Katniss

305 28 5
                                    


Sólo estaba enjuagando mi taza en el fregadero cuando hubo un fuerte golpeen la puerta. Eran sólo las seis y media de la mañana, por el amor de Dios; ¿quién estaba lo suficientemente loco como para ir por ahí despertando a la gente tan temprano? No es que no estuviéramos despiertos, Peeta había venido a verme antesde irse a correr no hace mucho tiempo y no había sido capaz de volver a dormir de nuevo. Fui de puntillas hasta la puerta y miré por la mirilla. —¿Qué demonios? Tocó de nuevo, a pesar de que estaba viéndole, el fuerte ruido me hizo saltar denuevo.

—¿Qué es lo que quieres, Gale? —prácticamente gruñí mientras abría la puerta, pero me quedé en el umbral para que no pudiera entrar.

—Dios, Katt, he estado volviéndome loco. ¿Cómo estás? ¿Te estás sintiendo bien? —Extendió su mano hacia mi cara y la golpeé lejos.

—Estoy bien. ¿Por qué estás aquí?—Bebé, lo siento mucho. No tienes ni idea de cómo lo siento. Por favor déjame entrar para que podamos hablar de lo ocurrido.

—No hay mucho sobre lo que hablar. Trajiste una chica a casa porque yo no lo haría. Eso lo abarca todo, ¿no te parece? —Yo... —Pasó las manos por su cabello y tiró de ellos hacia fuera duramente, dejando que su cabello sobresaliera en todas direcciones. Si no hubiera estado molesta de volver a verlo, me hubiera reído—. ¡Lo jodí! Lo siento, estaba perdido y molesto porque no me llamaste, no, eso no es una excusa, sé que tú habías estado dormida, sólo no estaba pensando. Quiero decir, estaba...pero...

—Wow... esto ya esta empezando muy bien. Estabas perdido, no estabas pensando, estabas pensando. Sabes, parecías bastante coherente para mí.

—Katt...

—No, necesito que te vayas.

—¿Podemos sólo hablar acerca de esto por favor? Lo siento, Katt. Puse mi mano en la puerta y comencé a retroceder.

—Diría que yo también lo siento, pero no puedo. Nunca me arrepentiré de no darte mi virginidad, especialmente cuando me di cuenta de la clase de chico que eres en realidad.

—¡No soy ese chico!

—¿Estás siendo serio ahora mismo? Gale, tú eres ese chico. No estaba lista y seguiste insistiendo. Cuando no cedí, no sólo encontraste a alguien más, me insultaste enfrente de ella y luego pateaste mi trasero para que me fuera de nuestro lugar. —Comencé a cerrar la puerta, pero él puso una mano para detenerme—. Pensé que hicimos un trabajo bastante bueno al decir esto, pero parece que no estamos en la misma página. Así que déjame intentarlo. Terminamos, Gale.

—¡Katt, por favor! ¡Esperaré lo que sea necesario! Cara fue un error. 

Mi cuerpo estaba temblando y estaba peligrosamente cerca de llorar. No podía creer que estaba haciendo esto. Decirle adiós a mi Gale. Estaba literalmente a segundos de ceder y salir corriendo a sus brazos y rogarle por hacer esto mejor, como siempre lo había hecho. Quería lo que teníamos antes; antes de que cometiera el error de aceptar en convertir nuestra amistad en algo más. Pero eso se había ido ahora.

—Es un poco demasiado, demasiado tarde, Gale.

—Bebé —suplicó, y sus ojos tomaron un extraño calor mientras empezaba a cerrar más la puerta. Antes de darme cuenta de lo que estaba haciendo, un brazo estaba envuelto alrededor de mi cintura, la otra mano enroscada alrededor de la parte trasera de mi cuello, y sus labios estaban duramente contra los míos. Luché contra él con tanta fuerza que cuando Peeta apareció de repente detrás de él y tiró a Gale de mí, me caí y me di fuerte en el trasero.

—Auuu.—¿Estás bien? —preguntó Peeta. Sus brillantes ojos verdes estaban fijos en mí, y todavía estaba tratando de recuperar el aliento de su carrera. Incluso en esta situación, no podía dejar de admirar su increíble cuerpo. Su camisa de manga larga estaba empapada y se aferraba a su pecho y abdominales, y sus mallas cortas mostraban sus apretadas... pantorrillas.

Desde las cenizas (EVERLARK)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora