"Tienda de cómics"

260 38 11
                                    

La brisa del viento golpeó su pálido rostro, al parecer sería una noche bastante fría, como él, como su vida.

Mientras caminaba escuchaba los elogios sobre su atractivo por parte de las féminas que se topaba. Siempre las ignoraba, esas mujeres solo lo miraban por su físico, y si llegaban a saber quién era, también en su dinero, era lo único que llegaban a ver de él.

Caminó con más rapidez fastidiado de aquellos comentarios, evitando que alguna loca se le acercara con la intensión de pedirle su número, ya tenía suficiente con las chicas de la escuela, sobretodo con Shion, la mujer era muy mal vista por todos los que la conocían, y por él ni se diga, era repugnante.

A lo lejos visualizó la tienda, era un establecimiento de mediano tamaño pero el más grande en su estilo; sabía quiénes eran los dueños, no le agradaban, pero era la tienda mejor surtida de la ciudad, así que no tenía opción; por lo cual lo que solía hacer era entrar, escoger y pagar, sus movimientos se limitaban a eso.

Era un amante de los cómics y mangas, la gran colección en su armario era prueba de ello, eran su escape de su solitaria vida, además de que las historias le solían ser bastante atractivas, siendo sus favoritos los shōnen.

Era uno de sus tantos secretos que ni sus primas, que eran las más cercanas a él conocían.

Entró al establecimiento observando que el encargado está vez no se encontraba en su puesto; lo conocía, pertenecía a la familia dueña de aquel lugar y otros negocios de gran influencia, pero estaba enterado que esa tienda en particular, pertenecía solo a él, Sasori.

Nunca llegó a entender porqué él mismo se encontraba atendiendo su propio negocio como cajero cuando bien pudo contratar a alguien, pero tampoco se lo cuestionó por mucho tiempo, no era algo que le importara realmente.

Después de empezar a mirar los estantes, notó a alguien que llamó su atención, una silueta conocida. Se suponía que su compra sería de lo más normal pero la vida estaba llena de sorpresas; nunca lo había visto ahí así que le pareció bastante curioso, se trataba de Uchiha Sasuke. Se encontraba inspeccionando el lugar, entre mirando los objetos con aburrimiento y el reloj en su muñeca, como si ya quisiera salir de ahí, lo que lo hizo cuestionarse, ¿acaso estaba esperando a alguien más?, supuso que se trataba del mayor de los hermanos, Itachi, sabía que tenía buena relación con Sasori y talvez esa era la respuesta a su ausencia en su puesto.

Dejó de darle vueltas al asunto y buscó algo de interés en el pasillo más alejado del pelinegro, no quería verlo y tener que dirigirle la palabra como lo había obligado su tío en alguna que otra ocasión; no eran amigos, y tampoco le importaba serlo, su tío le había dejado en claro que él era su enemigo a vencer en cuanto a los negocios familiares, por lo cual siempre le recalcaba que tenía que hacer todo lo que hiciera mil veces mejor que el Uchiha menor. Lo persuadía tanto con eso que con el tiempo comenzó a aborrecerlo aún cuando él no tenía culpa de nada, pero las insistentes palabras de su tío, además de las constantes comparaciones con el Uchiha por parte de los demás había mermado tanto en él que habían cumplido el objetivo principal, lo que su tío buscaba desde el principio, odiarlo y no dejarse vencer ante él. Cuando lo pensaba realmente le resultaba estúpido, pero ya había calado tan profundo que ya no había vuelta atrás, lo detestaba.

Después de un rato escuchó la campana de acceso, lo que significaba que ambos Uchiha se habían ido ya, agradeció al cielo por eso.

Después de tanto buscar encontró un par de mangas que le parecieron interesantes, así que los tomó y se dirigió a la caja.

—Tranquilo Hyuga...— era la voz de Sasori hablándole por primera vez después de haber ido tantas veces antes—. Esta será de las últimas veces que me verás aquí.— le dijo con una sonrisa falsa que lo fastidió, no le importaba si estaba o no, él sólo compraría y se largaría.
Se alejó sin contestarle nada, solo mirándole con seriedad.

