parte 22

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Estaba justo en el balcón cuando ví su coche llegar a mi casa, no dude ni un segundo en bajar, y el universo colisionó al verla, mis manos se pusieron frías como hielo, mi cuerpo se estremeció al encontrarme con la mujer más hermosa del mundo, era simplemente perfecta.
Se le ocurre y me pregunta -¿Cómo me veo con éste vestido?
Me acerqué un poco con un algo de confianza - Así te busqué por mucho tiempo, con ese vestido.
Ella se mira, y desliza sus manos por sus piernas - ¿De verdad? Me cuesta creerte.
-No lo digo precisamente para que me creas, lo digo porque no tengo más nada que decir, esa es mi única verdad.
Ella me mira y camina hasta su auto, se para al lado de la puerta -Bueno ya hablaremos eso, de verdad no sé ni porque estoy saliendo contigo, eres un extraño.
-Y además estoy loco.
Ella sonríe - Aún dices que están loco?
- Siempre lo estaré, pero contigo trataré de ser normal- Dije caminando hasta ella.

Subimos al auto, y nos dirigimos hasta aquel lugar. Ese día no fueron risas, ni chistes, profundizamos más sobre el pasado y me tocó verla llorar mientras me contaba su triste historia con su ex esposo.
Vi como sus lágrimas se derramaban lentamente por su rostro, sus palabras se cortaban y sus ojitos apagados me decían más de lo que ella podía proferir con su boca.
Le tomé la mano.
-No perdiste a nadie, te perdieron a ti. Eres una puta Diosa, y no estás para repetir historias como esa, estás para protagonizar la tuya propia.
- No estoy tan segura.
- Jane si, tienes que estarlo, eso es lo que falta, que lo creas.
-Me cuesta, no tengo tanto valor así como dices.
-Porque eso es lo que te han hecho sentir, que no vales nada, pero tú vales mucho.

Ella no paraba de beber, lloraba como una niña, mi corazón se partió la verla así - Ey, ya detente, ya no sigas en eso-Dije arrancando la cerveza de su mano.
-Que? porque?
-Ya estás muy ebria, vámonos.
- Me tienes que llevar cargada- y se ríe.
Me levanté hasta donde estaba, la cargué y la lleve hasta el auto, abrí la puerta como pude y la subí, le abroché el cinturón de seguridad y luego subí yo. Ella se quedó dormida así que la llevé hasta mi casa de nuevo.
Al llegar la cargué hasta mi cuarto y la acosté en mi cama, está vez yo me acosté con ella, no dormí solo para ver su rostro tan puro e inocente, sus movimientos involuntarios y sus suspiros suaves. Logré conciliar el sueño casi al amanecer así que cuando desperté, ella también lo estaba.
-¿Que paso anoche?- Pregunta mientras agarraba su bolso.
- Que pasó de qué?- Respondí con otra pregunta.
- ¿Porque dormiste ahí conmigo?
- Me quedé a cuidarte eso es todo.
-No te creo.
Me reí sarcásticamente, y me acerqué a ella.
-¿Crees que te hice algo malo? ¿Que me aproveché de ti o algo así- Di la espalda.
- No est...
Interrumpí- Escúchame, Jamás te haría algo malo, no se porque piensas eso.
- Es que..
- Ya es tarde y tienes que regresar a tu casa, y creo que lo mejor será hablar después.
- Se acerca lentamente, y sube su mirada tierna y exclama.
-Alvis Gracias.
- No tien....
- Gracias por ser tan especial, por entenderme y cuidarme, la verdad no sé que hubiese pasado conmigo si tu no hubieses estado.
- ¿Entonces porque piensas que te hice algo solo porque me acosté a tu lado?
- Lo siento.

Hasta Encontrarnos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora