—Sasuke...— escuchó brotar de sus suaves labios, su corazón palpitaba con rapidez a causa de su cercanía con ella, pero eso se fue al caño después ver cómo su rostro se deformaba en una mueca de molestia, no todo podía ser tan bello—. ¿Quién te crees que eres?.— le preguntó la chica enojada—. ¿Dónde está Itachi?, ¿qué haces aquí?.
—Una pregunta a la vez quieres.— contestó él con seriedad, no creyó que Tenten estuviera tan molesta con él.
—No me importa, estoy molesta contigo, muy molesta...— contestó como si le hubiera leído la mente, sabiendo que ahora vendría el sermón—. Me dejas de hablar por casi cuatro días aún cuando me disculpé, dejándome con la incertidumbre de que te había lastimado, me preocupé por ti cuando tú ni siquiera pensaste en cómo me sentía por tu indiferencia.— dijo ella con gran enojo.
Sasuke la miró sin decir nada, tenía razón y no podía argumentar nada ante eso. Aquel día había escuchado la plática de Sakura e Ino al notar que Tenten no venía con ellas, comprendió el porqué no estaba, y maldijo su mala suerte al no tenerla cerca cuando tuvieron que elegir pareja, deseaba estar con ella en la escuela aunque fuera ese momento, pero era obvio que eso ya no iba a ser posible gracias al montón de chicas que lo rodeaba, y de las cuales Sakura había sido la vencedora.
Los celos comenzaron a brotar al verla llegar con el Hyuga, sabía que eso pasaría, pero le sorprendió el hecho de que ambos se miraban, Tenten con una gran sonrisa y Neji con seriedad, cosa que lo descolocó, el Hyuga siempre ignoraba a todos, y si los miraba, era con odio, cosa que no reflejaba al mirarla a ella. Lo dejó pasar, pero lo que realmente no pudo soportar, fue el verlos a ambos mientras se pisaban los pies, le extrañó que Neji no se enojara por ese agravio hacia su persona, al contrario, le estaba siguiendo la corriente y peor aún, le estaba sonriendo, sin mencionar que se había atrevido a tocarla.
Claramente ese había sido el origen de su enojo. Había prometido que no se metería en problemas, pero era Tenten de quien estaba hablando así que no se había creído esa promesa, no le había tomado la importancia debida, no hasta que notó la interacción de ambos.
Dejó de dirigirle la palabra, la molestia aún seguían en su sistema, sin mencionar que su cabeza daba vueltas al intentar comprender el porqué de su mal carácter, y seguiría sin hablarle si no hubiera sido por su hermano...
Flashback
—¿No sé supone que irías por Tenten?.— le cuestionó a su hermano mirando la hora, 8:45, tarde si se trataba de Itachi. Había salido de su habitación ante la preocupación de no ver a su hermano salir en busca de la castaña.
—Nop, tú lo harás...— contestó el pelinegro mientras miraba un par de papeles.
—Se lo prometiste...
—No, tú lo hiciste, pero tuviste un berrinche al verla interactuar con otro chico que apenas conoce dejando de hablarle por tus celos...— al parecer Tenten ya lo había puesto al tanto de la situación
—Yo no estoy celoso, no tendría porque estarlo, no sé que te contó Tenten.— se defendió al sentirse expuesto.
—Como sea, la cuestión es que ahora te toca recompensarla y cumplir con tu promesa.
—Itachi...
—Esta preocupada Sasuke, me ha estado preguntando por ti...— el menor desvío la mirada con culpabilidad mientras que Itachi apartó la mirada de los papeles para prestarle toda su atención—. Ella aceptó su error por haber roto la promesa que te hizo, ¿cuando aceptarás tú el tuyo?...— Sasuke sabía que su hermano, aún con ese tono calmado, lo estaba reprendiendo por su actuar tan inmaduro e infantil—. Sabes mejor que yo que no puedes evitarla para siempre, en primera porque no falta mucho para que venga a buscarte, y en segunda porque aunque no lo quieras aceptar, no te gusta estar separado de ella...así que supuse que esta sería una oportunidad para que aclararan sus diferencias.— dijo finalmente para regresar a su actividad.
Sasuke se mantuvo en silencio, no tenía nada que decir, así que sumido en sus pensamientos, simplemente optó por regresar a su habitación.
Observó el reloj en la pared, 9:10 e Itachi seguía en casa, supuso que era por el trabajo, porque realmente esperaba a que él fuera, o por ambas cosas, no estaba seguro pero después de pensarlo esos minutos en la soledad de su cuarto había tomado una decisión. Tomó su chaqueta y una extra sabiendo lo distraída que solía ser Tenten; bajó las escaleras observando como su hermano estaba por salir. Sin decir nada le arrebató las llaves de las manos y salió con dirección a la dichosa tienda, Itachi solo sonrió ante la terquedad de su hermano.
Fin del flashback
—Lo siento...— dijo en voz baja observando la sorpresa en el rostro de Tenten.
—¿Qué...dijiste?
—No volveré a repetirlo.—dijo desviando la mirada con notable vergüenza.
—Oh vamos, si te disculpas es porque realmente te equivocaste en algo y quiero oírlo de nuevo...— dijo ella buscando su mirada.
—Ya dije que no.
—Bien, entonces nos vemos en casa, iré a la parada del autobús.— Sasuke la miró con cansancio, observando como se iba por el camino contrario, sin pensarlo la tomó de la mano, no estaba dispuesto a dejarla ir en ese momento.
—L-lo siento...exageré las cosas, no debí evitarte, fue demasiado inmaduro de mi parte.— la castaña no pudo evitar sonreír con ternura, ver a Sasuke sonrojado en esa faceta de culpabilidad era tan poco habitual que le parecía adorable.
—Ya es muy tarde y tus padres podrían estar preguntando por nosotros, es mejor irnos ahora.— dijo Tenten colocando su mano sobre la del pelinegro para después soltarse levemente y emprender el camino hacia el auto del chico—. Por cierto...gracias por la chaqueta Sasuke, siempre sabes lo que necesito, eres el mejor.— él la miró desde la misma posición, observando la sonrisa que le dedicaba y que se reflejaba con las luces de la ciudad, perdiéndose en cada uno de los detalles de su rostro mientras su corazón volvía a tener esa aceleración que lo había estado desconcertando desde hacía ya mucho tiempo; todo mientras cantaba Gurenge y daba saltitos de felicidad, eso lo removió, provocando una sensación cálida en su cuerpo que le provocó una sonrisa.
Un pensamiento surcó por su mente, provocando que su sonrisa se borrara y la preocupación lo invadiera; un pensamiento que había estado bloqueando por miedo a ser cierto, no estaba listo para aceptarlo, pero simplemente ya no podía reprimirlo más.
—No puede ser...— susurró para sí mismo colocando una de sus manos en su pecho, en un inútil intento de detener los latidos que emitían por solo observarla.