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— ¿Deben quitarlo ya? — Preguntó temblorosa viendo como la enfermera le acerca los implemento a al doctor, ambos me miran porque es la tercera vez que pregunto lo mismo

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— ¿Deben quitarlo ya? — Preguntó temblorosa viendo como la enfermera le acerca los implemento a al doctor, ambos me miran porque es la tercera vez que pregunto lo mismo. — Tengo miedo, no creo que aún esté listo para retirarlo, solo ha pasado un mes, deberían dejarlo más tiempo.

— Un mes y medio, es tiempo suficiente Myung-Ji, no fue algo grabe lo tuyo. — El doctor me sonríe y suspiro. — Tranquila, no dolerá en absoluto, créeme que te sentirás mejor cuando te quite el yeso, se que es molesto.

— Está bien.. — Tomó una bocanada de aire y cierro loa ojos, dejo salir el aire y hablo rápidamente. — Hágalo ya antes de que salga corriendo de aquí.

El sonido de la máquina, que ni siquiera se que es porque no me atrevo a abrir los ojos, hace que mi corazón se acelera, quiero ponerme de pie y escapar, quedarme con eso en el brazo puesto por el resto de mi vida, porque me ha facilitado un montón de cosas, mis compañeros ayudándome con las tareas y todo, mis padres consintiéndome pero por sobre todo Donghyuck atento a mi casi más veinticuatro horas del día. Pero no puedo evitar tener miedo de que sucederá después de quitarme el yeso, no sé si podré volver a lanzar el balón, moverlo o siquiera poder volver a escribir, tengo miedo de todo lo que pasará, no estoy preparada, el tiempo pasó muy rápido y todo fue culpa de Donghyuck.

Sonrió de solo pensarlo, se que está afuera esperándome, porque el me ha traído aquí, se que me abrazará apenas me vea y me besará. Aveces extraño cuando todo comenzó y nos besábamos escondidos en el cuarto maloliente, la sensación de ser atrapados, de sus labio devorando los míos y sus brazos sosteniéndome, todo me hacía enloquecer.

— Te dije que sería un alivio no tenerlo más, ya hasta sonríes. — El doctor me hace volver a la realidad, a la habitación del hospital muy iluminado. — Estás lista, te examinaré un poco y podrás irte a casa.

Si tan solo supiera que sonrió por un muchacho acaramelado.

— Bien Myung-ji, estás completamente sana, quizás sientas un poco de dolor en ocasiones pero te daré un medicamento y estarás bien, visítame si sientes que algo no está bien. — Me habla y intento procesar todo lo que dice pero mi mente solo piensa en Donghyuck sus besos y sus abrazos. — Se que juegas béisbol y es importante para ti, pero necesito que vayas de apoco con ello, ¿de acuerdo?

Asiento mientras me pongo de pie de la camilla y acaricio mi mano que ahora es libre, luce normal, un poco morada en la parte de la muñeca pero después del golpe supongo que debe ser normal, me despido de la enferma y del doctor escapando rápidamente de la sala para encontrarme con lo único que alegra mis días, Donghyuck se me acerca apenas cierro la puerta tras de mi.

— ¿como te ha ido? ¿Está todo bien? — La calidez de su voz abraza mis preocupación y asiento mientras me acerca más a su cuerpo.

— ¿Me darías un abrazo?

— No tienes que pedirlo Ji-nie. — Sonríe y noto algo de burla. — Solo debes hacerlo, sabes que por mí te tendría abrazada las veinticuatro horas del día.

— Ya no quiero, eres muy cursi. — Comienzo a caminar con rapidez y con una sonrisa en mis labios, pero no alcanzo a llegar a la siguiente puerta cuando lo siento sujetarme. — ¿Que?

— ¿porque escapas? — Eleva su ceja y su sonrisa me hace morder mi labio. — ¿En que piensas que tienes esa mirada?

— No es nada, vámonos de aquí. — Susurro y asiente.

Pero no me deja avanzar, camina hacia mí haciéndome retroceder, el provocativo Hyuck aparece, el mismo que me conquisto. Mi espalda toca la pared y el presiona su cuerpo contra el mío, dejándome sin aliento, no porque este aplastándome, más bien es porque es demasiado abrumador tenerlo tan cerca, esta es una de las mejores formas que tiene para enloquecerme.
Sus ojos recorren desde mis labios hasta mis ojos con lentitud, provocándome cada vez más, sus manos se unen a las mías y se inclina más cerca en dirección a mi oído.

— Te ves tan hermosa cuando me miras así. — Se aleja completamente y siento que respiro otra vez. — Vamos, te compraré un helado como premio por haberte quitado el yeso.

— Me gustaría otro premio, quizás un beso, es mejor.

— Myung-Ji, estamos en un lugar público. — Se cubre los labios y me rio. — Te daré los que quieras pero cuando estemos en otro lugar.



~ f i n ~




Después de veinte años jdjsjsjsj termine el fanfic, pensaba dejarlo así pero creí que se merecían un final, ni fue del todo bueno, ya saben que no soy buena con los finales, pero me ha gustado, gracias por tanto apoyo 🧡

   𝘞𝘳𝘰𝘯𝘨 𝘭𝘰𝘷𝘦    ||      L. Donghyuck Donde viven las historias. Descúbrelo ahora