La miró sin poder creerselo, hasta la recorrió con la mirada tres veces en un vago intento de esperar que aquella silueta no fuera más que su imaginación traicionándole de nuevo, para su mala suerte no fue así...
—¡Bienveni...do— escuchó brotar de sus labios en cuanto lo visualizó, soltando la última sílaba como si hubiera visto al mismísimo diablo.
No sabía que hacer, su cabeza le decía que saliera corriendo cuanto antes, que corriera y que no mirara atrás, pero su cuerpo no le respondía, sus extremidades temblaban, supuso que era por lo avergonzado que aún se sentía y por no saber cómo reaccionar, aquel encuentro lo había tomado por sorpresa, jamás creyó encontrársela en aquel lugar, y fue que comenzó a divagar en sus recuerdos, específicamente la semana pasada, la chica de la bolsa en la cabeza que lo había atendido, la voz, la actitud hostil que había tenido hacia su persona, ahora todo estaba claro...¡había sido ella!.
La vergüenza y culpabilidad lo volvió a invadir en cuanto vió su brazo enyesado además de un par de hematomas apenas visibles en su otro brazo.
Notó como ella comenzó a mirar a todos lados en busca de una escapatoria, así que para evitar que aquel momento fuera aún más incómodo la paso de largo y se adentró a los pasillos entre las estanterías.
En un intento de despejar su mente y pensar en cuál sería su próximo movimiento, comenzó a rebuscar entre los libros pero sin ponerles verdadera atención, sabiendo que había sido una estupidez quedarse ahí en lugar de salir huyendo, pero sus pies habían actuado solos en contra de su voluntad, o eso se quiso hacer creer.
Los pensamientos comenzaron a llover en su cabeza, cuestionándose varios puntos que ahora que se encontraba un poco alejado de ella comenzaron a hacer énfasis...
—"¿Qué hace ella aquí?, aún más extraño, ¿por qué demonios está trabajando aquí?...¿Por qué tuve que encontrarme con ella en el lugar menos esperado?, definitivamente la vida me odia" — se decía así mismo.
Se encontraba en una de las esquinas, teniendo una pequeña vista de ella, movía los libros como si realmente estuviera buscando pero sus ojos estaban enfocados en ella, dirigiéndole pequeñas miradas, notando que ni siquiera se había movido, su rostro reflejaba preocupación, hasta que en un momento ella le dirigió la mirada también, y que en cuanto chocó con la suya, ambos la desviaron instintivamente incómodos. Se atrevió a mirarla de nuevo, cosa que ella no había hecho pero que tal parecía sabía que estaba siendo observada reflejando un gesto aun más preocupado.
—"¿Acaso...me tiene miedo?" — se preguntó y la sensación de preocupación aumento, la misma que había tenido cuando observó aquel mismo gesto durante la pelea, aquella que lo hacía sentir como si la opinión que ella tenía sobre él fuera la única que realmente importaba—. "¿Por qué me siento así?, ¿por que siento que algo me oprime el pecho por solo ver ese gesto en su rostro?...¡¿qué demonios tengo que hacer para acabar con esto?!".— una batalla se había desatado en su interior en busca de una respuesta para apagar aquellas nuevas sensaciones que lo estaban comenzando a oprimir.
Sin poder evitarlo dirigió su mirada nuevamente a su brazo, estaba enyesado y aún así seguía trabajando, no terminaba de comprender lo último pero reconocía que la chica tenía valor, lo había enfrentado tanto física como verbalmente sin rechistar y ahora eso.
Cansado de estar escondiéndose tomó un par mangas sin siquiera ver el título, era lo que menos le importaba ahora aunque esa había sido la razón por la cual se encontraba ahí en primer lugar. Quería buscar algo con que relajarse pero todo se había ido al diablo en cuanto entró. Caminó a paso lento hacia la caja, como si quisiera hacer más tardío su encuentro con ella.