Peeta

386 35 6
                                    

¿Qué demonios fue eso? Nada de eso me había pasado nunca. Una mirada a Katniss y sentí como si mi mundo se detuviera.

Todo lo que podía pensar era en cerrar la distancia entre nosotros. No sé cómo describirlo, pero tenía que ir hacia ella. Desafortunadamente, estaba congelado en el lugar, viendo a la chica más hermosa que jamás había visto.

Tenía el cabello largo y castaño que era arrastrado por el viento, y los anchos ojos color miel que me dieron ganas de perderme en ellos. Se veía tan dulce y frágil, que quise envolver mis brazos alrededor de ella y protegerla de ver nada malo del mundo, pero algo en sus ojos me dijo que sabía muy bien lo que era el mundo y podía cuidar de sí misma. Por eso era tan condenadamente confuso que ella se aferrara a mi primo como si fuera un salvavidas.

Gale me dijo que traería a su amiga a vivir con nosotros, y que era una chica. Recordaba haber oído su nombre con los años, pero cada vez que hablaba de ella, parecía como si fueran sólo amigos, así que, ¿por qué tomarla de la mano y darle un beso en la maldita mejilla? Ni siquiera pude detener el gruñido que salió de mi garganta cuando lo vi. Luego maldita Brynn. ¿Novia? ¿En serio? Habíamos salido en dos espantosas citas el año pasado y le dije antes de dejar la escuela que no quería ningún tipo de relación con ella. Creí que había sido claro debido a que me había evitado durante toda la tarde hasta que Katniss y Gale habían aparecido.

Cuando Katniss habló por primera vez, tuve que obligarme a respirar. Su voz era suave y melódica. Le sentaba perfectamente. Era pequeña y aún con lo bajita que era, esas piernas en los pantalones cortos podían hacer que cualquier hombre sepusiera de rodillas y suplicara. No podía dejar de pensar en cómo se sentiría en mis brazos, en cómo se vería en mi carro o en mi caballo. Y sí, no voy a mentir, yala había imaginado debajo de mí... pero una mirada a ella y no había manera de no hacerlo.

Después de que Brynn se la llevó, me tomó un gran esfuerzo dejar de mirarla, pero no quería dejarle saber a Gale que ya estaba completamente prendado de ella.

—Ella es mía, Peeta. Dejemos eso en claro desde ahora. Está bien, quizás hubiera sido un poco más evidente de lo que había pensado.

—Pensé que habías dicho que eran amigos.

—Ella es mi mejor amiga, pero ya lo verás. Es mía.

Asentí y le palmeé la espalda, forzando la mano en un puño.

—Lo tengo, hombre. Vamos, te invito a tomar una cerveza.

A medida que avanzaba la noche, seguí cada vez más cerca de donde ella estaba. Me sentía como una basura, tratando de estar cerca de ella, pero no podía evitarlo. Quería escucharla hablar y reír, te juro que sonaba como un ángel cantando cuando se echaba a reír. Casi gemí en voz alta. ¿Un ángel cantando? ¿Qué diablos está mal conmigo?Estábamos todos sentados alrededor de la hoguera hablando y bebiendo. Yo estabaa sólo unos metros de Katniss cuando se levantó para dirigirse a Jackie. Si no hubiera sido por lo que sucedió inmediatamente después, habría golpeado el rostro de Jake por tocarla. Con una mano le rozó la parte delantera de su muslo, y con la otra agarró su trasero, lo que la hizo tropezar y caer directo sobre mí, su cerveza empapó mi camisa. Sus grandes ojos se hicieron aún más amplios y contuvo un jadeo rápido.

—¡Oh, Dios, lo siento mucho!

—El sol se estaba poniendo y se hacía más oscuro, pero pude ver perfectamente su rubor. Estoy bastante seguro de que el rubor de Katniss era mi cosa favorita.

Me reí y la agarré por los pequeños hombros para estabilizarla, sin importarme lo más mínimo acerca de mi camisa.

—¿Estás bien? Sus ojos se centraron en mis labios, sus dientes mordiendo ligeramente el suyo. Quise reemplazar sus dientes con los míos y sin darme cuenta, empecé a inclinarme hacia adelante. Ella parpadeó rápidamente y levantó la vista y miró a Jake a mi derecha.

Desde las cenizas (EVERLARK)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora