Capítulo 2

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Me encontraba en un profundo sueño cuando el sonido de la alarma de mi teléfono me despertó por completo. Con un rápido gesto la apagué y me levanté para mirarme en el espejo.

Ahí estaba yo, frente a mi reflejo, aquel del que tanto había huido y del que nunca pude desacerme. Una vez que adelgace me di cuenta de lo absurdo que sonaba el hecho de creer que la felicidad dependía de un cuerpo. Bien era cierto que me sentía agusto conmigo misma, aunque odiaba no haberme sentido así antes, independientemente del cuerpo que tuviera. Ahora a lo que me enfrentaba era a un sentimiento de tristeza del que no sabía su origen ni su procedencia.

Miré el reloj de reojo y me di cuenta de que una vez más en mi vida llegaba tarde. Me preparé rápidamente y tras haber cogido la maleta me dirigí al recibidor de mi casa.

-Ashley

-Me giré y vi a mi madre sonriendo-Perdona, ya me voy, están esperando fuera con el coche.

Ella abrió los brazos indicándome que la abrazara, antes de irme, y eso hice.

-Tu padre está trabajando,-rodó los ojos bromeando-pero tú divierte, y no hagáis nada de lo que luego os podáis arrepentir.

-Solté una breve carcajada-Lo tendré en cuenta.

Me giré y salí por el arco de la puerta, cerrándola detrás de mí.

El coche del padre de Alison esperaba en la entrada, estacionado a un lado de la carretera.

A grandes pasos me acerqué a éste, el señor Wayne salió de su Dacia Lodgy plateado y se dirigió a mí.

-Hola Ashley-dijo con una sonrisa- trae, ya guardo yo tu maleta-extendió su mano y la agarró dirigiéndose al maletero.

Observé el interior del coche, en busca de mi asiento, y vi como Alison me hacía señas para que me sentara junto a ella en los asientos del medio.

-¿Qué tal?-me preguntó una vez dentro.

-Bien,-sonreí-¿Y tú?

-Emocionada-sonrió y volteó a ver a Dylan y Anthony- mi padre nos dejará allí y se irá, tendremos la casa entera para nosotros.

-Lleva así de feliz desde que he entrado,-Anthony rió- y son las ocho y media de la mañana.

-Y que más da- ella lo miró incrédula-por fin vamos a pasar un fin de semana todos juntos, y encima en la casa de la playa.

Miré al frente y vi a Theo en el asiento del copiloto. Miraba atraves de la ventana con el teléfono en la mano, mientras escuchaba música de los auriculares que tenía conectados a éste. Me resultaba tan enigmático y reservado que lograba ganarse toda mi atención.

-El padre de Alison entró al coche-Ahora que estáis todos voy a poneros unas normas.

-Ella suspiró-Vamos, no va a pasar nada.

-Nada de llevar a gente que no conozcáis a la casa, nada de alcohol y no montéis ninguna fiesta.-Alison rodó los ojos-Cuando vuelva quiero que todo esté en su sitio y no haya ningún desperfecto.

Todos asentimos y el señor Wayne puso el Dacia Lodgy nuevamente en marcha.

Durante el trayecto admiraba el paisaje desde mi ventana. Me enfocaba en las nubes y en las formas curiosas que éstas formaban en el cielo.

Cuando llevábamos al rededor de dos horas pasamos junto a un pequeño parque natural.

-Pararé un poco aquí,-señaló con la mirada el aparcamiento de éste-luego retomaremos la carretera, a penas queda una hora de viaje.

La Melodía De La NocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora