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----------------------- Capítulo dedicado a @Yuki964 -------------------------------

-¿Miedo? Estas delirando –titubeé.

-Vamos Perséfone, se reconocer cuando una persona tiene miedo. Recuerda que estoy en teatro, y fácilmente distingo cuando una persona esta aterrada por algo –dijo.

-Okay, no tengo miedo. Solo es que no quiero salir herida.

-Te propongo algo, ven conmigo un día a la clase de teatro. No choca con el horario escolar y te distraerás, y podemos ir al parque después, así que lleva tus patines.

-Me convenciste con lo último.

Mi celular vibro, era un mensaje:

Hades: Perséfone, ya estamos en la cafetería. Trajimos galletas.

-Los chicos están en cafetería, ¿vienes?

-No, tengo que ver unas cosas con los de artes. Nos vemos mañana.

-Cuídate en el camino.

Nos despedimos de beso. Tome dirección nuevamente a cafetería. Los chicos se encontraban en una mesa con bancos similares al de una cafetería americana. Estaban jugando cartas. Me acerque abrazando por el cuello a Adonis.

-Hola Percy, Rodrigo está apostando contra Matías sobre quien lavara la ropa del otro de la semana del rally.

-¿Ropa? ¿Acaso se cambian de ropa en rally?

-Claro, no podemos llevar la ropa con olor a cerveza a clases, por más que los profesores no las impartan en la semana. Recuerda que los mejores ligues de universidad, es en esa semana, aunque algunos comienzan con las bienvenidas o con los rompe hielos del rally –dijo Darío.

-No me hagas moverte del pedestal. Eres el más civilizado de todos ustedes.

-Oye –dijeron juntos los demás.

-No me pueden negar que Darío se porta mejor que ustedes. El sí ha tenido una relación estable.

-Un momento –dijo Rodrigo.

-No cuenta Renata –mencionamos el resto.

-Mejor regresemos al juego, estoy a punto de derrotarte, Rodrigo –dijo con seguridad Matías.

-Eso veremos, galán de patito feo.

Un coro de "ouh" comenzó a escucharse. Por esa serie infantil, Matías no le gustaba que le dijeran cosas relacionadas sobre ella, o chistes con su nombre. Significaba que el juego comenzó a ser serio. Ambos tiraron sus cartas: Matías saco una tercia de reinas, un as y una jota; Rodrigo una tercia de 10, un nueve y un ocho.

Celebramos la caída de la racha ganadora de Rodrigo, y la victoria de Matías, quien seguía sin creer la situación.

-Bueno Mati, un trato es un trato –dijo Rodrigo.

Darío se fue a uno de los puestos más cercanos por sodas para todos, mientras hablábamos sobre los posibles desafíos de los equipos. Comenzamos a jugar con la bajara después de que el volvió. Puse mi teléfono sobre mis piernas para revisar la hora cada cinco minutos. El profesor Ramírez de literatura era un desgraciado con la puntualidad. Nadie después de él entraba. Decía que eso era esencial para nuestra vida laboral, si fuera una junta o conferencia importante, la puntualidad era un requisito vital.

No hablamos sobre algo en específico, algunas veces comentamos sobre las clases o las salidas planeadas. Estábamos inmersos en el juego de memoria con la baraja. Aunque todos sospechábamos de Adonis, ya que es un tanto tramposo en los juegos de mesa o de cartas. En uno de los momentos, note que faltaban quince minutos para que iniciara la clase, así que tome mi maletín antes de levantarme y acomodarme el saco.

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