Contexto

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Las madrugadas las pasaba junto a mi ventana admirando la luna y las estrellas. La oscuridad de la noche y el silencio que envolvía la ciudad a esas horas era lo único que me calmaba. Sin embargo ni aquella tranquilidad podía reprimir las lágrimas que durante el día pedían a gritos derramarse sobre mi rostro, y era entonces; cuando el sol se ocultaba tras las montañas, que terminaba rompiendo en un llanto silencioso que finalmente se perdía en la melodía de la noche.

La sonrisa fingida a la que recurría a diario me destrozaba aun más por dentro. Pero nadie se daba cuenta de ello, ni siquiera mirándome a los ojos; el reflejo del alma, y mi mirada vacía y apagada pasaba desapercibida ante los demás.

Aquello a pesar de haber producido un desagradable sentimiento en mí no logró desvanecer mi sonrisa, aquella sonrisa completamente falsa. Era más sencillo mentir y afirmar lo "bien" que estaba seguida de una breve carcajada. Una carcajada que retumbaba en mi cabeza, encendiendo una alarma en mí, una alarma que indicaba una nueva grieta. Se manifestaba como una leve punzada, aquella habitual punzada que sentía cada vez que pronunciaba las palabras; "estoy bien", aquella dichosa frase que los dejaba satisfechos cuando preguntaban.

No quieres que nadie sepa el dolor que llevas contigo pero te duele que no se den cuenta de ello

Y así era. Una contradicción que dejaba de serlo en el momento en el que la experiencia te abría los ojos, permitiéndote así entenderla.




NOTA

Esta historia fue la primera que escribí, por lo que tiene numerosos fallos, además no está tan bien escrita como la otra, sin embargo, me da pena borrarla. A si que la dejaré por aquí como un recuerdo de cuando empecé en esta plataforma

La Melodía De La NocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora