracha. -dije firme.

-¿No has oído eso de... -la interrumpí.

-Lo sé, los borrachos y los niños siempre dicen la verdad. -sonreí.

-Te amo. -dijo ella y me besó.

Al principio era un beso dulce y tierno pero a los minutos se tornó más salvaje, nos estábamos deborando los labios. Nos fuimos al sillón, aún besándonos, caímos en el cuando noté que ____ me estaba quitando el pantalón. Y en ese momento reaccioné.

-Esto no está bien. -la miré-. Estás borracha, mañana puedes cambiar de opinión.

Ella suspiró y me dio la espalda, cogió su pelo y lo hizo a un lado.

-¿Me desabrochas el vestido? -preguntó con tranquilidad, pero al mismo tiempo con dificultad-.

-¿Qué?

-¿Me desabrochas el vestido? -repitió-.

-P-pero...

-Hazlo ya, joder. -dijo-. No es la primera y no será la última vez que me verás en ropa interior.

El hilo rojo. {rdg}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora