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— Estoy cansada

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— Estoy cansada. — Bostezo y estiró mis brazos por arriba de mi cabeza estando de acuerdo con Sae-Ron que recoge sus cosas después de ver la hora en su reloj de brazalete. — Ya debo irme a casa, se a hecho tarde y pareciera que cada vez llueve más fuerte, nos vemos en la semana.

— Te acompañó, creo que vivimos muy cerca y tengo un paraguas por si no tienes uno. — Sungchan se pone de pie con la mochila sobre su espalda y hace una suave reverencia despidiéndose del resto de nosotros. — Que tengan un buen fin de semana, ánimo en el partido Myung-Ji.

Me pongo de pie, despidiéndome con una sonrisa que demuestra lo decepcionada que estoy, viéndolos alejarse mientras conversan animadamente sobre algo que desconozco y incluso ella ríe por lo que él le dice, mi corazón casi se rompe de sólo verlos, ojalá él conversara tan libremente conmigo o que compartiera su paraguas conmigo, incluso pareciera que no vendrá a animarme al partido como ansiaba que hiciera, mi rostro de tristeza hace que Jeno golpee mi espalda con ánimo y cero gentileza, demasiado brusco para ser una consolación, pero ni siquiera tengo fuerzas para quejarme o devolverle el golpe.

— Myung-Ji. — Mi amigo me habla y lo miro. — Lo siento, se que estás decepcionada y que ahora necesitas apoyo, pero no puedo acompañarte a casa, me quedaré con Nana por el fin de semana y él está esperándome.

— Eres un traidor, Jeno.

Tomó mis cosas saliendo del espacio de la silla, dispuesta a irme a casa, solitaria y empapada por la lluvia, además con el corazón casi destrozado, es como si Sungchan lo hubiese tomado, mi débil y enamorado corazón por el y lo hubiese apretado frente a mis ojos negándose a aceptarlo de buena manera. Desde que Sae-Ron dijo su teoría de que hyuck y yo nos gustamos, sungchan dejó de mirarme y puede que por esa razón se haya ido con ella, quizás también fue una estrategia de ella. 

— ¡Espera! — Jeno me detiene y señala a la otra persona que queda además de nosotros. — Donghyuck puede acompañarte también tiene un paraguas. — Ambos miramos al castaño, que saca el objeto de su mochila, él mismo que días antes rechacé, utilicé y luego se lo devolví dejándolo sobre su mesa sin agradecerle.

— ¿Yo, por qué? — Se señala a sí mismo y niega. — No, además no vivimos cerca y mucho menos ella quiere mi compañía, lo a dejado en claro antes.

— Es mejor que- que caminar sola esta vez. — Me encojo de hombros y puedo ver una sonrisa falsa cruzarse en sus labios antes de acceder. — Si quieres, pero no voy a obligarte para que después me hagas hacer algo por ti, es por voluntad propia.

— No lo haré. — Comienza a caminar. — Te dejare aquí si no te apresuras, tengo presa.

Donghyuck no parece tener las ganas y mucho menos la amabilidad esta vez, después de haberlo denegado hace unos días siendo muy grosera, es entendible que no acceda, fui desconsiderada siendo que el estaba siendo amable como nunca, utilicé palabras que estuvieron de más en aquella ocasión.

   𝘞𝘳𝘰𝘯𝘨 𝘭𝘰𝘷𝘦    ||      L. Donghyuck Donde viven las historias. Descúbrelo ahora