Salió con dirección a la mansión de su familia, encerrarse en su habitación sería la manera en cómo pasaría su sábado por la noche, pero algo lo detuvo, algo que llamó mucho su atención y se reprendió por ello, pero simplemente no lo pudo evitar, era ella...estaba sentada en una de las mesas que se encontraban afuera de la cafetería que se encontraba cruzando la calle, con los ojos cerrados y disfrutando de la brisa del viento, no importándole el frío que hacía. Una imagen que lo había asombrado, ya que a diferencia de él, ella se veía en paz...y feliz. Además que el viento removiendo levemente los cabellos sueltos por su peinado lo habían hecho verla de otra manera, lucía más linda.

Estaba sola y un impulso le hizo querer acercarse, pero en cuanto se dió cuenta de lo que estaba pensando se retiró del lugar sin mirar atrás, no sabía cuánto tiempo se había quedado parado mirándola, pero le fastidio el solo haberlo hecho. Tenía que alejarse lo más que podía de ella, definitivamente las comidas en la cafetería de la escuela estarían canceladas, por más que Hinata le rogara.

(...)

—Deberíamos ir adentro, el clima está muy frío.— escuchó la voz de Sasuke, lo que la hizo abrir los ojos.

Sonrío apenas lo miró, el café caliente con vainilla que le había pedido le hacía agua la boca, pero no sólo eso, el pelinegro se había tomado la molestia en comprarle su postre favorito también.

—Me gusta, me es bastante...cálido.— dijo sabiendo que la noche era todo lo contrario a eso, pero era lo que sentía—. No debiste molestarte, con el café era más que suficiente.— le sonrió y notó como el chico la evitó desviando la mirada.

—Sé que es tu favorito, así que no reclames y come.— dijo con un fastidio falso mientras se sentaba frente a ella para degustar su amarga bebida.

—Lo siento...— escuchó decir de su parte, resignándose a mirarla al no entender el porqué de la disculpa—. Sé que no querías que trabajara, y que esa era la razón por la que no querías acompañarme, y aún así, estás aquí, conmigo.— dijo mirándolo con una tenue sonrisa, cosa que lo descolocó ya que muy pocas veces lo llegaba a mirar de esa manera, sintiendo su corazón latir nuevamente.

—Itachi me obligó.— trató vagamente de excusarse lo que provocó una risa en Tenten.

—Sé que no aceptaste por eso, bien podías decir que no, sabes que Itachi hubiera aceptado acompañarme también, así que realmente te lo agradezco Sasuke...— dijo de nuevo mirándolo con aquella linda sonrisa, pero esta vez tomándolo de la mano, lo que le hizo olvidarse por completo del frío al sentir lo cálido que era su tacto—. Eres el mejor de todos Sasuke.— escuchó brotar de sus labios y sintió su corazón salir de su pecho, mientras sentía nuevamente su estómago revolverse, ¿acaso eso eran las mariposas que las personas describían?.

—Creí que Itachi lo era.— dijo mientras trataba de calmar las reacciones inesperadas y nuevas en su cuerpo.

—Y lo es, pero creeme cuando te digo que tú eres el mejor hasta por encima de él.— no pudo evitar sonreír ante esa respuesta—. Digamos que en mi lista de personas favoritas, tú eres el primero e Itachi el segundo, y estoy segura que se quedará así por mucho tiempo.— dijo nuevamente divagando en sus palabras, mientras que él inconscientemente deseaba que esa lista se quedara así para siempre—. Es tarde, en poco tiempo serán las ocho, y prometí que llegaría antes de esa hora, así que lo mejor será irnos.— interrumpió ella nuevamente soltándose y sintiendo como su mano volvía a estar fría.

—Me lo prometiste a mi...

—Lo que lo hace más importante aún y la razón por la cual lo tengo que cumplir...— iba a contestarle, por alguna razón (aún desconocida para él), quería estar con ella, compartir más de su tiempo juntos, pero su respuesta le había sido tan convincente que decidió guardar silencio, ya habría otro momento para disfrutar de su compañía.

Tomó su mochila y lo que restaba de su café y lo volvió a mirar, él solo se había quedado ahí mirando sus movimientos, perdiéndose en ellos.

—¿Nos retiramos Sasuke-sama?— se burló mientras le extendía la mano con una reverencia. No pudo evitar sonreír, era la única que lograba sacarle esas sonrisas, así que sin pensarlo mucho correspondió el gesto, esperando no tener que volver a soltarla nunca más.

********************************
Espero les haya gustado, porque he de decir que este fue uno de los capítulos que más disfruté escribir.

Comenten y voten, eso me hace saber que les gusta la historia y me anime a seguir escribiendo, sin más que decir, nos leemos luego 🥰.

GENIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora