"Calma"

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En la escuela se respiraba la misma tranquilidad de siempre, o eso se podía apreciar si no se prestaba tanta atención. Nada había pasado los siguientes días y semana, Shion se mantenía quieta como si aquel incidente no hubiera pasado, ni siquiera volteaba a ver a Tenten, pero la tensión ahí estaba, los murmullos eran latentes, todos preguntándose que era lo que Shion podría hacerle a Tenten. Ya nadie parecía querer indagar en su vida, lo mejor era alejarse de ella y no tener problemas.

Neji se sentía aún más inquieto con aquella calma, era demasiada para no tornarse sospechoso para cualquiera.

Observó a Tenten discretamente durante el almuerzo, ya se había atrapado haciéndolo tantas veces que poco a poco estaba dejando de importarle, solo se regañaba así mismo cuando caía en cuenta de que no tenía porque hacerlo, que no era asunto suyo, pero la necesidad de observarla a ella y su alrededor en busca de un posible peligro ganaba más terreno conforme su imagen se plasmaba más y más en sus pensamientos.

Siempre se hacía creer que lo hacía solo porque era bonita, una simple atracción física de adolescente que pasaría tan rápido como llegó. Pero a su mente llegaban distintos pensamientos a recriminarle que dejara esas tonterías y aceptara su sentir, torturándose aún más. Como el recuerdo de su primer discusión en el gimnasio o aquel encuentro desafortunado con su saco, ambos eventos que lo habían hecho enojar en su momento ahora lo hacían sonreír, pensando en que realmente había sido un idiota y recordando con gracia cada palabra y gesto que ella le dirigió enojada.

Asimismo, constantemente rememoraba todas las sonrisas que ella le dirigía cuando iba a la tienda de cómics, cada una lo removían por dentro cada vez que lo hacía. Inconscientemente aquel lugar se había convertido en su favorito, notando como tardaba más tiempo ahí a diferencia de cuando Sasori estaba a cargo.

Además, sus conversaciones con Tenten se extendían cada vez un poco más, ya no era incómodo, la sentía cercana, como una amiga, pero él comenzaba a desear más.

Ignorando el contacto que habían tenido en aquella avergonzante pelea, recordaba las veces que sus dedos llegaban a rozarse cuando le entregaba el cambio o los libros, una chispa electrizante recorría su cuerpo por estos toques simples y mínimos, los cuales llegaban a su máximo cuando la tomaba completamente de la mano en la clase de baile mientras sostenía su cintura con decisión. Aquellos momentos solían estar en silencio, solo en una ocasión le había recriminado que descansara, que no podría bailar adecuadamente en su condición, pero a Tenten poco le importó e imploró a Kurenai que la dejara asistir a la clase normalmente.

Era tan testaruda que aunque no lo aceptaba, muy en el fondo le gustaba esa determinación en ella. Después de eso apenas y se saludaban, pero los silencios se habían vuelto tan cómodos conforme pasaba el tiempo que cada vez que lo hacían era como bailar sobre nubes, tan ligero y acogedor que era un momento dónde solo ellos dos existían, mientras aspiraba el dulce aroma que todo su cuerpo y ropa desprendían, violetas, estaba seguro. Además, no podía evitar observar sus labios por la cercanía, preguntándose qué sentiría si los rozará con los suyos cuando solo con el roce de sus manos ya le era abrumador.

No podía asegurarlo, pero tenía la sensación de que Tenten pensaba lo mismo.

—¿Cómo estás?— le preguntó cuando estaba por dar media vuelta y salir de la tienda, había guardado silencio sobre aquel asunto que ya había sido suficiente.

—¿Ah?...bien, ya estoy en etapa de aceptación y...

—No me refería a eso, me refería...a tu brazo...ya ha pasado un tiempo desde el incidente.— Tenten lo miró, el nerviosismo y vergüenza por la culpa aún era latente.

—Oh eso, está bien, solo sigo esperando mi próxima cita médica, talvez está pronto a qué se retire...— dijo Tenten con tranquilidad.

—Lo siento Tenten...

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