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— ¡Casi tienes diecinueve años, deberías superar los patines Myung-Ji y dejar de usarlos de una vez! — Grita mi hermano menor y me ato el cabello en una coleta alta mientras camino hacía la puerta

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— ¡Casi tienes diecinueve años, deberías superar los patines Myung-Ji y dejar de usarlos de una vez! — Grita mi hermano menor y me ato el cabello en una coleta alta mientras camino hacía la puerta. — ¡Mis amigos se burlan de ti y no es divertido, es vergonzoso para mi!

— ¡No te metas en mis asuntos Jisung-ah! — Gritó de vuelta disgustada, inhaló con fuerza conteniéndome. — ¡y perderás el autobús niño, apresúrate o te castigarán otra vez!

Cierro la puerta de la casa con fuerza, apretando los labios fastidiada de las mismas palabras que él me dice cada vez que voy saliendo y llevo puestos mis patines que tengo desde hace muchos años, se con claridad mi edad y que en menos de tres meses estaré celebrando mi nuevo año incluso que estaré finalizando la escuela, pero eso no quiere decir que estoy muy grande para aún utilizar mis patines obsequiados cuando tenía apenas trece años, aquellos que ansíe y adore por mucho tiempo. No es mi culpa que aún me sigan quedando, que mi pie no haya crecido mucho desde entonces y que quiera ahorrar el dinero para cuando vaya a la universidad próximamente, no es que sea tacaña, pero espero poder mudarme pronto, solo me queda un semestre en el colegio y pienso divertirme el siguiente año, vivir por mi cuenta además, sin presiones por parte de mis exigentes padres.

El fuerte sonido retumbante de la puerta de madera me hace encoger los hombros en mi lugar por qué se lo que viene, sucede cada vez que cierro la puerta de esa forma, la del baño, la de mi habitación y incluso la rejilla de entrada, mi madre tiene un audiometría perfecta.

— ¡Myung-Ji ah! — Grita mi madre llamando mi atención y puedo escuchar su voz molesta incluso a través de la puerta cerrada, pero no es suficiente eso, ella sale y me mira frunciendo sus cejas molesta señalándome. — Esa no es una forma de cerrar la puerta y mucho menos de tratar a tu hermano menor, ten un poco de respeto por tu familia, todo el vecindario puede oír tus gritos y discusiones, eres un caso perdido niña.

— Si, lo se y lo siento mamá. — Le digo y hago una mueca burlona cuando me giro arrastrando las ruedas. — Me voy, te veo por la tarde.

— ¡No vuelvas tarde de las clases y come todo tu almuerzo! — Grita ella, ¿alguien será valiente para decirle que todos la escuchan también?

Dejo salir una gran cantidad de aire por contenerme de volverme a golpear a Jisung, por hacer que mi madre me regañara y por sacarme de quicio, pero eso solía hacerlo en el pasado, hace en realidad solo unas semanas atrás, pero es que ya he madurado, no soy la Myung-ji de esas semanas, he decidido ignorarlo por un bien común y seguir con mi vida, por qué es solo un niño de dieciséis años que quiere solo hacerme enojar para que luego mis padres me reten por haber sido mala yo, porque el siempre es un angel. Mi mundo era maravilloso mientras solo era yo y mis increíbles padres, Jisung apareció cuatro años después inesperadamente, haciéndome la vida un poco difícil, aún si admito que lo quiero, a veces, cuando es adorable y no un entrometido.

— ¡Myung-ji-ah! — Jeno frena su bicicleta frente a mi y le sonrió, pero sigue de largo en segundos. — Apresúrate, Sungchan está esperándonos en la siguiente cuadra, aún se avergüenza de llegar solo a clases.

   𝘞𝘳𝘰𝘯𝘨 𝘭𝘰𝘷𝘦    ||      L. Donghyuck Donde viven las historias. Descúbrelo ahora