Katniss

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—La cena estuvo genial, Katt, ¡te veo el jueves! 

—Jake me dio un rápido abrazo de lado y se dirigió a la puerta.

—Gracias otra vez, Katt. ¿Puedes hacer tu lasaña la próxima vez? —Seguro, Grant. 

—Lo abracé de vuelta y después dejándolo ver mis ojos rodar—.¿Algún postre que prefieras?—¡Tu pastel de triple chocolate! 

Todos los chicos gimieron y entonces giraron para verme con la excusa más pobre de ojos de cachorro.

—Por favor, Katt, no has hecho eso en semanas. El labio inferior de Adam tembló de forma poco convincente y tuve que detenerme de rodar los ojos otra vez.

—Ustedes chicos, son patéticos. Está bien, bueno, desde que será nuestra última noche juntos por unas cuantas semanas, lasaña y pastel de triple chocolate el jueves. Ahora váyanse o ayúdenme con los platos. 

—Nunca había visto un apartamento limpiarse tan rápidamente. Idiotas. Peeta comenzó a caminar dentro de la cocina y se congeló cuando la puerta se abrió repentinamente e Ethan y Adam corrieron de vuelta adentro, agarraron el resto de los pedazos de brownies de mantequilla de maní, y corrieron de vuelta fuera de la puerta. Peeta se río entre dientes y dio un paso a mi lado.

—¿Estás lavando o secando esta noche? —Yo sequé anoche, lavaré ésta. Él recogió un paño de cocina y dio un paso al lado mientras Gale caminaba dentro y me daba un beso en la mejilla.

—Buena cena, nena, ¿necesitas algo de ayuda aquí? Levanté una ceja y dejé de fregar el sartén.—¿Quieres lavar los platos?—Err, uh... voy a ir a revisar la puntuación del partido. 

Eso es lo que pensé. Volví al sartén y se lo entregué a Peeta cuando terminé. Ésta era nuestra nueva rutina. Peeta ayudaba con los platos antes de volver a su departamento, y Gale venía para asegurarse de que no sucedía nada con lo que no esté de acuerdo. Después de un mes y medio de Peeta viniendo alrededor, pensarías que lo había superado a estas alturas. Aparentemente no. Gale continuó besándome demasiado seguido y haciendo su presencia conocida en cualquier momento que Peeta y yo estábamos en la misma habitación. No es como si nosotros hiciéramos algo alguna vez. Recibí un abrazo cuando caminó a través dela puerta y antes de caminar fuera. Aparte de eso, quedó estrictamente en el nivel de amigos.

—¿Van a venir de visita? Mi hermana ha estado preguntando por ti un montón.

—Uh, no lo creo, Peeta. —La última vez que estuve ahí, me había enamorado de su familia casi tan rápido como me había enamorado de él. Seguía teniendo sueños por la noche, de nosotros viviendo juntos en algún lugar del rancho, o cerca de él. Había algo acerca de ese rancho que se sentía más como un hogar de lo que Mission Viejo lo había hecho alguna vez. Pero estando ahí sólo traería de regreso esa espantosa mañana, y seguía sin estar lista para eso—. Además, no estamos incluso volviendo a California este invierno. No he tenido ningún tiempo libre en el trabajo; la mayoría de los empleados están tomando vacaciones largas. Por lo que necesitan toda la ayuda que puedan conseguir.

—Bueno. —Él codeó mi costado con su codo—. Eres bienvenida en cualquier momento. Sabes eso, ¿cierto? —Sí. —Después de una rápida mirada a Gale para asegurarme que estaba absorto en el juego, me giré ligeramente hacia su primo—. Yo sólo no creo que esa sea lamejor idea considerando... 

—Me interrumpí y desafié una mirada a sus ojos verdes, sólo para encontrarlos fijos en Gale, su mandíbula cerrada tan duro que pude ver los músculos trabajando.

—Probablemente es cierto. Feliz Navidad entonces, supongo. Voy a dirigirme de vuelta al rancho en la mañana; volveré en tres semanas.

—Feliz Navidad, Peeta... ¡oh! Espera, tengo tu regalo.

Desde las cenizas (EVERLARK)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora